jueves, 24 de mayo de 2012

De las estadísticas de los médicos depende la salud de los pacientes


O no. O eso quieren hacernos creer ellos. ¿Pero son realmente científicos, fiables y determinantes sus análisis y encuestas? Ahí queda la cuestión.


Si usted es fumador tiene más posibilidades de morir antes. ¿Antes de qué o de quién? Miren a Santiago Carrillo, roble centenario, con el puro en la boca.


Si usted trasiega alcohol en demasía, perderá un tanto o cuanto de memoria, sufrirá del hígado otro equis porcentual e irá dando tumbos por las escaleras de la vida. Sí. ¿Pero dónde empieza la demasía nociva para unos cuerpos u otros? Conozco escritores que llevan fumando y emborrachándose más de medio siglo. Si no lo hicieran, no escribirían una buena línea.


Un amigo que está muy atento a mi latiente corazón, me desaconseja la coca-cola. “Ya sabes, es mortal”, me dice, y me lo demuestra con unos ejemplos con los que suelen atemorizar al paciente los doctores. Resulta que la policía de carreteras de Estados Unidos usa bidones de esta bebida gaseosa para disolver la sangre vertida en los accidentes automovilísticos. Si se pone un hueso en un recipiente con coca-cola, desaparecerá en dos días. (El hueso, no la coca-cola). Su ácido cítrico elimina las manchas de la loza del wáter en una hora. Un tornillo oxidado pierde la corrosión y lo puedes desatornillar fácilmente si le aplicas un paño empapado en esa “chispa de la vida”. ¿A quién hacemos caso, a la ciencia estadística médica o a la alegre y animosa publicidad?


“No lo tomes a broma”, me insiste mi amigo, y abunda en la cita de casos destructores: Su ácido fosfórico disuelve una uña en cuatro días; roba el calcio de los huesos y aumenta la osteopatía; todo ello, claro, en un tanto o cuanto por ciento muy elevado.


Por el contrario, si diseminas unas cebollas por tu despacho de trabajo, ahuyentarás la gripe, la neumonía y la peste negra, porque las cebollas tienen unas propiedades antibacterianas y antisépticas. Esa propiedad curativa ha quedado demostrada en un equis por ciento también.


Y lo más fácil y curioso; para gozar de buena salud, toma nota: “La falta de agua es el factor número 1 de la fatiga física e intelectual. Un vaso de agua reduce el apetito por la noche en casi el 100%. De 8 a 10 vasos de agua al día alivian los dolores en la espalda y las articulaciones en el 80% de las personas. Y 5 vasos diarios disminuyen el riesgo de cáncer de colon o mama entre un 59 y un 79%.” ¿Cómo ha de ser de grande el vaso? Eso no se especifica. Se supone que el normal. ¿Pero cuál es el normal?


Lectores míos: Está claro que los abusos se pagan. Ahora bien ¿no abusan los médicos con el espantapájaros de las estadísticas?


a.sotopa@hotmail.com




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