jueves, 30 de abril de 2020

No hacer manitas


Que las manitas quietas
y bien lavadas.
Que te protejas
y no salgas de casa sin la máscara.
Que dejes de enredarme
con el lápiz y la lana,
con el lino linero
y la papa y la papaya.
Que no me atontes.
Que come y calla.
Que paciencia tengas
como yo que te aguanta.
Que espera a que pase
el bicho de marras
que nos ha invadido
hasta las entrañas.
Que ojito al dato,
que aquí no pasa nada.
Déjate de plañir,
déjate de bobadas.
Oye la música
que nos suena en el alma.
Siempre hay un hoy,
siempre hay un mañana.
Siempre llegará
lo que nos aguarda,
y nosotros llegaremos
muy por encima de las alambradas.
Las fronteras de ayer
ya han sido derribadas
como lo fue Troya
en las calendas arcaicas.
Piensa y no llores,
piensa y descansa,
alma mía, hasta cuando
podamos superar esta desgracia.

miércoles, 29 de abril de 2020

Curvas


Agárrate, que hay curvas,
me grita el conductor,
y a un clavo ardiente
me arrimo yo.
¡Cuidado, amigo,
ahí precisamente no!,
aclara el del volante
con temor.
Saltan chispas volátiles
del electrocutor.
La vida es un hilo
pendiente entre los dos.
Corre, corre, corre
el bólido cabrón.
ronca, ronca, ronca   
el trepidante motor.
Al llegar los dos sanos,
sonríe el conductor
y se lava las manos
con lejía y alcohol.
Sin novedad en el trayecto,
con las curvas, como ellas son,
insiste el megatrotter
mientras me calmo yo.
¿No es esto una metáfora
de lo que nos está sobrepasándonos?

918470225

martes, 28 de abril de 2020

Muestra de segovianía


Segovianos: No hablo en broma,
puesto que venís de Roma
con un arcado Acueducto,
sabed que ese es el producto
del trabajo y la ilusión
con tino y ponderación.
A la manera romana
hais de unir la segoviana
y estar al tanto de todo.
Ya sabéis de cualquier modo
que la vida tiene un precio
y por eso yo la aprecio
y os llevo en el corazón
y en el son de esta canción:
“Viva la segovianía,
más sonante cada día
con notas de jota llana
totalmente castellana
como Agapito quería”.
Eso se llama hidalguía,
y lo demás son romances
que dan a la Lengua alcance
en perfecta simetría
con la dulce melodía
que de sus notas renace:
“Más vale aquel que más hace”,
y vosotros sois ejemplo
todo a lo largo del tiempo
de esta refranera frase.
Atención, nobles paisanos,
pues somos los segovianos
carne y uña de Castilla,
en la que la gracia brilla:
vosotros a producir
cebollas, ajos, maíz,
trigo, alfalfa y girasol…
como cualquier español
que lo sea de raíz
antes y después del Cid.

918470225

lunes, 27 de abril de 2020

La desescalada


La desescalada empieza
con lentitud y torpeza
pues quiere el virus maldito
marcharse muy despacito;
así que tacto y cautela
sin poder ir a la escuela
de la mano del abuelo
al que no le luce el pelo.

La desescalada, ¡ah,
cómo me gusta bajar!
Pero ¿adónde se subió
el bichito matador?
A un pico de veintemil
fallecidos, ¡ay jolín!
sin querer descender de él
al llano del vivir bien.

Tramo a tramo, los vivientes
-ahora ya supervivientes-
tendremos que acomodarnos
a lo que vayan a darnos
de libertad los políticos,
esos superferolíticos
que gobiernan nuestras vidas,
dicen que “a manos tendidas”.

¿Tendidas a quién?, pregunto
porque es que este es un asunto
de capital importancia
y hay que darle relevancia
en el porvenir incierto
que se presenta ya mismo.
¿Volveremos al abismo?
¿Caeremos en desgracia?
Pues no le encuentro la gracia.
¿La encontrarán mis lectores?
¿Serán sus tiempos mejores?

Mucho me temo que no.
Por eso aquí digo yo
que de políticos tales
sólo hay que esperar más males
y de toda condición.
La mano en el corazón,
repito por caballero
que la vida es lo primero
y asegurárnosla deben
y, si no, que no se lleven
los sueldazos que se llevan
mientras otros mueren, penan.

Conclusión: Viva la vida
que a resistir nos convida;
será la desescalada
punto inicial de llegada
a nuestro propio destino
si madre Naturaleza
nos da fuerza y fortaleza.
Todo lo demás nos sobra.
Manos, manos… ¡y a la obra!

a.sotopa@hotmail.com
918470225

viernes, 24 de abril de 2020

Niños


“Dejad que los niños
se acerquen a mí”,
dijo el buen Jesús
antes de partir
de Jerusalem
al huerto de olivos de Getsemaní,
huerto de oliváceos
de color aceituní.

Pero ahora sufrimos
su misma Pasión
y los niños no saltan
desde el balcón,
porque el coronavirus
burlón y matón,
los tiene enclaustrados
en la habitación
de su casa humilde,
que no casoplón
en el que el Iglesias
les da el biberón.

Hombres y mujeres
del gobierno inepto,
parad este virus
horrible e infecto
que los tiene aislados,
que los tiene presos
en una clausura
de gran sufrimiento.

Sufrimiento mental,
torpe, torpe, torpe,
físico y ambiental,
sufrimiento semejante
al que más no se verá
con  tanto progreso
como dicen que vendrá
los manda mandamases
de esta época crucial.

Niños todos, a guardaros
un poquito más
sin la mano del abuelo,
sin la mano del papá,
sin la mano de la abuela,
sin la mano ni el compás
de los yernos y las nueras
que para eso ya no están.

Niños míos, no os perdáis
si de la mano del padre
o de la madre no estáis.
Veremos a ver aún cómo
en la calle os despacháis
con soltura y elegancia
y a la vez os columpiáis
en la pequeña distancia
que de ellos, al fin, sufráis.

a.sotopa@hotmail.com
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miércoles, 22 de abril de 2020

Fábula de plantas


Mi Doctor don Pedro Crespo
gravemente me alecciona
de la cantidad de plantas
que en su mente colecciona:
plantas buenas, plantas malas,
plantas, ay, que aquí y ahora
mantienen una batalla
por ver cuál es más de Flora,
la diosa de Botticelli
que resurge de una concha.
Existen plantas silvestres
y plantas decoradoras
cultivadas en jardines
tanto al sol como a la sombra:
plantas llenas de veneno
y plantas beneficiosas,
que hasta el veneno más fuerte
en medicina transforman,
gracias a la ciencia infusa
de muchas cabezas doctas.
Sus letales consecuencias
son vitales hora a hora
de acuerdo con los avances
de la ciencia innovadora.
No hay más que verlas sanando
en probetas, cantimploras,
tubitos plásticos y
cristalinos boca a boca.
De las manos de los médicos
ya nadie duda, pues gozan
de un prestigio inusitado
ante las pandemias locas,
 cual se ha visto en esta última
ocasión devastadora
que ha asolado a medio mundo
incluída nuestra Europa.

Hortalizas y verduras
rivalizan con las rosas
en verdura blanda o dura
según su tersura propia ,
y lo mismo las frutales
junto a las “tuberculosas”
como el nabo y la patata
y otras muchas muy terrosas.
Por tanto, señores míos,
a tener fe en la zozobra,
la medicina nos salva
de las plantas venenosas.
Fe, Esperanza y Caridad
florecen más que de sobra
para que juntos y unidos
vivamos en gran concordia.
Aprovechemos el tiempo,
ya Dios nos tendrá en su Gloria
con las plantas de los pies
cantando justa victoria.

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martes, 21 de abril de 2020

El burro lector


En una vieja estampa digital
he visto a un burro lector
y al momento me he inquirido
si ese burro no soy yo.
Que creo que sí, pues tengo
su misma figuración:
cara atenta, libro enfrente
y parecida ambición.
Y es que mi tocayo Lucio
en asno se transformó
para seducir a Focia,
a la cual se la montó.
Se la montó por ser sabio,
o sea, burro lector,
igualito e equilicual
al que ahora empiezo a ser yo.
Aprended, hombres burracos,
esta simplona lección:
nadie es burro si es que lee
cómo al mundo le hizo Dios.
Carpe Diem, y que luego
el cuerpo aguante y que no
nos deje el pobre tirados
y sin ninguna otra opción.
Que os lo montéis bien os pido
para mi satisfacción.
Nada alegraría más
a mi obsexo corazón.
¿Entendido? Buenos días,
y adiós, adiós, ay, adiós
a aquellos que yo gocé
pero ahora gozáis vos.
Si así lo hacéis, gracias, gracias.
He sido vuestro mentor
y lo voy a seguir siendo
hasta que llegue la Mort.

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lunes, 20 de abril de 2020

¿De usted o de tú?


Como queráis,
que a mí lo mismo me da
que me tratéis de Vuecencia
o de vecino sin más.
¿De Usted o de tú?
Cada cual bien sabrá
cómo a la gente atender,
servir u honrar.
Mandar y obedecer
chocan entre sí,
pero a mí eso no me importa,
lo que me importa es vivir.
Con dinero o sin dinero,
con decencia o sin decencia,
allá se expresen todos como quieran
y allá su conciencia.
De la prepotencia
no me gustan los modos.
Yo soy como soy
y estoy codo con codo
con cualquier semejante
aunque sea anodino
pero no mangante
del erario opimo,
porque sobre todo estimo
la cercanía
de la cortesía
en el día a día.
¿De tú o de usted?
¡Vaya usté a saber!:
Como mejor nos convenga
una u otra vez.
Eso sí, con respeto
mutuo entre los dos,
seamos vecinos
o vecinos no.

a.sotopa@hotmail.com
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viernes, 17 de abril de 2020

Corazón, ay, corazón


¡Oh Dios mío, cuántas coplas,
madrigales y canciones
se han volcado en descifrar
las distintas emociones
del sangrante y palpitante corazón!
¡Oh Dios mío, cuántas penas,
Cuántas redondas condenas
Y recuántas alegrías
nos han dado día a día
los poetas entregados al Amor!
Que si me odias, que se si me amas,
que si sientes, que si olvidas,
que si todo lo que pasa
es un gozo o es una herida
en el medio del  brotante corazón.
Su tictac incontenible,
Su relojero temblor…
Es una llamada audible
en el pecho acogedor
de la sangre roja roja del corazón.
No existe mayor sensor,
mejor objetivo o diana
que su pulsión soberana
vibrando como un tambor
de la noche a la mañana.
¡Oh corazón, corazón,
puerta de entrada y salida
de mi vida convertida
en pura acción y emoción,
a ti mi cántico hoy!
Toca, toca,
tócame la aldaba o la llave
del corazón.

918470225

jueves, 16 de abril de 2020

Escribo con estilo


Voy del azul al negro
y luego al rojo
porque soy maníaco
cultivando antojos.
Ahora la punta de la pluma estilográfica
con deleite mojo;
las cargas de Inoxcrom
 apenas toco;
con los dedos las hinco
para que poco a poco
les descienda el color
de su pequeño pozo undoso.
Tintar el papel blanco
es todo un gozo
por el resbalamiento
de la mano y los ojos.
Los poemas y los artículos
se me acumulan a lo loco
y los paso al Zoquejo
como pidiendo socorro,
de forma que así Fátima
ve que no me ahogo,
los saca a flote
y les pone a tono.
Mil y pico ya llevo
en este año solo.
Hasta la Biblia en verso cuento
si me lo propongo.
Por hoy ya basta
y el capuchón le pongo
a la pluma estilográfica
reproducida como los hongos.
Cartucho quito,
cartucho escojo.
Desde el coronavirus
-del que estoy hasta el coño-
fuera azules y negros,
son rojos todos
como la sangre hirviente
sobre mi pecho roto.

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miércoles, 15 de abril de 2020

Cuento infantil


Hubo una vez un bichito
llamado Coronavirus
que aunque fuera chiquitito
mataba más que un bandido.
Casas y calles ponía
como no dijeran dueñas
y solo se entretenía
en meterse entre las peñas
de la gente congregada
en los cines, los estadios,
los clubes, los ideadios
y los sitios de acampada.
Ese bichito matón
se reía de la gente
que se creía potente
frente a su desolación.
¿Y qué pasara después?
Que millones de infectados
fueron hospitalizados
sin ya mantenerse en pie.
Conclusión de lo contado:
Mascarillas a porrillo
porque juega al pillo, pillo…
y este cuento aún no ha acabado.
Terrible es ¿verdad, amigo?
Yo me pongo por testigo.
Tápate la boca, pues
puede volver otra vez.
Y si te pilla, te juro
que va a ser igual de duro
y no lo contarás tú.
Ya entonces… ni fa ni fú.

a.sotopa@hotmail.com
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martes, 14 de abril de 2020

Traje negro


La muerte viste de negro
las residencias de ancianos,
la muerte le tiene celos
al coronavirus zafio.
Su guadaña es blanca, blanca
pero teñida de rojo
y en el filo la “coronan”
miles y miles de cocos.
Despacio, cuca garduña,
despacio, triste señora,
mira que a los cementerios
les falta mano de obra.
Y es que el gobierno ha prohibido
trabajar a los obreros
y están en casa esperando
a que se muera el bichejo.
Hasta el mes de mayo al menos,
dicen los sabios científicos
que va a durar esta plaga
que supera a las de Egipto.
Detente, por Dios, detente,
ya estamos escarmentados
de haber hecho de este mundo
una colmena de espanto.
Y vete, vete y no vuelvas;
te lo piden, por piedad,
con los ojos suplicantes
los de la tercera edad.

a.sotopa@hotmail.com
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lunes, 13 de abril de 2020

Ristra de coplas o de lo que sean


Escribo para mí,
o sea que me escribo
y quizás también a ti,
y es que me encanta
ser receptivo
de la gente tanta
por la que viví.

Que me dejen, pues, a mí
ser como quiera;
ni soy un vate al uso
ni un hombre pera.
Canto y amo la copla,
aun no sabiendo
quién me la sopla.

Rafael de León
fue mi  Maestro,
os juro que sus coplas
me las meto adentro.
Él andaluz,
yo segoviano;
entre los dos, ríos de luz
y un piano.

Encuadrado en el marco
de una saeta,
del dolor me desmarco
de la A a la Z
y parezco un barco
varado en la calle quieta.

Abrid los corazones,
dejadme entrar,
tengo ya mil razones
para descansar.
y si canto llorando,
es para que las penas
se me vayan quitando.
Por cielos de poemas
estoy versando;
susurradme nanas nenas
de cuando en cuando.
Y si me duermo,
nada os importe,
me resumí en un cuaderno.

Encended la candela
de los Viernes-Santo,
que a la vela, vela,
me quedo con el canto
de la duermevela.

No te vayas, Jesús mío.
Voy a sentir mucho frío
cuando aquí me quede solo
igual que el hielo en el polo
mas con más escalofrío.

Las mujeres me tomaron
como un objeto de culto,
culto porque yo soy culto,
pero al poco me dejaron.

Desnúdate deprisa,
amada mía,
mira que llega la brisa
que tu cuerpo briza
y estás tal cual todavía.

Ya con la noche acuestas
por vencido me doy.
Espero tus respuestas
al día de hoy.
Mañana ¿quién sabrá
lo que a ti y a mí
se nos ocurrirá?

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viernes, 10 de abril de 2020

Colchón de canciones


Sobre un colchón de canciones
De El Cigala y de Paco de Lucía,
Paso la noche y el día
Feliz con sus vibraciones.
¡Canciones, ay, qué canciones
De penas y de alegrías
Me sorbo por bulerías
A traguitos y a montones!
Me suenan todos sus sones,
Me encarcelan en la Gloria,
Cuerdas de gracia me ponen.
Ya estoy cantando ¡Victoria!
Ya veo el mundo en colores…
Y sigue y sigue la noria.
PD: Flores, Primavera, flores.

a.sotopa@hotmail.com
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miércoles, 8 de abril de 2020

A lo Segismundo


Vuelan raudos los gorriones
por el cielo sideral
alando nubes preciosas
que lluvias nos traerán
para que el grano del trigo
engorde luego en el pan…
¿Y teniendo yo más vuelo,
tengo menos libertad?

Aletean las gaviotas
en el aire y sobre el mar
como blancas, níveas notas
de silábico graznar
sin temer que el alto cielo
caiga y las zurre, plas, plas…
¿Y yo, que camino a pie,
tengo menos libertad?

Vuelve al nido el ruiseñor
venciendo a la oscuridad
porque aunque sea de noche,
la noche no le va mal,
ya que sabe propulsarse
para a su prole cuidar…
¿Y teniendo yo igual pulso,
tengo menos libertad?   

Se guarece en el tejado
la golondrina negraz
que Bécquer hizo poema
de sutil celebridad,
pues la boca se hace agua
ante tamaña beldad…
¿Y teniendo yo mis rimas,
tengo menos libertad?

Salta el ciervo los vallados
de los montes -tierno, audaz-
desafiando las leyes
de la caza natural
que sólo el hombre le ha impuesto
a todo pobre animal…
¿y teniendo yo más ansias,
tengo menos libertad?

Atraviesa el elefante
la selva con obviedad
con su memoria pimpante
arrasando el yerbazal
y con su larga nariz
tragando aire sin parar…
¿y teniendo yo igual de aire,
tengo menos libertad?

León, tigre, hiena, toro
matan hombres sin piedad   
por la única razón
de a su raza asegurar
para su perduración
como bestias nada más…,
¿y siendo yo humano puro,
tengo menos libertad?

¿Quién en lógica platónica
secuestra mi dignidad,
la encierra en casa con niños
y con mujer que cuidar?
Mi albedrío libre y sano
¿quién secuestrado lo ha,
que encerrado en esta vida
tengo menos libertad?

¡Oh coronavirus, tú,
tú solo causas mi mal;
recluído ante el feroz
ataque profesional,
ya no sé ni qué decir,
ya no sé ni qué pensar,
pues teniendo yo más fuerza,
tengo menos libertad.

Vete, tirano gobierno,
vete, bicho fantasmal;
nos asustan sus mentiras
y también tu mortandad;
paraíso aquí en la tierra,
paraíso, ja ja, jaaa…
Lo mismo que Segismundo,
solo pido LIBERTAD.

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martes, 7 de abril de 2020

Amor mortal

Pocas veces el Amor
ha sido tan flechador
como en estas horas muertas
que ha asaltado nuestras puertas
con flechazos de pavor.
En casa, quédate en casa,
 dice el gobierno ¿y qué pasa?
que Cupido la traspasa
porque es un dios matador
sin remedios y sin tasa.
Con veneno en el carcaj
llegó Covid, y sus flechas,
-para el hombre solo hechas-
volaron zas, zas, zas, zas…
sobre izquierdas y derechas.

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lunes, 6 de abril de 2020

Una sombra acogedora


La sombra de mi padre habita en mí.
 la buena sombra, la que abrillanta el sol.
Aunque era serio y prudentísimo, jamás escatimó
una caricia, una sonrisa, una pulsión de amor.
Hoy le veo en el carro de las frutas, las especias,
los pescados, las aceitunas y el arroz.
Recuerdo que renqueaba y que cantaba ante el armonio
en las misas del pueblo con ardor.
Su garganta morena resonaba vibrante
y a la vez con temor y temblor.
Yo era pequeño entonces y todavía lo soy hoy,
pero se alzaba altísimo ante mí
y yo le respetaba como a un hombre de honor.
Mi padre, era mi padre,
entre todos los padres, el más sabio doctor.
 Jamás lo cambiaría por ninguno más rico,
de los que había un montón,
como El Bizco y El Píjeres,
 El Matacristos y  El Ratón.
¡Ay, no, no, no! Mi padre era mi padre,
todo un señor.
Camino de la escuela y de la iglesia, cuesta abajo,
siempre me acompañaba un regato cantor,
y en el toldo del carro de mi padre
ponía: “cada día sale el sol”.
Sol mío, me decía,
y me lo creía yo.
Su silueta tendera y extendida
aún se expansiona por mi ancho corazón.
¡Padre mío, vuelve,
vuelve de Torrecilla, de Aguilafuente y de Carbonero el Mayor!
¡Vuelve, que aquí estoy esperándote
como en la verde infancia de Cozuelos y Griñón!
¡La infancia, ah, la infancia,
la residencia mejor!
Nunca me haré yo grande.
Ni falta que hace. No, no, no.

a.sotopa@hotmail.com
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viernes, 3 de abril de 2020

Los días


Como canta Cantalapiedra,
los días pasan volando
y  aunque iguales son distintos
en cada caso.
Hay días sosos
y días salados,
días neblinosos
y días soleados;
días cortos y lentos
y días largos con rabo;
días de labor
y días de descanso;
días de impotencia
y días de cansancio;
días deseosos
y días aciagos;
días sublimes
y días ignaros;
días rabiosos
y días encrespados;
días de silencio
y días de palabros;
días de tele,
días de radio;
días asesinos
y días protocolarios;
días de bondad
y días de narcotráfico;
días de malnacidos
y días de santos sabios;
días de aquí te espero
y días de aún no has llegado;
días justos
y días atrabiliarios;
días de boda,
días funerarios,
días coronavirus
y días ensangrentados;
días de dar y tomar
días de a tomar pol saco;
días buenos,
días malos;
días “no me toques, Roque”,
días “tócame”, pues claro;
y en estos se resumen
los días del calendario;
atrápalos, si puedes,
cógelos, atrápalos.
Y así tu vida
se llenará a diario
de arte, de cultura,
de paisajes, de espacios,
de amores, desamores,
plegarias y milagros;
mira que llegan, pasan
y se van volando.

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jueves, 2 de abril de 2020

Letanía del pan


Roque Dalton, salvadoreño
poeta de los días y las noches,
escribió sobre el pan
-ese derroche
de migas como copos-
que “es un perfecto broche
en el cuello de las damas
y en el cuello de los hombres”.
Roque Dalton, digo que dijo
que “nadie era pobre
si amasaba el pan”.
De él, este cofre
de palabras horneables
por honrosas y nobles
en el horno del pan,
en el horno de adobe.
Pan bendito de Dios
crecido al tope,
pan humilde y sencillo,
pan crujiente y sanote,
 pan mollete redondo
y tierno al gañote,
sánanos, sálvanos,
pan oblea de los sacerdotes
en la comunión.
No quiero otra dote
ni quiero otra herencia
que un pan de rebote,
allí donde me halle
chupando del bote.

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miércoles, 1 de abril de 2020

Abril, mes cruel


Bienvenido, mes de Abril,
bienvenido, y líbranos
del coronavirus vil.

No tendrás Pasos ni Ferias,
pero te van a sobrar
otras cositas más serias.

Por ejemplo, vivos muertos
que tú te vas a llevar
siniestramente a tu huerto.

Que eras cruel lo sabíamos
por Eliot y otros poetas,
pero no nos lo creíamos.

Hoy que has llegado con nieve,
el cielo se extienda arriba,
la tierra te sea leve.

Abril, Abril, flores mil
y una corona de virus
sobre el corazón febril.

Abril, Abril, prado verde
y bosque espesado en sombra
con la muerte que nos muerde.

Abril, Abril, óyeme:
deja a los vivos tranquilos
y quédate, quédate

hasta que el virus se muera
y de verdad, de verdad
renazca la Primavera.

Primavera, ¡quién te viera
orlada de flores mil,
hecho Abril una pradera!

a.sotopa@hotmail.com
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