Me alegra muy mucho que el Museo Esteban Vicente, que andaba a la deriva
y derribo de actividades, recobre su larga singladura cultural en Segovia con
el apoyo desinteresado de las empresas Abertis Autopistas y Ambientair. Un
ejemplo.
Por encima de mis diferencias razonadas sobre su dirigencia, que no creo la
mejor ni la más proyectiva y activa posible, debo reconocer que es un hito
moderno en la ciudad presbiteral y monástica de antiguo, de al menos desde el
acueducto romano bien armado. Ojalá salga definitivamente de su encierro
nepotista y dé opciones a aperturas menos clasistas y singulares. Esteban
Vicente, el pintor tureganense exiliado y devuelto, debe hacerse popular de verdad,
para contemplación del vulgo, aunque no le entienda. Que el arte no consiste en
comprender, sino en sentir y emocionar, afuera críticos indescifrables y
exquisitos, sean Bonets u otros de su cuerda única, que tan poco vibran.
E insisto en mi idea primera: la cultura no debe ser solo subvencionada, -mal y
estéril empeño de la izquierdona tocina y empecinada- sino también pagada por
los ciudadanos. Que es que cuesta la entrada lo mismo que un café con churros,
caramba. Vosotros, que decís amar la cultura, ¿la denigráis así? Basta ya. Que
nadie, sino es chico de mente, se chupa el dedo.
La vida que le dan al Museo es corta, un último cuatrimestre del año en curso.
Así no vamos a ninguna parte. Estamos donde estábamos: pobres y
menesterosos. Luego se seguirán dilapidando euros en piedras viejas y
cemento armado. Ampliación, ampliación, gritan algunos insensatos, pero ¿para
qué?¡Qué cara, con lo que está cayendo, por debajo de la propia
subsistencia, la economía!
¡Aúpa, Esteban Vicente, y que te llene la gente!
viernes, 31 de agosto de 2012
jueves, 30 de agosto de 2012
EL PAÍS HECHO UN CRISTO
El "Ecce Homo" de Borja, repintado por una piadosa mujer de
ochenta años, ha sido este verano la imagen de España que ha dado la vuelta al
mundo. O sea que hemos quedado como un cristo chapucero tomado a chacota.
España sigue siendo "diferente", pero no por sus excelencias. Bien sabemos que nuestras universidades andan a la cola de Europa, nuestros titulados superiores se buscan la vida en el extranjero, la educación primaria y secundaria sufren recortes, los incendios arrasan los montes clamando en vano al cielo, la piromanía se ha constituído en un deporte nacional devastador y ya no bastan ni las fallas ni los fallos de Valencia.
Por si fuera poco, el otro deporte nacional que son los toros se ha llevado por delante a algún paisano en Cuéllar, han aparecido calcinados los restos de Ruth y José, conmocionando a la sociedad el filicidio impávido de José Bretón, han fallecido dos glorias del teatro y el cine, Sancho Gracia y Aurora Bautista, y el arrebatafincas y asaltabancos y comemercados Sánchez Gordillo ha tomado por sus pies y sus manos, con la ayuda del sindicato SAT, los campos, palacios y piscinas de Andalucía. Ya solo falta que llegue un "otoño caliente", como si el verano hubiera sido un fresco. He aquí un país hecho un cristo.
España sigue siendo "diferente", pero no por sus excelencias. Bien sabemos que nuestras universidades andan a la cola de Europa, nuestros titulados superiores se buscan la vida en el extranjero, la educación primaria y secundaria sufren recortes, los incendios arrasan los montes clamando en vano al cielo, la piromanía se ha constituído en un deporte nacional devastador y ya no bastan ni las fallas ni los fallos de Valencia.
Por si fuera poco, el otro deporte nacional que son los toros se ha llevado por delante a algún paisano en Cuéllar, han aparecido calcinados los restos de Ruth y José, conmocionando a la sociedad el filicidio impávido de José Bretón, han fallecido dos glorias del teatro y el cine, Sancho Gracia y Aurora Bautista, y el arrebatafincas y asaltabancos y comemercados Sánchez Gordillo ha tomado por sus pies y sus manos, con la ayuda del sindicato SAT, los campos, palacios y piscinas de Andalucía. Ya solo falta que llegue un "otoño caliente", como si el verano hubiera sido un fresco. He aquí un país hecho un cristo.
miércoles, 29 de agosto de 2012
EL BAILE DE LAS CINCO VOCALES
Las cinco vocales
se pusieron a bailar:
La u, la o, la i, la e,
y, más que ninguna, la a.
Ja, je, ji, jo, jú,
Jú, jo, ji, je, jáaa.
Una levantó el pie -¡eh!,
otra rió sin fin -¡-,
otra se desmayó -¡oh!-
otra aulló –¡u, u, u, u!-
y otra, ahora mismo está
abriendo la boca -¡ah!
¿Y quién la podrá entender,
o quién la podrá cerrar?
Yo, no; tú, sí.
O no. ¡Ojalá!
A,
e, i, o, u…
U,
o, i, e, a…
Inténtalo otra vez
y hasta cinco contarás,
tris-tras,
en un pis-pas.
( ¿O prefieres, cariño,
que ponga en un plim- plam?)
Sea lo que sea,
a mí me da igual,
y ya no hay más que
hablar, hablar y hablar.
Ja, je, jí, jo, jú;
jú, jo, jí, jé, jáaa...
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