jueves, 28 de noviembre de 2013

Figura con paisaje segoviano al fondo


Como los pintores –Rafael, Leonardo, Durero, Velázquez, Goya…- se autorretratan para la eternidad del arte, yo me voy a autoentrevistar, ante sus señorías, respetable público, para plasmar en letras uncidas lo mejor de mi cuerpo serrano y de mi espíritu.

-Comience, pues, andante caballero, me dice mi doble.  Estoy encantado de escucharle.

-Pregunte, pregunte usted, le respondo, y así nos enzarzamos los dos en uno.

-Pregunto. A lo largo de los muchos años que llevo conviviendo con usted –setenta y uno, si no me falla la fecha del nacimiento un siete de octubre de 1.942- he podido percibir y observar dos personalidades en una. ¿Es así?

-Ciertamente. Y en unión hipostática.

-Ambas formas de ser y parecer no se oponen sino que se complementan, ¿verdad?

-Verdad. Siga.

-Por un lado se muestra muy íntimo, muy silencioso, y por otro, demasiado conversador. Esto me choca.

-No tiene por qué chocarle. “Demasiado” no, bórrelo, por favor. La demasía es excesiva por definición, y no la admito en nadie, ni en mí siquiera. Amo la virtud que está en el justo medio, al igual que la “áurea mediócritas” de Horacio.

 Ha dicho usted, y ha dicho bien, silencioso y conversador, no ensimismado ni hablador o dicharachero, adjetivaciones  que no se me corresponderían. La conversación, amigo, es para mí un placer de dioses, como lo fue para Platón, pero, a la vez, sepa que me reservo más de lo que expreso, porque este hombre que habla solo, espera a hablar a Dios un día, tal cual solía hacerlo al atardecer –esa hora en la que nos examinarán de la asignatura pendiente del amor-  el caminante catedrático de francés, don Antonio Machado, por los Campos de la Soria pura o la Alameda del Parral verde-segoviana, donde se funden el Eresma y el Clamores, corrientes espirituales para San Juan de la Cruz y Teresa de Ahumada.

-Entendido. Vale. ¿Qué busca viajando? ¿Quizá el tiempo perdido, que ya elaboró Marcel Proust magistralmente? ¿Qué intenta captar y asumir?

-Me busco a mí mismo en tanto que a los demás, los prójimos. Entro en  mi casa interior más que en los palacios exteriores. Remiro la catedral arbórea de mi alma, tanto o más que las góticas y románicas estructuras de la piedra levantada en flor, o ejército de chopos que escolta y sombrea a un manantial corriente. Y todo eso, mientras voy andando o cocheando.

Recuerde usted a Rabindranath Tagore, el indio-inglés Nobel, como yo lo recuerdo. Lo escribió claro: “Me fui muy lejos para escuchar tu voz y no sabía que te tenía en la niña de mis ojos”. Yo siempre voy tras una voz, como el que atendió “la llamada de la selva”. Selva es la naturaleza transitable para mí. Pero también vuelvo. ¿No ha leído, señor mío, la leyenda de aquel granbretaño que, después de atravesar de parte a parte el mundo mundial, recaló en su país y exclamó: ¡qué bella tierra, ninguna como esta, es la más maravillosa que haya visto jamás? Pues así me sucede. Y me siento con dos huevos. 

-Quiere decir que entonces se serena, se recoge y se pone a redactar.

-Exactamente.

-Y goza doblemente del viaje.

-Exactamente. Cargado de cicatrices en el cuerpo y de experiencias en la mente, me siento rebosante como un pozo y por el brocal de la pluma o la pantalla virgen del ordenador, vierto las aguas de los conocimientos adquiridos y los sentimientos y emociones compartidos. Ya sabe: uno es uno y sus circunstancias, por orteguiano y por unamuniano.

-Por tanto, le gusta volver.

-Tanto como salir, regresar; sí, señor. Es la mezcla completa. Y contar el viaje, la excursión, el desparrame, la charla con la gente, el convivio del mesón... Si no lo cuento es como si no lo hubiera vivido, no sólo por mí y para mí sino para los otros, por los que intento accionar los cinco o seis sentidos comunes de la trashumancia: veo, huelo, aspiro, toco, pruebo y gusto.

-¿Se detiene mucho?

-Poco, pero lo suficiente. Sorbo el paisaje y el paisanaje, y a otra cosa, que mariposa volandera me considero. O pájaro. Pico aquí, pico allá. Soy incapaz de remedar a Ulises en sus largas singladuras y estancias, primero porque el mar me marea, segundo porque las Nausicas ocasionales que me encuentro en el camino no me bastan, por muy sirenas que se muestren, y tercero, porque no logro desasirme de la Penélope que siempre me espera en el hogar, ni ella me lo toleraría.

-¿A qué clase de narradores de viajes se parece el maestro y poeta?

-A todos y a ninguno. Joseph de Maistre no necesitó salir de su habitación. Salgari se “inventó”  “Tarzán” o “Los tigres de Mampracén” sin haber pisado la India, y menos la jungla; “Las veintemil leguas de viaje submarino” o “El viaje al centro de la tierra” o “De la tierra a la luna”…las imaginó Julio Verne releyendo a escritores anteriores, sin haber caído tan bajo ni subido tan alto. Y como ellos, Walter Scott, entre las brumas de Escocia; Conrad, Stevenson…o nuestros Reverte y Vázquez Montalbán. Unos se embarcaron en globos, barcos, trenes…Otros se quedaron en casita. Yo he compartido las dos cosas. Soy tan sedentario como paseante, según el humor y otras circunstancias y necesidades. La literatura es la verdad de las mentiras, lo ha explicado exhaustivamente Mario Vargas Llosa en un español llano.

-Su último libro “A lo largo del río Riaza” es auténticamente plástico, un verdadero cuadro campestre, al estilo del “desayuno en la yerba”, y se lee con soltura y placer.

-Muchas gracias, amigo, por los piropos. Dios le conserve el buen gusto. Mi propósito fundamental, cuando me enfrento al papel en blanco, es la transparencia. Y hago el mayor esfuerzo por desentrañarme para que el lector haga el mínimo esfuerzo en comprenderme. Así “el texto acaricia su intelecto”, en feliz expresión de mi amada poeta Feli Reimóndez. De manera que suelo incluir al lector en el texto, y así se ve él reflejado como en un cristal, en prosa y en verso, que se me dan por igual.

 Amo a los pintores descriptivos, que me han transmitido sus dotes de observación. En realidad, me imagino que soy un pintor con palabras. Y en vez de con trípode, me siento en una plaza o en una ribera con unas cuartillas y las delineo frase a frase. O con una casette, y me grabo silabeando casi. Las palabras tienen también peso y medida, y colores arcoiris como la paleta, y textura, imágenes, escorzos y difuminados leonardescos.

-¿Prefiere la descripción de la naturaleza, la monumentalidad, el caserío pobre, las ciudades y los pueblos, o el diseño de los personajes?

-Prefiero el conjunto variado que usted me cita. Y voy de uno a otros. Necesito cambiar. Yo, como un don Juan de la escritura, me entrego momentáneamente, por deleite pasional, a lo que tengo delante.

Yo subo a los palacios y bajo a las posadas, estoy en lo alto y en lo bajo y en lo llano…para dejar, al contrario que el Tenorio, memoria grata de mí y memoria complaciente en el lector.

-Usted es que es un afanador, Apuleyo; lo quiere todo.

-Lo quiero todo, sí, señor, para complementarme, como Teresita de Lissieux, cuya biografía me embebí en el internado frailuno.

-Así, cualquiera.

-Cualquiera, no, sino aquel que se ha preparado duramente y sigue aprendiendo día a día; vana es la tenacidad sin la perseverancia, se eduque y reciba enseñanza en colegio público, privado o concertado; del Corazón de Jesús, de las concepcionistas o las jesuitinas; de la Residencia de Estudiantes como Lorca, Juan Ramón, Dalí o Buñuel, de la Institución Libre de Giner de los Ríos o de la Universidad Popular de San Quirce, que fundara Machado. Por todo hay que pasar, haciendo “camino de perfección” al andar. Igual que la otra Teresa, la nuestra, la andariega, la Carmela calzada o descalzada, reformándonos a nosotros mismos, antes que a nuestros semejantes. Sólo podemos irradiar luz, si estamos llenos de luz. Soy un hombre, que como Diógenes, voy buscando a los hombres con mi antorcha o linterna, aunque sea pequeñita, para poder cantar con Diges en la eurovisión de lo real transformado en literatura.

-Regresando al cauce de la conversación que mantenemos sus dos personalidades, ¿no estará Segovia, la tierra de Segovia, entre sus prioridades?

-Pues claro que sí, compañero. Demostrado lo he con obras como “Por el Duratón al Duero, un viaje sentimental”, con “A lo largo del río Riaza”, acciones, pasiones y reflexiones de este viajero solitario”, hoy aquí manifiestas y a la venta, y con el relato que llevo entre manos y entre pies por “El Cega ciego”, una trilogía del agua de mi patria chica, tan húmeda y fértil como el vientre de una mujer. Y con mis numerosos romances y artículos adelantados. ¿Le parece poco?

-Nada más lejos de mi ánimo. Sé que usted se merece ser nombrado Hijo Predilecto, al menos de su pueblo natal Cozuelos de Fuentidueña, y académico de San Quirce, y Cronista Oficial de la provincia, y redactor perpetuo de El Adelantado, y hombre bueno y leal de Zamarramala…

-No se pase en los encomios, muchacho, que la vanidad me trae al pairo. Moderación, aconsejaba Cervantes, y devoto suyo me confieso. Algunas distinciones las poseo ya y a mucha honra, como la Medalla de Oro “Góngora” de la Real Academia de Nobles Artes y Bellas Letras de Córdoba o como Primer Premio del Centro Segoviano de Madrid por la novela del LXXV aniversario, “El coche de línea”, y Premio Domingo de Soto, otorgado por esa misma y amable Institución y entregado en este salón de plenos de la Diputación en 2007, sin olvidar el Premio Nacional de Difusión Cultural, concedido por el ministerio de Cultura en 1.983, o una Beca de Creación Teatral de la Comunidad de Madrid, por cuya donación pude escribir la Comedia Musical de “Los amores del arcipreste”, representada con notable éxito en el Juan Bravo. Otras honras vivas no tardarán en llegar (la Santísima Trinidad del Poder Autonómico, Provincial y Local mediante) aunque no está el horno para bollos por la crisis, ni los reconocimientos  se otorgan  a la orden del día, pues suelen ser póstumos o postrimeros en este país viejo e insensible, y aún no albergo ganas de morirme para que me depositen flores.

-Decía usted, caro Apuleyo, que Segovia es encantadora, ¿pero no es también desconocida y desagradecida?

-Párese usted, otra vez, alma de cántaro. Me la conozco como la palma de la mano y trecho a trecho, en sus noblezas y en sus mezquindades, véase Ysabel en televisión, y no voy a nombrar ninguna de las últimas, que bastante ya tiene la pobre con soportarlas.

¿Encantadora? Totalmente, de arriba abajo, de norte a sur, de este a oeste, con montañas, valles, llanuras, mesetas y parameras paniegas, hortícolas, frutales, y cochinas, vacunas y corderas.

¿Desconocida? También. Más que nada, y es pena, por sus propios habitantes. Lo resumo en una historia. Yendo por Duruelo, Cuéllar, Ayllón, Pedraza, Sepúlveda…me encontraba con extranjeros que me asaltaban y decían: ¿Y cómo esta maravilla de mudéjar y románico pueblerino no lo visitan más? ¿Por qué no se entusiasman con sus arcos, sus dovelas, sus trampantojos, sus parteluces, sus rejerías, sus balconadas, sus tejados únicos bivalvos, su gastronomía al dente, sus vinos de Valtiendas…?  Y no sabía qué responderles. Llegaban –y siguen llegando- de USA, China, Japón, Francia, Inglaterra, Italia…y quedaban –se quedan- pasmados. Como yo mismo.

Pero mire usted, caballero (y me refiero a la mitad de mi alma). Somos la dama de las catedrales, el acueducto de la historia, el Parral de la cristianía y la zarzuela, la cumbre del Guadarrama ahora nevada y goteante de manantiales, la altivez soberbia del Alcázar, los palacios de La Granja, Riofrío y Valsaín, porque los bosques son un palacio natural también llenos de gnomos… ¿Y qué? He ahí la cuestión.

Con todo y con ello, en la sobreabundancia de dones, soy partidario de los pequeños ríos que la surcan. Estoy con Fernando Pessoa: “Será muy grande el Tajo, que se abre en estuario-mar por Lisboa, pero aunque es grande es más grande el río de mi pueblo, porque es el río mi pueblo”. Pues no hay más que hablar.

-Léanos, para terminar, unos párrafos de “A lo largo del río Riaza”, libro prosimetral por el que estamos con usted esta fina noche de noviembre.

-Ahora mismo. Con la concentración y complicidad que el evento merece. Voy a meterme en sus páginas brevemente, y, luego, que los fieles oyentes opinen lo que les plazca, si no se han dormido y aburrido con nuestra charla.

-Sea así, Maestro.

-Gracias, corazón, por haberme dado la oportunidad de explicarme.



(Leo el trozo del canto de los pajarillos al salir de las Hoces del Riaza, Paso VI, páginas 78, 79, 80… y algún poemilla, como EL AGUA QUE NO CESA (pág. 84) o el soneto al marrano, página 91) 



a.sotopa@hotmail.com
91 847 02 25

martes, 26 de noviembre de 2013

Los viajes de Apuleyo, por Fernando Jiménez Berrocal






El cronista oficial de Cáceres, Fernando Jiménez Berrocal, ha escrito el siguiente texto sobre el último libro de viajes de Apuleyo Soto, ‘A lo largo del río Riaza’, que se presentará este jueves, 28 de noviembre, a las 19:30h., en la Diputación Provincial de Segovia. 




“He de confesar que desconocía donde se encuentra el río Riaza, nunca estuve a su vera, aunque lo siento cercano después de leer el libro de Apuleyo Soto. Un libro de viajes, como los de antaño. Un encuentro con la riqueza cultural y biológica que acompañan las tierras ribereñas de esta parte de la vieja Castilla.

Recorrer paisajes anónimos para el viajero, anotar en el cuaderno de campo lo que aparece ante nuestra vista y descubrir la riqueza cultural y humana que  escolta, en su recorrido al río Riaza, ha sido plasmado en un trabajo no exento de originalidad, donde se armonizan letrillas y coplas con personajes y sensaciones  de un transeúnte de la vida.

Apuleyo Soto  hace alardes, en su trabajo, de su versatilidad cultural. Es un experto del mundo castellano en el que se desenvuelve con la soltura que imprime el conocimiento y el trato con el paisaje humano de sus pueblos y campos. Nuestro autor convierte su personal viaje en un encuentro antropológico con formas de vida que se conservan intactas; la gastronomía y el paisanaje, de la mano, como lugar donde se funden el pasado y el presente.

Tradicionalmente, los ríos fueron marcas que distanciaron lenguas y culturas. Por su cauce fluía el agua y en sus tierras florecía  la vida. Pero sus cauces también fueron y son espacios para el aprendizaje del paso de la historia. De todo ello es consciente Apuleyo, que con su prosa directa y campechana, donde cita lo mismo a Garcilaso que a Cervantes o a Cicerón, nos introduce en horizontes recónditos, alejados de los circuitos oficiales del viajero, lugares donde habita la memoria secular de aquellos que se beneficiaron, en otro tiempo, de las posibilidades que el Riaza ofrecía a sus gentes.

Hace casi 30 años inicié el descenso de ríos extremeños, como una forma de instruir a mis alumnos sobre la importancia de estos como lugares donde se encuentra grabado el pasado de los pueblos. Leyendo el trabajo de Apuleyo me he vuelto a encontrar con otros paisajes, pero con los mismos propósitos. Difundir aquello que nos ilustra y nos identifica como grupo humano. Gracias Apuleyo, por regalarnos tu sabiduría”.


© Fernando  Jiménez Berrocal

viernes, 22 de noviembre de 2013

La sonrisa de la Gioconda, por Ana Galisteo Pérez

 'La sonrisa de la Gioconda' es un entremés que se representará la última semana de noviembre por distintos pueblos de la sierra madrileño-segoviana, como Soto del Real, Manzanares el Real, El Molar y Guadalix de la Sierra, en conmemoración del Día de la Violencia de Género. Apuleyo Soto, que acoge la pieza en su blog, valora que "es un texto vivo, cargado de amor y humor".

Auto laico en un acto en el que el Juez de Familia escucha a unas mujeres maltratadas, con el destino fatal de un marido maltratador al fondo.
                                                              Época actual.

JUEZ.-Buenas tardes, señoras, nos hemos reunido tal y como Uds. habían solicitado.
Hoy se celebra el Día de la Mujer Maltratada, o  Día contra la Violencia de Género, como  quieran llamarle.

NATI.- Perdón, Sr. Juez, aquí no se celebra nada, se reivindica y se recuerda a todas aquellas  mujeres que sufren malos tratos físicos o psíquicos, encontrando la muerte, o  quedando dañadas de por vida.

JUEZ.-Perdone, Sra., son Uds., las féminas, las que han llevado a los hombres a ciertas… salidas de tono, como esa de que siempre es el hombre el maltratador, y nunca el maltratado.

PILAR.-Un momento, un momento. ¿Acaso quiere Ud. decir que también hay mujeres que
maltratan?
JUEZ.- Pues sí, Sra., eso es lo que he querido decir, y lo mantengo.
PILAR.-Pues sí, Sr, faltaría más; ninguna especie es perfecta. Que yo sepa.
NATI.- Señoría,  dígame Ud., estadísticamente hablando, ¿cuántos hombres maltratados hay por cada mujer maltratada ó muerta? ¡Vamos, tire Ud. de estadísticas! ¿Acaso se le olvidaron en su despacho, o la secretaria no las puso en su maletín?

JUEZ.- Pues es cierto, sí, mi secretario no ha debido de darse cuenta.
PILAR.-Claro, su secretario no estimará las estadísticas creíbles, ¿verdad? Dirá  ja, ja, ja… Las estadísticas dicen que cada español se toma tres litros de cerveza por semana, que, bueno… ¿Pues dónde  está el que se bebe la mía? Porque yo no la pruebo, soy abstemia.

JUEZ.-Vamos, déjense de lisonjas y sigamos.

NATI.-No señor, no señor; con o sin papeles, aquí se hablará  de estadísticas.

PILAR.-Por supuesto que se  hablará. Dígame,  Sr. Juez,  estadísticamente, hábleme, dígame: ¿Cuántas madres abusan sexualmente de sus hijos varones? ¡Dígamelo, dígamelo!
JUEZ.- (Golpea con el martillo) Silencio, por favor, silencio.
NATI.- (Enfadada) Diga, Señoría, y,  permítame, yo tengo amigas con hijos varones  y los miro como si mirara  a mis  propios hijos. Pero no puedo decir lo mismo de los compañeros y amigos de mí esposo, “cuando miran a mis hijas”. No, yo no puedo decir lo mismo, Sr. Juez; si esto a Ud. le dice algo, ha de tomar nota. ¡Téngalo en cuenta!

JUEZ.- Está bien, está bien, las escucharé. Pero sepan Uds. que para mí no es agradable.

MUJER 1.-Perdón, Señoría, con permiso, Sr Juez. Sí, yo soy una mujer maltratada, psíquicamente, sí, más que en el cuerpo. Pero hay heridas tan sangrantes que no se pueden calibrar ni ante jueces ni testigos. Creo que no figuran en el Código penal, pero ante Dios, (si es que Dios existe, porque hasta la fe se tambalea en ciertos casos. ¡La fe en Dios, en los hombres y en la justicia…!).Sí; yo perdí la dignidad cuando él me iba describiendo los…los…
los pechos de su amante mientras que acariciaba los míos. Me decía y repetía: “Sí, tus pechos son hermosos, tu aureola sonrosada y tus pezones son pequeños,
como lentejuelas, pero los pechos de ella son pequeños  y prietos, su aureola es oscura casi
negra, y sus pezones gruesos, abultados… Cuando están en mi boca todo mi cuerpo
estalla en un éxtasis, que nunca había sentido. ¡Ese éxtasis me vuelve loco y no
puedo pensar en nada más”.
Yo, entonces, en ese instante, sólo comenté: ¿“No piensas en tus hijos? ¿Ni en tu familia? ¿Ni en la mía? ¿Ni en nuestros amigos?....Son muchos los que nos quieren. ¿Tampoco piensas en la estabilidad económica para mí y para los niños, e incluso en la tuya propia, que…que se verá afectada? ¡No sé cómo podremos salir adelante!”
El respondió: “No lo sé, pero de todo se sale”.
Me levanté de la cama y me cubrí como pude. Un vómito amargo llegaba a mi boca
a borbotones. Después en la ducha embarduné de jabón todo mi cuerpo para
arrancar de mí hasta el último aliento, intentando que desapareciera de mí su olor
por completo.
Pensé abrir la caja fuerte y utilizar el arma que él mismo guardaba en su interior, pero volví a pensar en mis hijos, en mí misma…y me quedé quieta, paralizada.
A día de hoy, me sigo preguntando si mi dignidad está en entredicho conmigo misma.
Cuando él me pidió que fuésemos a la cama, pensé que en el lecho podría solucionar
todos los problemas económicos y afectivos de los niños. Sentimentalmente, los míos ya estaban destrozados.
 
PILAR.- ¿Te puedo preguntar una cosa?
MUJER 1.-Sí, por supuesto.
PILAR.- ¿Tú sabías, cuando accediste a su petición, que ya sin amor te prostituías ante él?

JUEZ.- ¡¿Pero qué está diciendo! Un hombre que sigue siendo el esposo de una mujer tiene
derecho. Es más, incluso después de separados. Si paga la  pensión compensatoria tiene sus derechos.

PILAR.- Señoría, acaba Ud. de confirmar algo escandaloso ¿Es Ud. creyente?

JUEZ.-No tengo por qué contestar a esa pregunta. No es de su incumbencia.

PILAR.- ¿Y son de su incumbencia la moral, la ética, la estética y las creencias de esta mujer?

JUEZ.-Está bien, está bien; solicito el cambio de esta historia por la siguiente.

MUJER 2 .- Con permiso, con permiso, Señoría. Les  voy a contar a Ud. y al público mi historia. Soy una mujer, hija única, y dos varones que me acompañan. Según ellos, yo era el ojito derecho de mis progenitores. No era especialmente guapa pero sí estaba preparada para el hogar. Tomé clases de costura, de bordados… entre otros. Contaba ya 22 años cuando conocí a Oscar. Oscar era un chico guapo y simpático. No hablaba nunca de sus ocupaciones. Que si era comercial,  buscavidas, etc. etc. Me enamoré como una tonta. Sentí tocar el cielo con la punta de los dedos, mientras que mis pies se elevaban a centímetros del suelo. Una felicidad sin fronteras. ¡Ay juventud, maldito tesoro!
La boda se celebró por todo lo alto, empezando por el anillo de pedida, que fue la envidia de todas mis amigas. ¡Un brillante!!!

PILAR.-O sea, era guapo, simpático, y además brillante, vaya chollo.

MUJER 2.-Brillante que tuve que vender para pagar la estancia  en el hospital cuando nació mi hija. El parto se adelantó unos días y a Oscar le cogió en Sudamérica. Sus jefes le habían encomendado una misión muy importante, tan importante que no pudo volver a España hasta pasados bastantes años.
Fui desahuciada y tuve que volver a casa de mis padres a trabajar con ellos en el campo.
Yo había pedido la separación judicial pensando que aún seguía él allá, pero me hicieron saber que dicha persona ya estaba en España terminando de cumplir su pena en las cárceles de nuestro estado.
Nunca fui informada de tal cosa, ni por el gobierno español, ni por su familia.
Cuando conseguí la separación, pensaba que todo mi calvario había terminado, porque volvía a ser libre, pero los familiares de mi gran amor… empezaron a hacerme la vida imposible, y eso que yo trabajaba hasta la extenuación, por un techo y un plato de comida.
Mi libertad fue solo un bombón envenenado.
Mi ex recordó que tenía una hija, y solicitó un vis a vis con ella y conmigo, al ser la niña menor de edad.
Según las leyes estaba en su derecho. Yo me negué a dicho derecho.
Al cabo de dos años, él quedó libre y sigue reclamando las visitas de su hija.
Y, según creo, la ley le apoya.

JUEZ. ¡Faltaría más, Sra.! Ustedes, las madres, piensan que los hijos son solamente de la madre, y sin nuestra intervención, Sra, no hay hijos que valgan.

MUJER 3.- Oiga, Señoría…creo que Ud. ignora que una mujer, si lo quiere, puede ser madre sin la intervención del hombre. Cosa que nos evitaría inconvenientes legales, personales y dolorosos para nosotras y nuestros hijos. ¡Hoy por hoy no son Uds… imprescindibles!

MUJER 2.- Señoría ¿Quiere Ud. decirme quién apoya a mi hija?

JUEZ.-La apoya la Ley del Menor.

MUJER 2.- Sepa Ud., Señoría, que su padre es para ella un total desconocido. Sí, porque yo le hablé de él contándole mil mentiras para no hacerla daño. Le dije que estaba trabajando fuera y vivía bien, y etc, etc., pero ella me contestó entonces : ¿Y por qué no trabaja aquí, como los papás de mis compañeras del cole? Es lo que nos ha tocado a nosotras, le repliqué. Ahora él reclama llevársela los días que estime el Juez.
Se lo comuniqué a mi hija y esta fue su respuesta: “¡Qué bien, estaremos todos juntos, papá, tú y yo!”
“No, hija, no, le aseguré; tú  tendrás que irte sola con tu padre y su familia, y mamá se quedará en casa”.
“Pues si tú no vienes, yo tampoco voy”, me respondió la pobre. Y siguiendo hablando: “Si apenas le conozco, y a su familia todavía menos.¿Por qué no han venido ellos a vernos? ¿Es que no sabían dónde estábamos?”
Dígame, Señoría ¿Qué puedo hacer yo? No he contestado a ningún requerimiento. Pero hace una semana recibí  otra citación, que decía que si no me presentaba con la niña en el juzgado, se me acusaría de secuestro y vendrían a por la niña para entregársela a su padre. ¿Le parece a usted eso bien?

JUEZ.-Señora, las leyes son las leyes y hay que cumplirlas.

MUJER 2.- Por eso mismo de que las leyes hay que cumplirlas, mañana mismo mi hija se irá con sus abuelos, mis padres, saldrán hacia  la casa del pueblo y me declararé autora del secuestro de mi propia hija.
¿Qué le parece a Ud., Señoría?

JUEZ.- Sigo diciéndole que ese señor, sea como sea, es su padre ( Da con el martillo en la mesa)

MUJER 3.-Con permiso, Sr Juez. Voy a contar la historia de una persona que no quiere revelar su identidad…Podríamos llamarla “la niña de la minifalda”. Entró en la oficina una mañana con su melena al viento, sus uñas largas y nacaradas y toda maquillada. Con ropa corta de marca, pisando firme, con sonrisa fácil…
-Hola, dijo. Soy la nueva. Me llamo Mª José.
Las que allí estábamos le dimos la bienvenida. Nos cayó muy bien y se hizo querer.
En la multicopista que había al lado del pasillo, se encontraba Manolo.
La miró y quedó prendado de ella. Manolo era un mozo rubio, gracioso, algo soez y de una familia que nada tenía que ver con la suya.
Entre guiños y chirigotas, la niña de la minifalda quedó rendida a sus pies. No sirvieron consejos, ni por parte de compañeros ni de familiares. El muy cuco del Manolo se enteró de que su flor preferida era la gardenia.
Cada viernes por la mañana aparecía con una flor en la mano y si ella no estaba en su puesto, la dejaba con cuidado en la mesa y se iba, no sin antes hacernos a las compañeras ademanes de triunfo con gestos obscenos y palabras gruesas.
Ella estaba encantada con su Manolo y cayó en la trampa. ¡Era tan joven!....

JUEZ.-Joven, o no joven, las mujeres cuando inician una relación, quieren el matrimonio lo antes posible. Nunca las entenderé, bien lo sabe Dios que nunca las entenderé.

NATI.- Cuando una mujer ama, ama de verdad y lo hace para toda la vida.

MUJER 3.-Tanto es así que un día de otoño le dio él sí. En una catedral de la ciudad se celebró la boda que daría lugar a tanto dolor.
La iglesia adornada con guirnaldas de gardenias blancas, como el ramo que lucía en sus manos temblorosas y perfectamente arregladas.
Pero los problemas no tardaron en llegar.
El no aceptaba cómo siendo tan macho, su mujer no se había quedado embarazada en el primer mes de casados.
Ella lloraba amargamente, meses y meses, escuchando lindezas como “no sirves para nada” y “te preñas, o te mando con tu madre”, aguantando día tras día…, hasta que
llegó el milagro del parto.
“¡Ah, pero … fue  niña!”, comentó el padre. Y añadió: “Espero que el próximo sea niño.
No vaya a ser que te pase como a tu madre, que después de parir tres veces, fueron tres chichis los que dio a tu padre. ¡Pobre hombre, con tres titis para él solo!”
Fue ya, en el cuarto año de casados, cuando la mujer de Manolo tuvo un varón, después de haber dado a luz dos niñas seguidas.
Al fin, Manolo estaba pletórico, y comentaba su felicidad con los jefes de la empresa en la que trabajaba.  Ellos le reían las gracias y admitían su vocabulario machista y ordinario a cambio de unas copas, porque después de esas copas acudían a jugarse hasta las cejas en los bingos recién legalizados, por la zona de Cuzco y el Bernabéu.
Mª José, la chica de la minifalda, nos intentaba convencer a todas de que Manolo no era capaz de dejar de pagar la hipoteca, ya que ella sufragaba todos los gastos restantes de la casa.
Pero un mal día… ¡la niña de la minifalda recibió una orden de desahucio sobre la finca que ocupaba y que era su domicilio! Se lo dijo a Manolo, y confió en que la iba a ayudar, pues le demostró buena voluntad. Promesas, promesas, promesas. La ayuda no le llegó, lo que sí  la llegó fue una segunda y una tercera amonestación, que se fueron resolviendo con un préstamo de la empresa. De manera que, con eso y quitando un poco de aquí y otro poco de allá, consiguió recuperar la vivienda y quedarse con ella. Entonces invitó a Manolo a dejar el domicilio conyugal, y el macho ibérico no tuvo más remedio que marcharse. Adecuó el cochazo que tenía como su “nuevo hogar”, no le quedaba otro sitio en el que refugiarse. De ese cochazo había presumido siempre ante su familia y ante los amigotes del barrio, desde que dio el gran braguetazo.
Ella, por su parte, le había dado las llaves de la vivienda, facilitándole así el derecho que tenía para visitar a sus hijos.
Un domingo, como otros tantos, María José, después de besar y acariciar a los niños, les puso unos bocadillos para que se los llevaran a su padre, de manera que no tuviera que mendigar o pasar hambre.

JUEZ.- (Golpea, la mujer se asusta) Pregunto: ¿Cree usted que esta mujer, la “niña de la minifalda”, sufría de dependencia hacia el varón? Porque no comprendo que una mujer, maltratada por su esposo,  le envíe encima comida, viviendo separada.

MUJER 3.- No, Señoría, no la tenía, pero ahí está la diferencia entre hombres y mujeres.
Un hombre normal, sin llegar a ser un asesino, si su esposa lo abandona, no acaba de asumir nunca el abandono.

JUEZ.-¿Quiere Ud. decir que las mujeres sí que lo asumen y están más preparadas que nosotros para el fracaso?

MUJER 3.- Efectivamente, Señoría. Cuando una mujer es abandonada por su marido, piensa en sus hijos antes que en ella misma. Lo primero son sus hijos.
Se acerca todavía más a ellos, y lo normal es que, en vez de hundirse, empiece a hacer de madre y de padre, y esa piña la mantiene y le da vida .Ellos sienten también el abandono y empiezan a apoyarla sobremanera, salvo en casos muy señalados. Es algo a estudiar e investigar por la ciencia, pues no está demostrado que los hijos tengan más herencia congénita de la madre que del padre.

NATI.-La ciencia, amiga mía, puede decir lo que quiera, pero el placer  que un hijo siente nueve meses dentro de su madre, eso lo recordará, y eso lo pone la madre, y no el padre.

JUEZ.-Se me están yendo Uds. por las ramas; reconozco que empecé esta reunión con cierta desgana, pero debo comunicarles que me siento mucho más cómodo de lo que creía suponer. Prosiga, prosiga.

MUJER 3.-Con permiso,  Señoría. Cuando Manolo vio a los niños más arreglados que de costumbre, preguntó: ¿Adonde vais tan guapos? –“A casa de los tíos, a pasar el fin de semana en la piscina de Tía Conchi”, respondieron con naturalidad.
En ese instante, a Manolo, herido en lo más profundo de su orgullo, se le subió la sangre a la cabeza y se le ocurrió que había llegado el momento de hacer cuentas con su esposa.
Puso en marcha el coche, y aprovechando que ella estaba sola, decidió ir a la casa y entrar en ella con deseos de venganza. Subió las escaleras y con un gesto de rabia y seguridad abrió la puerta.
Mª José desde el baño preguntó, pensando que volvían los niños:
-¿Se os ha olvidado algo? Nadie respondió. El dio un empujón a la puerta del baño y se presentó ante ella, que salía de la ducha; la cogió por el cuello y dijo: “si gritas, te estrangulo”. La tumbó en la cama matrimonial, y abusó de ella una y otra vez, día y noche.
Luego registró toda la casa, llevándose las cuatro cosas de valor que quedaban y diciéndole:
“como cambies la cerradura, echaré la puerta abajo a hachazos, estén o no estén mis hijos”.
Desde ese día Mª José empezó a encontrarse francamente mal; los desgarros que le había producido su maltratador eran insufribles.
Acudió a consulta médica, y trataron de coser y curar su vagina. Al final le comunicaron que estaba embarazada y se le vino el mundo encima. Como siempre, fue su familia la que la sacó del atolladero.
Un mal día, sus hijos le comunicaron que a su padre, Manolo, le habían ingresado en el hospital en un estado lamentable. Poco después fallecía.
El hospital, en el informe sobre las causas, era taxativo: ”Muerte por Sida. Se recomienda a la esposa o pareja que se someta a un estudio clínico lo antes posible”.
Mª José guardo silencio ante sus hijos y acudió al centro que señalaba el membrete de la carta.
Un mes después de las pruebas, le comunicaron que poseía anticuerpos. Que pasara por el hospital para ser tratada, antes de que fuera demasiado tarde…
La niña de la minifalda tiene hoy una nueva pareja, a la que nada le preocupa ni le importa su vida anterior, y es feliz dentro de sus limitaciones, encantada con sus hijos y nietos.

JUEZ.-  (Interesado y conmovido. Señalando a otra señora que ha permanecido en silencio)) Y a Ud., señora, ¿qué le ha traído a esta reunión? He visto que ha escuchado, ha pensado, ha observado con ojos penetrantes, pero no ha despegado sus labios. ¡Vamos, defínase de una vez! No tengo todo el día para este caso, por muy señalada que sea la fecha.

MUJER 4.-Con permiso, Señoría. No voy a contar mi historia personal. Escuchando a mis compañeras me he sentido reconocida y representada en todas y cada una de las historias, que, por desgracia, no son la película de una tarde de domingo. Tampoco son la novela de moda que ha ganado un premio literario y que ha sacado de apuros a una escritora. ¡No! Es/son la realidad pura y dura de muchas…, de tantas, y tantas, y tantas mujeres maltratadas, desconsideradas, anuladas, sacrificadas…en el altar del amor.
El dolor que he experimentado solo puede sentirlo quien lo sintió una vez, como yo también,  y que, por años y años que  pasen, se vuelve a renovar. Siempre, siempre se renueva.
Este juicio, confesión, o lo que sea, me ha devuelto a lo que dejé escrito y publicado hace algún tiempo. Se lo leo, porque le va a interesar. Con permiso, Señoría: “No me quedan más besos de amor para ofrecer a alguien, mi placenta está fría como la escarcha, mis manos encallecidas solo sirven para la dureza del trabajo. Ya no hay nada en mí que pueda tener atractivo para nadie, la piel entumecida de mi cuerpo se ha secado. Solo queda en mí el recuerdo lastimero de la entrega que hice a cambio de nada, y cuando digo nada, es nada. Poco me importó si el sexo era más o menos placentero. Cuando una mujer se entrega, poco importan esas cosas. No me interesa el dinero, soy autosuficiente. Mi mente y mis manos están ávidas y son certeras, por y para sobrevivir al fuego y salir indemne de las cenizas. Estoy más curtida y más preparada que nunca, con una sonrisa tímida y amarga, ahora que he llegado a una edad. Mi sonrisa es como la sonrisa de la Gioconda.
Solamente un hombre supo captar esa sonrisa, y fue Leonardo Da Vinci, que tenía un alma de mujer. No ha habido nunca un pintor que haya sabido captar la sonrisa de una mujer maltratada, desilusionada, entregada a los hijos y al esposo e imputada sin causa… como él, como Leonardo. Gracias, Leonardo. Tú bien sabías que somos azucenas”... He ahí el enigma, señor Juez, que usted debía elucidar, dilucidar. Gracias por habernos dado esta ocasión. Por lo menos, nos ha escuchado

JUEZ.-  Gracias, señoras, a ustedes todas, que nos han manifestado en público sus íntimos problemas demasiado notorios. Concluyo este drama con mi veredicto: Algo falla en el traje que hemos confeccionado para nuestra convivencia en pareja, se nos ha hecho un roto y no tenemos o no encontramos la aguja con que zurcirlo; porque no es suficiente con reconocer el derecho a la igualdad, es preciso asegurar el ejercicio de esta igualdad.
Hay que educar en la tolerancia y el respeto y asegurar la protección y ejercicio de los derechos de todos y de cada uno/una, y en este sentido les puedo asegurar que después de lo que aquí he escuchado,  este juez dará cuantos pasos sean necesarios para sensibilizar a las instituciones y organismos responsables, hasta lograr que se incrementen las medidas de prevención y se perfeccionen las de seguridad y control de las mujeres afectadas por esta lacra social.
Para terminar y como prueba  de mi respeto y admiración por su valor, les hago entrega simbólica del más alto diploma de calidad humana, que hago extensivo en ustedes a todas las mujeres del mundo, en cuya representación estáis y habéis hablado. Tómese acta del acto.
(Da tres golpes o toques del mazo sobre la mesa)
Se levanta la sesión.



jueves, 21 de noviembre de 2013

Niños plantando pinos, encinas, romeros y jaras



Una pandilla de niños y muchachos, asistidos por sus padres y

la vicealcaldesa de Villanueva del Pardillo (Madrid), Mariángeles

Soto Bernard, se han pasado las mañanas del fin de semana

plantando árboles y arbustos en los términos del municipio:

pinos, encinas, jaras, romeros, etc, etc.

Hermoso ejemplo. Así se educa a la infancia en el respeto y

protección del medio ambiente, por el que respiramos y vivimos.

Aprendan esta lección otros pueblos y ciudades. Nos irá a todos

bastante mejor. ¿Crisis? ¡Qué crisis! A trabajar.

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miércoles, 20 de noviembre de 2013

Receta del aguardiente de Galicia


Ponga el bagazo a exprimir,

presiónelo fuertemente

y obtendrá un rico aguardiente,

el mejor, sin presumir.

La receta es de Lendoiro,

el Cronista betanceiro

que sabe más que Cunqueiro

de queimadas y Obradoiros.

Páselo al gaznate al fin

y sienta como yo siento

cuánto ardor, cuánto contento,

le está dando el pimpimpim…

Destilado es fino, fino.

Una copa para uno

y otra más para el vecino.

Buen trago, dijo Unamuno.

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lunes, 18 de noviembre de 2013

"Arte Nuevo" del desamor y otras varias peripecias


“Arte Nuevo” lleva Navia
a la Cueva de Belén,
donde un Infante endiosado
ha acabado de nacer.
-Toma, Niño, va y le dice,
porque aprendas a leer,
a vivir la vida en serio
y a padecer, ¡oh Enmanuel!
Pues te crucificarán
como a mí, un suponer.
Querido Amigo, ya sabes,
después de la miel la hiel.

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viernes, 15 de noviembre de 2013

Viejo acunando niño



Un viejo acunaba a un niño
y el niño se fue durmiendo
por la fuerza del cariño
sobre su cuerpo yaciendo.
-Arrorró, cachito de oro,
le decía sollozando;
en mí tú estás suscitando
la cornamenta del toro,
un toro de vida a muerte
por cuatro suertes pasando,
cuatro suertes en que vierte
su sangre roja bufando.
Él con todo por delante,
yo paso a paso hacia atrás
al País Nunca Jamás
en que  no hay que levantarse.
Conclusión: dormido el niño,
el viejo también durmió.
¡Ay, la fuerza del cariño!
¿Quién es el viejo? Soy yo.

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jueves, 14 de noviembre de 2013

Triper en Miraflores de la Sierra

Este que veis, barbado blanco hasta las cejas, es el caballero andante de la Poesía económico-sentimental, José María Triper, amigo mío, con cuatro libros de poemas a la espalda del alma.

Amigo mío desde los inicios de la Agencia de Prensa Recopréss, la primera de difusión autonómica,  allá por 1978-79, cuando vino a verme y a pedir trabajo, y al fin se quedó con la agencia y con mi puesto de director. ¡Tiempos aquellos, en los que todo era posible, como que un muchacho desgalichado y recién licenciado en Ciencias de la Información estuviera autorizado para entrar en el Palacio de San Jerónimo, con dos leones de frente, y tuteara a los diputados democráticos de la UCD de Adolfo Suárez.
Sois muy jóvenes y no sé si comprendéis toda la trascendencia de aquella osadía, la de Suárez y la de mi pupilo Triper, que contaba tarde a tarde lo que allí se discernía: la transición del franquismo a la libertad total de expresión, reunión y religión, más los avatares consuetudinarios de la rúa machadiana, sobre todo los que concernían a las antiguas provincias, desde el epicentro de la vida política, social y cultural que era Madrid. (Y que a pesar de las desmembración separatista lo sigue siendo, pese al Más o a sus acólitos adictos radicales). No se romperá la baraja de los pueblos de España; tenedlo por seguro. ¡España, qué bonita yes! Con sus paisajes tan diversos y espectaculares, con sus hombres y mujeres tan ingeniosos como laboriosos. Con sus soberbios monumentos del visigótico al románico, del gótico al renacimiento, del plasteresco al churrigueresco, del neoclásico al modernismo y etc, etc.


Triper baja hoy a Miraflores, desde su Segovia ancestral y findesemanal a sentar cátedra y a hacerse eco de la Asociación Mediambiental que dirige Lawrence Sudlov, un inglés sedimentado junto a Salomé en Soto del Real, con Paco Piedra, un madrileño todoterreno, y otros aguerridos batalladores pacíficos por la vida natural al aire libre, que me estáis escuchando.


“Montañas nevadas, corazón al viento, por entre jarales, retamas y espliegos; gencianas, pinares; enebros, helechos; ríos, valles, canchas; cimas, cotos, brezos…; la frente espaciada, pulmonado el pecho, los pies andarines y el corzo al acecho”…La Naturaleza…¡no hay mejor requiebro!


Pues digo que Triper, sobre periodista, es poeta de “Canciones para un recuerdo”, “Mientras muere la tarde”, “La noche de la espera” y, ahora, y en Sial otra vez, “Aunque sea solo”, un dietario corazonal que estará orgulloso de venderos y dedicaros. (Lo que no se compra, no se aprecia, porque no se sabe lo que vale)


Os leo unos trozos: (abrir el libro aquí).


Os dejo con mi hombre, que es el vuestro ahora mismo.

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miércoles, 13 de noviembre de 2013

Mi vida es un río andando



Mi vida es un río andando
con pies de plomo en el agua,
agua que me va lustrando
por donde quiera que pasa.
Pasa conmigo la vida
con sus horas y trabajos,
mas me imprime en su corrida
los posos del río abajo.
Sobre esos posos escribo
y voy de uno al otro lado,
marcado al ritmo del tiempo
entre lo negro y lo blanco.
De blanco y negro es la vida
un tablero ajedrezado
en el que el día y la noche
me encuentran al par jugando.
Jugando a ser el que soy,
aunque a veces disfrazado
de oficinista vulgar
o de juglar de despacho.
Pasa, pasa, amiga mía,
le digo, y se va rodando.
Que me espere, yo me iré
con ella, pero, ¡cuidado!,
notengo prisa, señora,
paso a paso, paso a paso.

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martes, 12 de noviembre de 2013

Los nombres de mi vida

Podría ponerles nombre,
como Adán en el Edén
a mis hombres y mujeres
en la trasparente red
que nos une y comunica
con ternura e inmediatez.
¿Cuáles son?. Son multitud.
Mas quietos, que abreviaré:
Benito, Arantxa, Raúl,,
Isa y Elisa Boberg,
Jorge, Carlos, Prado Antúnez,
Santiago, Pedro, José,
Marisa, Marina, Mar,
Marta, Martirio, Zoé,
Madrigal, Paco, Gregorio,
Mario, Mariano, Manuel,
Lorena, Laura, Tomás,
Almudena, Jezabel,
Roberto, Jesús, Jacinto,
Fátima, Amal, Boabdel,
Lorenzo, Del Toro, Juan,
Diego, David…y otros cien.
¡Qué bonito que es el nombre
cuando el alma posa en él!


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lunes, 11 de noviembre de 2013

El “tomo nota” de Aznar


Le dijo Rajoy a Aznar:
Por mí te vas a enterar
De que no hay ni un paso atrás.

Y el Aznar no se pasmó,
Sino que le contestó
Y un buen sopapo le dio.

“Tomo nota”, galleguiño,
he entendido bien el guiño,
te retiro mi cariño.

¿Qué será después de esto?
Otra vez lo arriba expuesto,
mas cada cual en su puesto.

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viernes, 8 de noviembre de 2013

Papa con niño en la silla de Pedro



Dejad que los niños se acerquen a mí, dijo Jesús, y el Papa Francisco, su sustituto natural y arcangélico, dejó que un morenito de ocho o diez años, se sentara en su silla o cátedra infalible, para enseñar al mundo que por la inocencia incontaminada de los pequeños ante los grandes se expresa la sabiduría celestial. Amén. Así sea.
Rasgos como éste humanizan y divinizan a la iglesia salvadora de todos los pecadores, inclusos los Papas. Ya era hora.

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jueves, 7 de noviembre de 2013

Dichos sin porqué




…Y dijo la abeja:
yo mucho trabajo.
Pues yo nado y nado,
dijo el renacuajo.
Y yo vuelo al cielo
desde el ras del suelo,
fue y les dijo el grajo.
Yo digo, yo digo…
Todos a su bola
sin contar conmigo.
¡A contar, carajo,
tanto los de arriba
como los de abajo!

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miércoles, 6 de noviembre de 2013

Noviembre Trimembre



Noviembre
umbrío,
¡oh, muerte,
qué frío!

Noviembre,
Almudena
del Madrid-
Arena.

Noviembre,
caída
de la hoja seca
de la vida.

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martes, 5 de noviembre de 2013

Recordatorio




¿Dónde están mi Héctor,
mi Alba, mi Esther?
Me los raptó el viento
del ayer.
Pero ¿por qué, por qué
tal suceder?
¿Dónde están sus juegos,
sus llantos, sus risas,
con que a toda prisa
me daban placer?
Que vuelvan, que suenen
y que me encadenen
en su propio ser.
¿Podrán entender
mi busca, mi amor,
mi sed, mi dolor?
¡Por Dios, ay, por Dios,
que haya una otra vez!

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lunes, 4 de noviembre de 2013

Antonio Horcajo Matesanz, hijo predilecto de Segovia


¿Quién es de Segovia novio?
Antonio
¿Quién le entrega su trabajo?
Horcajo
¿Quién la quiere como al pan?
Matesanz
Pues así y en este plan,
como Hijo Predilecto,
se halla en su seno selecto
Tonio Horcajo Matesanz.

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viernes, 1 de noviembre de 2013

Elegía cacereña




Declamada el 27 de octubre de 2013 en el Hotel Palacio de Oquendo al término del almuerzo de clausura del XXXIX Congreso Nacional de la RAECO 
Apuleyo Soto

Comensales colegas
del arte de contar
en libros de papel
y en pantalla global,
ahora que ya nos vamos
de este Congreso impar
con Cáceres al fondo
bello y monumental
como estampa del alma
que nadie va a borrar,
os regalo un romance-
cronicón, que será
un hito inmarcesible
de la extremeñidad.
Va por todos ustedes
con humor y humildad.

Primero fue el encuentro
paragüero y cordial
en la Diputación
o matriz provincial
con la lluvia en la calle
cayendo sin parar
a golpes de recuerdos
y ríos de cristal.

¡Todos juntos, qué corros,
qué entrelazos de paz,
qué alegría, qué abrazos,
qué damas, qué mirar;
qué ilusiones cumplidas
cada año más y más;
qué medallas antiguas
y nuevas a estrenar
con el blanco y el oro
en mezcla sin igual!

Al frente del evento
la mesa señorial
con alcaldesa joven
y orgullosa a la par.
Expectante silencio.
Salón a rebosar.

Comienzan los discursos
de gran solemnidad.
Extremadura abierta
como dehesa en canal
se entrega a los Cronistas
en comunión de afán.
Conquistadora nata,
conquistado nos ha.
La RAECO lo sabe
y lo quiere ensalzar.

Tras las palabras previas
del Crono-Berrocal,
homenaje a los socios
de más antigüedad:
Mariángeles Lavín,
el cazorlense Juan,
el lorquiano Guirao,
el Madariaga leal,
y Luis Fernando Palma,
del lucense palmar,
y Luis Segado Gómez,
villafranqués puntal,
y un Lesmes arcangélico 
del fiel San Sebastián.

Después, la nueva tropa
de socios en agraz
recibiendo la venia
de la Real Sociedad
que ve cómo se acrece
su impacto en lo local.
Entonces, Teomiro,
victoriosa y juncal,
nos habla del “papel
del Cronista ejemplar”
en la conservación
del Patrimonio actual.
¡Quién hablara tan bien,
de forma natural,
como esa profesora 
de la universidad!

Parece que fue ayer…
y se ha acabado ya.
Parece que fue ayer
-¿verdad, verdad, verdad?-
cuando llovía a mares
por la vieja ciudad.
Parece que fue ayer
cuando hasta un centenar
de escritores llegábamos
a ese patrio solar.
Parece que fue ayer
y transformado se ha
en un futuro claro,
multidisciplinar,
por mor de Antonio Luis
Galiano, capitán.
¡Para él el aplauso
del Congreso en su sal!

Tras Presi y Alcaldesa,
rigor procesional
del conjunto dejando
su labor cronical
en libros y más libros
de carácter local. 
Laureano los coge
y pone en un altar.

Un escaso receso
y luego a coctelar
en el viejo palacio
pétreo de Carvajal.
Allí, en grupos movibles,
con pinchos al azar:
Santos Benítez y
Jiménez Berrocal;
Allí, Enrique Aguinaga,
el decano en edad,
con boina vasconiana
y perfil otoñal;
allí, Joaquín Criado,
cordobés naranjal,
presidente honorario
de memoria inmortal;
allí, Alberto González, 
barbado y transversal
con décimas o espinas
de corte intelectual;
allí, con sus guitarras,
Luis Fernando Leal,
Paco Sala, Rivero,
Estarlich y Momblanc,
Rafael Vázquez Lesmes,
José Luis de Tomás;
de Villarta, Teófilo;
de Borja, el santo Aznar;
de Sepúlveda, Antonio,
(o callado o locuaz);
de Andavías, Mateos, 
por su pueblo natal;
de Algete, el buen Miguel;
de Teruel, mi Vidal;
de Sanse, Santi Izquierdo;
de Aranjuez, Lindo asaz,
y Cármenes y Adelas
y Alejandro Galán
y Lisón, Ángel Calle,
Juan Jesús Díez Sanz,
Ricardo Guerra, Pieras,
Juan Alonso Resalt,
Sánchez Molledo, Oya,
y Francisco Cillán,
Melgares, Esperanza,
Lendoiro, Soledad,
Quijada, Ortega, Palma
y José Lairón Pla…
Me canso y ya no alcanzo
a otros muchos citar.
Perdónenme Remedios
y la bella Pilar
y José Antonio Ramos
y María Pulgar
y Agustín Conejero
y el Valentín audaz.
La noche nos envuelve.
Al hotel y a callar.

El sábado glorioso
nos despierta en un haz
de rayos luminosos,
¡oh sol de claridad!
Puesto que ya ha escampado,
adiós al soportal.
La gente es una rosa
andante y comunal
bajo un cielo de plata
azulada y vital.

A las primeras horas,
reunión general;
las comunicaciones,
un éxito total.
Quién habla de su pueblo,
quién de su capital.

Al Museo de Cáceres
las señoras se van
como palomas pías
del blablablablabla.
¡Señor de las palabras,
Señor, ¿qué se dirán?
Son el libro viviente
de la exacta igualdad.
¿Ejemplos?: Pepa-Amparo,
binomio singular.

Por la tarde, cien vírgenes
inundan la ciudad
a los aires vibrantes
del son municipal.

Cena fría dispersa
de bar en bar y bar,
y a dormir otra vez
¡una hora de más!

El Domingo de Dios,
en la concatedral,
Santa Misa, perdón,
pecadores, rezad.

XXXIX Congreso
de la RAEC0, ¡plas!;
el eco no se acaba,
de boca en boca irá.
Almuerzo de clausura.
¡Ay, no me hagáis llorar!
En la vetusta Oviedo,
al Norte y cara al mar,
un año por delante
nos tiene que esperar
el XL Congreso
que ya ha empezado a andar.
Pues que lleguemos todos.
Quizás, quizás, quizás.
Igual que Landelino,
yo me ausento “en plural”.
Mil gracias, compañeros.
Daros siempre la paz.

91 847 02 25