Me parece de perlas esta actitud demisiva del gobernador que no nos gobernaba, por las perlas y oros que nos ha derrochado y ocultado sin discreción alguna, quizá con la aquiescencia de unos y otros partidos contendientes, cobardes y consentidores todos, desde CIU a Izquierda Desunida. Ahora, que se defienda panza arriba el señorito desinstructor de causas justas (lo ha prometido y lo va a hacer) pues la tiene forrada, la panza, digo, como muchos de los bankieros que le asistieron, asintieron y mintieron, un Rato más o menos, y no quiere asumir el pobre desgraciado (va con ironía) su responsabilidad de chivo expiatorio. Por eso, y por él, tan prepotente, todo se diluirá en agua de borrajas, visto el Parlamento que no hace más que hablar sin llegar a consentimiento uniforme y satisfactorio alguno, sanador de despropósitos; a toro pasado sobran cuernos de la gobernanza actual y de la oposición camelante, Rubalcaba al canto, con una Elena Valenciano que no distingue pomelos de naranjos, anda ya, boquita de pitiminí.
¡Qué cargas más grandes e insoportables nos han cargado los altos cargos de la banca, la política y los sindicatos! Alivio, pues, si es que se van o los echan, que hay que sanear la hacienda pública; aire, aire, que corra el aire de la transparencia; para ello sobran leyes de manifiesto incumplimiento consuetudinario. Hay que cambiar las tornas del molino de la creación de empleo, que no muele nada, o sea, ni la harina del costal que tanto nos cuesta y que no logramos auparnos al hombro, porque estamos deshechos, hechos piltrafa laboral y nada más.
Do ut des es la filosofía eterna del desgraciado petitente. Hoy somos petitentes o peticionarios todos, empresarios y trabajadores. Se acabó lo que se daba sin discrección alguna; hay que ganárselo a pulso sin intermediarios bancarios usureros, que te parten por el eje cuando intentas prosperar, ejemplos sacrificados entre otros/otras muchos/muchas las pymes, sin dotación alguna del ICO, esa fantasía usuaria y usuraria, por más que la requieran para sobrevivir y recrear empleo. Pax, Dómine. En ti, señor Estado del Bienestar demediado, confiamos. ¿Y qué otra cosa podemos hacer?
a.sotopa@hotmail.com