martes, 5 de junio de 2012

Versos de amor a los pueblos segovianos, recitados a lo tonto y a lo loco, a los postres de un cocido madrileño


He coronado mayo, mes largo, ancho y espléndido, derramando mis versos a los postres de un cocido madrileño organizado en el Centro Segoviano de la capital, Alburquerque, 14,  para homenajear a los poetas de “La Colodra”, es decir, a los galardonados por ensalzar su Sierra tramontana, la que nos une más que nos separa.


Allí estaban ellos conmigo y yo con ellos y dije algo así como esto:


TORRECABALLEROS
Balan los corderos
en Torrecaballeros,
donde penden altos, resinosos maderos:
Para almorzar se quitan señoras y señores los sombreros.


SEPÚLVEDA
Sepúlveda es un vuelo de vencejos,
Sepúlveda se arrisca en oros viejos:
El río la devuelve en mil espejos.


FUENTIDUEÑA
Cantan las fuentes de Fuentidueña,
machaca el ajo la cigüeña,
blande una escala de pared trigueña
la desdentada muralla berroqueña.


CASTILNOVO
Aquí del caballero y el amor
se cantaron batallas y romances.
Aquí por los cansancios de la vida
se dio reposo y agua al viandante.
Aquí contra los álamos
se agrieta el aire.


CUÉLLAR
Hondas bodegas abren la noche,
brillan las platas, fulgen los oros,
surgen las novias a troche y moche,
corren los mozos más que los toros.


AGUILAFUENTE
Aguilafuente estuvo en Roma,
Aguilafuente hizo el idioma,
Aguilafuente al sol se asoma,
como una patena, una paloma.


CANTALEJO
Cantalejo de parvas y de trillos,
Cantalejo de rojos monaguillos,
Cantalejo en un cielo de pardillos
y una tierra de verdes alamillos.


¿Les gustó? Pues eso es lo que quería. Muchas gracias. Y, ahora, compongan, imiten, recreen, reciten ustedes.


a.sotopa@hotmail.com

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