sábado, 30 de junio de 2012

La vida es un teatro popular


En el viejo teatro-cine de Guadalix de la Sierra (Madrid) asisto al reestreno de "Los cinco lobitos", comedia original de los hermanos Serafín y Joaquín Álvarez Quintero que el grupo "Si no lo veo no lo creo", dirigido por el ex practicante del pueblo David Quintanilla, ya había presentado ¡treinta años antes! en el mismo local. Esto se llama afición popular, y allí estaban todos los vecinos aplaudiendo la labor de sus paisanos, a lo largo de cuatro funciones, ¡nada menos! Y de noche-noche, como se hacía en aquellos otros tiempos, aunque sin llevarse la silla a la plaza.

Recordaréis que fue en Guadalix de la Sierra donde García Berlanga rodó la película "Bienvenido Míster Marshall" con Pepe Isbert y Lolita Sevilla, aunque en los títulos de crédito figure como localización Villar del Río (Córdoba), pues así lo quiso el cineasta en honor de su mujer, que había nacido allí. En Guadalix se alza también la Casa del Gran Hermano de Tele 5, y de esa confluencia de medios artísticos es muy posible que nazca y se mantenga el gusanillo del teatro en el pueblo serrano que lleva el nombre de su río: Guadalíx (agua de alisos).

"Los cinco lobitos" es un juguete cómico un poco alargado quizás, pero pone de actualidad un feminismo simpático que ya en 1934, cuando se estrenó con éxito en Madrid, hizo las delicias del respetable, ahora aumentadas sin duda, viendo cómo ha ido degenerando, especialmente en el lenguaje no sexista, siempre irónico, gracioso, cargado de simbolismo y ambigüedad. Al final es el amor el que todo lo arregla o todo lo descompone, según como se mire o se entienda la comedia, pero yo no se la voy a destripar aquí.

Mi felicitación jubilosa al protagonista Don Félix, encarnado valientemente por Alejandro Lastra, así como a Lisardo, su secretario (Carlos Serrano) y a las cinco lobitas, ya un poco maduras, con un especial notable alto para Angelita Amores en el papel de la dos veces viuda "Olga",  Conchita Cifuentes la "Yayata" mecánica o mecánico, y Yolanda Hernán, "Chatina", la ¿perfecta? secretaria.

Otro grupo teatral integrado por gente del pueblo, "Trazos", que ha creado y dirige Ana Galisteo Pérez con el apoyo del Ayuntamiento, realiza montajes y recitales poéticos a lo largo de todo el año, y ya ha subido a las tablas Don Juan Tenorio, de Zorrilla, La vida es sueño, de Calderón de la Barca, y La Casa de Bernarda Alba, de Federico García Lorca, además de sus propias obras, entre las que hay que destacar: Soliloquio de Carmen, El tren de las ruedas cuadradas, El viaje de los animales y Hay que deshacer la casa.


a.sotopa@hotmail.com


jueves, 28 de junio de 2012

El verano se pone farruco

Este verano se ha puesto farruco y estamos a su disposición soberana hombres, tierras, aires y mares. No hay día que la temperatura no exceda de los treinta grados centígrados y centípretos, ni noche lunada que baje de los veinte redondos marcapasos en las playas o en el interior mesetario. Con esos termómetros asolados, en los que se dispara el mercurio creciente,  es imposible pensar o conciliar el sueño. Incluso la siesta a la sombra de los árboles enramados  encima del césped huraño se torna pesada y uno no para de dar vueltas al cuerpo dorado a la brasa ni de quitarse a manotazos limpios las moscas y las hormigas inoportunas y pertinaces. Siempre te asesta su dardo venenoso un insecto volátil, avaro de sangre caliente, la tuya, sin más, crema al canto, dale que dale.

No sopla ni una brizna de céfiro, y hasta los pájaros cantores parecen que están fritos; algunos he visto caídos de las ramas de los chopos y los pinos, imagino que por insolación. Se trata de crías casi implumes, que acaso estaban ensayando su primer vuelo a la libertad. Pues ni por esas. La libertad se consigue, no se otorga, pájaros míos.

El cielo se ha detenido a plomo sobre nuestras cabezas, son rejones vibradores los rayos del sol, la esfera terrestre está a punto de explotar como un globo demasiado hinchado por un niño, el niño Cupido, arquero del amor, que no para de hacer de las suyas. ¿¡Cuantos quereres veraniegos se desvanecen luego en los otoños, cuando la vida se muestra sin el ardor de la testorena?!

La quietud de la naturaleza es pasmosa, ahora. Pasmados estamos todos. Jorge Guillén lo describiría mejor en su Cántico exultativo: "Queda curvo el firmamento/ compacto azul sobre el día,/ es el redondeamiento/ del esplendor: mediodía/ Todo es cúpula, reposa/ central, sin querer, la rosa/ a un sol en cenit sujeta,/ y tanto se da el presente/ que el pie caminante siente/ la integridad del planeta".

El agua del río se ha remansado contra las rocas, forma pequeñas lagunas de ranas salteadoras y croadoras, y sobre ellas flotan nubes de mosquitos, mientras un vaho vagamente gris o azulino se exhala de la superficie, tabla de salvación de "aviones", mariquitas  de trajes andaluces y mariposas vibrátiles. A cazarlos/cazarlas ¿quién y cómo?

Bajo a la piscina de la urbanización en que resido e intento participar en la tertulia de los vecinos, pero las palabras nos pesan en el paladar y en la faringe, y salen como arrastradas de la boca, sin la picardía ni la galanura de otras veces. Parecemos en conjunto fantasmas de nosotros mismos, drogados por la naturaleza palpitante, que nos asume y consume.

Cuando los bañistas acompañantes se tienden en la yerba, frescos y goteantes, las golondrinas ocupan su espacio diletante en el cuadrilátero líquido perfectamente quimioteado y salen volando con algo, no sé qué, en el pico. Allá ellas, pero sacian su sed, por lo menos.

¿Hasta dónde, cuándo y cómo se extenderá esta ola de calor?. No es "cruel" abril, amado Thomas Eliot, el de "la tierra baldía" que tanto releí; el mes más cruel es este junio indolente, abrasador y terrateniente que pone a caldo los sombreros y descamisa los torsos de los veraneantes.

a.sotopa@hotmail.com

miércoles, 27 de junio de 2012

Adiós dolorido al Esteban Vicente

Me duele decirlo, pero lo digo con la cabeza bien puesta: el Museo Esteban Vicente es un muerto malviviente en la Segovia turística y monumental. Apenas nadie recorre sus salas; no les interesa más que a los cuatro gatos garduños que cobran de él y conferencian repitiéndose, y me abstengo de citar nombres, porque están en la memoria de todos, pero no son precisamente sus trabajadores de base los destinatarios de mi filípica, pobrecitos ellos, a los que echarán a la calle sin conmiseración ni reversibilidad alguna, ere que ere. Hablo de los altos irresponsables, que se esconden y se han escondido en un mutismo elitista y estúpido, a través de estos incipientes años en que todo era esperar para mejorar y ampliar. ¿Qué? Aire, que me lleva el aire de la desesperación y la desconsideración . ¿Fardar por qué y para quién? ¡Ay de los caídos, que han aceptado de momento la rebaja de sueldo! El sueldo hay que ganárselo, señoritos, con la producción consiguiente y convenida. Que no se trata de hilar poemas oscuros mientras no se trabaja a costa del erario público. Y ya sé que esto no gusta que se proclame en alta voz. Lo siento otra vez, pero...
 
"No he de callar por más que con el dedo / ya tocando la boca o ya la frente/ silencio avises o amenaces miedo/. ¿No ha de haber un espíritu valiente?/ ¡Siempre se ha de sentir lo que se dice?/ ¿Nunca se ha de decir lo que se siente?/ ¿Os acordáis de Quevedo? Pues bien vienen y valen aquí sus endecasílabos contra los mandamases de la nada... en cuadros estupefactos.
 
Muchos se compungen por la falta de dinero para la cultura, yo también; pero mantener dinosaurios en escabeche se acabó. Hay otra multitud de opciones para revitalizar la cultura y distribuirla por las clases llanas, esas que están avariciosas de rectitud, verdad y conocimientos.
 
Cada vez que entré en el Esteban Vicente lo encontré vacío -vacío de visitantes y de contenidos- y a los amigos que llevé, cultos ellos, abducidos por la propaganda, lo desdeñaron a la salida. O sea, que hasta los propios  y propias lo consideraron inútil, innecesario, inservible, vasto imperio de la soledad y la vulgaridad. Sabían que era una cosa de amiguetes instalados y poco más. Así no funcionan las cosas, por más que se quieran en algún tiempo aproximar a las moderneces del Reina Sofía, por donde una directora anduvo...despistada, y volvió adonde solía bien forrada de intereses añadidos ¿Por qué? ¿Por qué tanta contrarazón evidente? Cría monstruos y te sacarán los ojos  discutidos y diputables o diputacionales  y comunitarios, para que no veas sus estropicios.
 
Esteban Vicente, pintor exiliado, perdóname, que aunque no me gustes tampoco es por ti este ya largo exordio; es que te han deteriorado a tí mismo queriendo ensalzarte con unas maneras nada populares y fuera de lugar y tratamiento. ¿Y ahora qué hacemos, qué hacen conmigo?, me preguntas. A otro perro con ese hueso. Doctores tienen el Ayuntamiento, la Caja, la Junta y otros patrocinadores defraudados.

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martes, 26 de junio de 2012

Arte y tradiciones populares en conserva

El Museo de Artes y Tradiciones Populares, creado  e instalado desde 1972 en la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) por la infatigable etnógrafa Guadalupe Honzález-Hontoria y Allendesalazar, de raigambre segoviana, ha sido trasladado recientemente a la Corrala de Arniches, en Madrid, que lo ha recibido regalado por su autora, y pretende conservarlo y exhibirlo, para la admiración pública y no sólo de los especialistas.

 Lo curioso de la donación -miles y miles de piezas únicas catalogadas- es que en el acto oficial de entrega ninguno de los políticos madrileños y ninguno de los ilustres catedráticos de Cantoblanco, mencionó su nombre para nada. Eso se llama ingratitud, pero así premia (o castiga) este país a sus grandes hombres y mujeres. A mi vieja amiga Guadalupe esta descortesía le ha dolido sin duda, pero no ha rechistado; rechisto yo, que estuve a su vera durante 10 años (1972-1982), viéndola recorrer con sus alumnos/as toda la hirsuta Piel de Toro. De sus trabajos de campo queda constancia en la revista Narria, que ella misma se autofinanciaba, simplemente por el gusto de atesorar aquello en que creía, para que no desapareciera de la memoria de las nuevas generaciones, como estaba desapareciendo de las tierras, las iglesias y las costumbres: trajes, alfarerías, instrumentos músicos y agrícolas, cantorales, objetos culinarios..., un inmenso ajuar.
 
El único y verdadero apoyo que tuvo Guadalupe en sus años mozos, paso a paso y coche a coche a través de Castilla, Navarra, Extremadura, Cantabria...fue el de su ¿marido? y Rector don Gratiniano Nieto Gallo, extraordinario humanista e historiador que sucedió a nuestro llorado Marqués de Lozoya en la Dirección General de las Bellas Artes en el antiguo Régimen.
 
¿Pensábais que ya no había mecenas particulares? Pues sí. Pero van quedando pocos, muy pocos. ¿Y os descubro un secreto? La propia Reina Sofía, en sus visitas semanales al Departamento de Humanidades de la UAM, tuvo algún detalle con ella a través de su consejera áulica, la poetisa María Eugenia Rincón, maridada con el latinista egregio don Miguel Dolc. ¡Oh tiempos, ¿y por qué no vuelven?! Pero debo de haberme hecho yo también mayor.


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lunes, 25 de junio de 2012

Huésped de la vida y el silencio roto

Recibo estos dos libros de parte de su autor, el cacereño Manuel Neila, y me pongo a leerlos con fruicción. Lo mejor de sus poemarios es que cumplen siete y catorce años, respectivamente, desde el de su publicación en papel, y no han perdido vigencia, porque la cultura clásica en que se apoyan o asientan traspasa todas las épocas y vanguardias. De manera que me los embebo como un elixir permanente, que me entona.
 
Lo mejor de Neila, para mí, son sus aforismos -cortos, cortísimos- , a los que sigo con impaciencia en las páginas-hueso de la Revista Clarín, de José Luis García Martín, su amigo y paisano, creo.
 
A Neila le gusta vestir los pensamientos con el ropaje de la poesía, y no cesa en el empeño, casi mes a mes. Neila mira el tiempo, lo ve pasar, y nos cuenta cómo la distancia temporal y espacial-no el olvido- le impresiona y le saca lo mejor de sí mismo. Ya sé que es un tema viejo, tan viejo como eterno, ese del tiempo que nos va limando y purificando la vida, pero le da un relieve nuevo y nos lo transparenta, y por eso le volvemos a leer, como le leíamos en sus inicios, cuando le descubrimos, allá por los ochenta. Después perdimos su pista, y hasta ahora.
 
En Silos, esta primavera, lo reencontré lleno de proyectos y estudios sobre el devenir de la poesía española contemporánea. Pues...adelante, ya que cuenta con su Pigmalión. Búsquenle en Libros del Pexe.


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viernes, 22 de junio de 2012

La cara de mi retrato


Para perpetua memoria
y a los sesenta cumplidos,
aquí dejo mi retrato
no pintado sino escrito.
Nunca una imagen valdrá
lo que vale un adjetivo;
las palabras dicen más
que los pinceles más finos,
y no hay marco para ellas
pues su campo es infinito,
y es la lengua quien me atrae
y en ella sola me fijo.
Mirando hacia atrás sin ira
me siento como un mendigo
que busca en el diccionario
vocablos reconocidos.
Mi infancia y mi juventud
transcurrieron al unísono
de las hojas del papel
vibrándome en los oídos.
El mundo no estaba fuera
sino dentro de mí mismo,
y daba vueltas y vueltas
a sus montes y a sus ríos
sin  cansarme y sin salirme
de las páginas de un libro.
Siempre los mantuve abiertos,
y en difícil equilibrio
sorbí sus sopas de letras 
para alimentar artículos
de más gloria que un laurel
en la testa de un patricio.
Si a alguien injurié, disculpe,
no quise sembrar heridos
en mi oficio de escribano
fácil, rápido y sencillo.
Que me editen me da igual,
bien sé dónde está mi sitio
por encima de desdenes,
de olvidos y de prejuicios.
Ni escribí a gusto de todos,
ni me rebajé tan ínfimo
que la adulación pudiera
malversar mi buen sentido.
Cada cual es cada cual
y respeté sus delirios,
fueran a favor de mí
o fueran contra sí mismos,
incólume me mantuve
frente a troyanos y tirios,
unos pasados de rosca,
otros pobres eruditos
a la violeta del tiempo
pero faltos de prestigio.
A mis soledades fui,
cada vez con más ahínco,
como don Lope de Vega,
del que me nombré discípulo
en una autobiografía
que sólo leen los niños,
esos pequeños filósofos
que Dios puso en mi camino,
pues para ellos dije todo
lo que debiera decirlos
como maestro de nada
sino aprendiz  primerizo.
Con una pluma en la mano
no ansié otros beneficios
que los de ellos aumentados
y los míos repartidos.
Fue ventura para mí
deshacerme como el  trigo
en harina candeal
de comunión como un cristo.
De los magnates huí
por no aceptar compromisos;
a la opinión de los otros
opuse mis propios juicios,
ni mejores ni peores,
pero en todo caso dignos
de que en cuenta se tuvieran
por lo que más tarde vimos:
la cultura por los suelos,
los valores al arbitrio
de los curas y los frailes,
los tontos y los políticos.
Y aquí estoy, erre que erre,
como la puerta en el quicio:
para abrir, si es necesario,
para cerrar, si es preciso.

Mujeres destapadas por tierra y por mar

¡Qué gusto contemplarlas y admirarlas, calle Real arriba y abajo, o expuestas en la Plaza Mayor, o dilatándose y extendiéndose por San Lorenzo, San Millán, La Lastrilla, Zamarramala, los altos del Parador y la cuadrada, rectilínea y popular Nueva Segovia! Son las mujeres destapadas, cimbreando el cuerpo gentil por las aceras, como palmeras plurigénitas del cemento de Arahuetes y Compañía. Es el verano, que se ha aposentado entre nosotros, como la amapola entre el trigo, y parecía estar muerta, pero qué viva, roja pura y ganadora, como La Roja futbolística de la Copa de Europa.

Siempre fue la mujer "hembra placentera" al decir del Arcipreste de los arciprestes Juan Ruiz de Hita en su Libro de Buen Amor, que a verlas vino traspasando la Sierra entre vaqueras, desde el exilio al que le obligó el arzobispo de Toledo. Tiempos aquellos en contraposición con estos de ahora, la mar de libres y desinhibidos. Como deben ser. La vida se abre. La mujer se abre. Abrámonos todos.

No toméis esto que digo a machismo, nada más lejos de mí, la mujer es la perla preciada que todo hombre ansía descubrir y sacar de su concha bivalva en la que en el invierno se encierra con tocas, rebecas y abrigos.
 Yo no me enojo porque penséis lo que queráis, sino que me mojo poniendo por escrito mi verdad y acaso también la vuestra. ¡Venga, vamos, proclamarlo en voz alta, en voz que suba hasta las espigas de la dama de las catedrales y los pináculos del Alcázar! La mujer es bella, la vida es bella, bella es Segovia.

a.sotopa@hotmail.com

jueves, 21 de junio de 2012

A lo largo de las calles segovianas un día cualquiera del verano


¿Habrá alguien en casa? Lo dudo, me cuesta creerlo, las calles segovianas están a rebosar, pisándose unos/unas a otros y otras o acumulándose ante los escaparates. ¿Para comprar ? Quizá no. ¿Para charlar? Quizá sí. ¿Para pasearse simplemente? Lo más probable. ¿Exagero? Puede. Pero todo eso embellece y anima la ciudad y le da un aire turístico internacional. Pues ¿qué más queremos? Así es la vida, si así os parece. Todos a la calle, soberana asamblea popular, en la que cada cual se expresa a su manera. Aunque no sea la mía, que prefiero meterme en mis asuntos y en los asuntos de la aldea global que es el mundo a través de Internet. Y si estamos en fiestas, vivan San Juan y San Pedro, y todos los que a ellos/ellas se arrimen bailando una jota del nuevo y el viejo mester, que es el de no morir en el intento.


a.sotopa@hotmail.com

miércoles, 20 de junio de 2012

Por los campos, ríos, mesones y monumentos de Cuéllar y la villa de Fuentidueña, con las damas y los caballeros del glorioso Mester de Picardía Viajera

No puedo dejar de acompañarlos. Han escogido mi tierra natalicia para celebrar su reunión anual "obligatoria" y me siento atraído en exceso por ellos y sus obras, para así corresponder a las excesivas atenciones que me dispensan. Yo también soy socio, -¡honorario, qué honor!- del Glorioso Mester de Picardía Viajera, entidad sin ánimo de lucro que promueve el turismo cultural, medioambiental y gastronómico allá por donde va, y va "haciendo camino al andar" por toda la desgarrada Piel de Toro, en la que se incluye Portugal. (Allá, en su Elvas de acueducto, estuvimos hace poco).

El sábado 23 de junio gozaremos de las excelencias artísticas y culinarias de Cuéllar y Fuentidueña, dos villas enraizadas en la historia racial y heroica de la vieja Castilla. (Entrar en Google, y me evitaréis daros detalles, pues el mundo cabe en el pañuelo blanco y brillante de la pantalla casera).

Primero asistiremos a una representación teatral en el castillo de los Alburquerque, donde se mantuvo prisionero siete meses al romántico Espronceda, luego observaremos el mudéjar de los alarifes que se quedaron a vivir en esa zona de lomas y colinas, y acabaremos dando buena cuenta de unos cuartos de cordero al horno en el "Chiringuito de Rufino", donde tuvieron descanso y asiento el rey Alfonso VIII de las Navas de Tolosa y el valido todopoderoso don Álvaro de Luna,  en las orillas del río Duratón. En sus aguas remojaremos, pues, tras el almuerzo, lo que quede por remojar, ya que los vinos de la pre-rivera del Duero nos habrán dejado suficientemente regados y entonados el cuerpo y el espíritu.

Llegaremos a la Villa después, mucho después que llegaran los romanos, los constructores que levantaron el puente de la vía imperial que enlazaba Clunia, Cauca y Compluto. Hasta hoy. Y ustedes que se animen a verlo enhiesto como nosotros, un día que les apetezca sacar el alma a pacer a placer. Se trata de una joya enmarcada en un paisaje paradisíaco, en el que los dioses, masculinos y femeninos, llevan nombres pequeñitos de fuentes, pájaros, peces, cangrejos y árboles, y en el que las tiendas de campaña verdean durante todo el verano, multiplicando la población por varios dígitos.

Y como me gusta ser práctico y eficaz, tomen nota: aytofuentiduena.es , los lunes a las diez horas y de ellas en adelante. Gracias.


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martes, 19 de junio de 2012

Coplillas picantes, jocosas, irónicas y divertidas

En mis frecuentes paseos por las ferias de libros que proliferan en provincias al aire libre de abril a septiembre, y a la sombra de las casas esgrafiadasy los árboles en rama, entre el griterío tostado de los niños y los pájaros -tales para cuales- suelo encontrarme tesoros bibliográficos facsímiles que muchos falsos eruditos  desdeñan pasando de largo, pero yo no. Quizá porque soy un antiguo, quizá porque se me ofrecen a precio de saldo, a veces incluso simplemente al peso, por cinco euros el kilo de papel en negro sobre  blanco, como en Badajoz, pongo por caso.
 
Pues en uno de esos otros paseos literarios tan salutíferos por las Afortunadas Islas y Palmas de la Gran Canaria, donde celebrábamos el Congreso Nacional de la FEPET, que preside el eximio Mariano Palacín, me topé el otro día -caliente que relucía- con las "Rabeladas a lo pesao", composiciones recopiladas no sé cuándo por un denominado Dúo  Candeal, y prefaciadas por Ramón García Domínguez en la edición de máxter.es, que es la que adquirí, sin pensármelo nada. Estas "rabeladas", cantadas sobre la música del rabel, claro, -instrumento de origen musulmán diseminado por la geografía española- son "coplillas picantes, jocosas y divertidas", que han animado mi mente y me he permitido imitarlas y ampliarlas con el permiso de ustedes. A lo mejor así, al divulgarlas, el Nuevo Mester de Juglaría las incluye en sus actuaciones, allá por donde va o vaya, y no solo en la programación segoviana. ¿Por qué no va a contar y cantar conmigo el Mester, si ya cuenta y canta con el coplero Ignacio Sanz de las Lastras de Cuéllar?
 
Resumiendo: Que tomando como ejemplo la copla que dice:

 
 
"Las mocitas de mi pueblo,
cuando se van a bañar,
lo primero que se mojan
es el pecado mortal",
 
 
yo he seguido de esta guisa:
 
"Sálvame, sálvame, sálvame,
dicen en  televisión
las palomas que se acuestan
con cualquier mozo pichón.
 
De boquita lanza sapos
la ex-novia de Jesulín
porque no llegó a ser rana
del torero andalusín.
 
Anda que la den, la den
donde más pecado ha,
que otro tío la ha dejado
paracuellada al final.
 
La Reina de la pantalla
¿de verdad es popular?
Jorge Javier, si lo fuera,
no la mandaba callar".
 
Podría seguir hasta el infinito, pero inventen y sigan ustedes, que la vida cochina da mucho de sí. Y hay que rimarla, para continuar dando el cante.

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lunes, 18 de junio de 2012

La coral La Moraña de Arévalo estrena la habanera 'Se va el cantar' en sus bodas de plata

La coral arevalense "La Moraña", integrada por cuarenta voces mixtas, masculinas y femeninas, ha estrenado la habanera "Se va el cantar" en conmemoración del XXV aniversario de su creación, que se  cumple este verano. En principio esta habanera  también se va a presentar en el Festival de Torrevieja, pues para ese pueblo salinero y marinero fue compuesta, como homenaje a su concejal de cultura, el señor Doblón, amigo del autor de la letra, o sea, yo, y disculpen la petulante descortesía de poner al burro por delante del compositor de la música, que es ni más ni menos que Pedro L. Nebreda, formado en Alemania.

Con el Maestro Pedro L. Nebreda me unen tantas afinidades que él mismo dirigirá el 29 de septiembre, en el teatro Juan Bravo de Segovia, la zarzuela moderna LOS AMORES DEL ARCIPRESTE, una recreación libre del LIBRO DE BUEN AMOR, en la que me he despachado a gusto en versos de arte mayor y menor, incluyendo nuevas aventuras tramontanas, como las de los canónigos de la "Dama de las catedrales" bailando bajo los arcos del acueducto. Salen a recibirle hasta Sotosalbos para presentarle al obispo y luego se arma la que no digan dueñas ante el monumento de la Virgen de la Fuencisla. Con una danza del vientre en las cumbres del Guadarrama, por supuesto, pues no en vano convivían en paz entonces en nuestras tierras judíos, moros y cristianos. No dejen de verla y gozarla, con cuarenta actores y actrices en escena. Ya hay autocares contratados al efecto, y el restaurante "José María" ofrecerá un cóctel a la Compañía esa noche, con sus carnes de cochinillo "procose"dorado y sus vinos del Pago de Carraovejas.

Pero volviendo a la coral de la ciudad hermana de Arévalo, tengo que resaltar sus interpretaciones polifónicas por Castilla y León, donde ha conseguido resonantes triunfos, así como en las giras extendidas por Francia, Italia, Canadá y Estados Unidos. El CD "Nuestra Música", que está a disposición de los aficionados a la música clásica y popular, lo plasma con rotundidad, y es un gozo escucharlo en el coche.

De todas formas, reproduzco a continuación el estribillo y las estrofas de la habanera torrevejera para que el lector juzgue y tome su propia decisión:
 
Mirando al mar
se va el cantar
al embarcar.
 
Dolón, Dolón,
resuena al son
mi corazón.
 
Tierra habanera
torrevejera:
que ella me quiera.
 
Ella se fue,
no la encontré,
¿por qué, por qué?
 
Mirando al mar...
a navegar
sobre la sal.
 
Sal a salvarme
tras encantarme
y tu amor darme.
 
Dolón, Dolón,
din dan, din don,
bella canción.
 
Sirena mía,
sé compañía
mi día a día.
 
Mirando al mar,
vuelta a empezar
a navegar.
 
Y en otro puerto
verme despierto
o muerto, muerto,
 
muerto de amor,
muerto de amor,
muerto de amor.

a.sotopa@hotmail.com

sábado, 16 de junio de 2012

A vueltas y revueltas con el Rey de todos los españoles


No, el Rey de España no se para quieto ni un momento sentadito en su sillón palaciego de la Plaza de Oriente o La Zarzuela, sino que, al ser culo de mal asiento, nervioso, inteligente e inquisitivo y activo, se va de aquí para allá, a la pata coja, de Brasil a Dubai, o adónde sea y se le mande, que para servir está dispuesto, aunque se le quiebre la cadera real, y luego nos trae buenas noticias: El jeque del Golfo Pérsico necesita un tren sobre sus arenas movedizas de petróleo y nuestros ingenieros se lo van a montar; la jequesa-presidenta de Brasil, Dilma Rousef, necesita lo mismo y será una empresa española la que se lo diseñará, construirá y le hará correr sobre carriles de hierro por sus pampas extensísimas, ya que los gigantescos camiones que las traspasan a diario no dan abasto para transportar tantas mercancías como sus campos e industrias y comercios producen. ¡Pues qué bien, ya era hora! Yel Rey, por sus favores, no pide ni comisión, que le sería debida, ¿por qué no, si se otorga a cualquier intermediario? Pero dejemos eso, que es de mal gusto.

Esta semana se irá a Algeciras y La Línea de la Concepción para apoyar la moral de la Guardia Civil terrestre y marítima que intenta poner coto al tráfico de los narcos en la Roca, más endurecida que nunca por la visita insólita y provocativa de un vástago joven de la Reina Isabel II de la Gran Bretaña, con la que le unen históricos lazos de consaguinidad, pero eso es otra cosa. Gibraltar no es tierra extraña sino propia  (hasta que nos la arrebataran piratamente, pero ahora también) y como tal hay que demandarla ante las Naciones Unidas y recuperarla en beneficio de la legalidad internacional. En esas estamos. Y no pararemos. No parará el Rey Juan Carlos I de la España contemporánea.


a.sotopa@hotmail.com

viernes, 15 de junio de 2012

El confitero que todo lo regalaba en honor de su mujer

Había una vez un confitero bañezano que  lo que ganaba en su obrador de pasteles, pastas, tartas, besitos y melindres, conocidísimo y apreciado en toda la comarca, lo empleaba en obras de cultura y caridad. Se llamaba.... bueno, se llama Conrado Blanco, porque esto no es un cuento sino una historia viviente, y representa la tercera generación de la pastelería.

Conrado está casi ciego, pero sigue viendo con el corazón, un "corazón de estrella" , como él mismo dice que fue el corazón de su mujer, Charo González , "Charín", la estrella de su vida, en cuya memoria otorga un Premio nacional de Poesía Infantil dotado con dos mil euros y publica una revista que lleva ese mismo encabezamiento: "Charín, Corazón de Estrella". La revista se distribuye gratis por bibliotecas, centros culturales y colegios de toda España. Pero no sólo eso. Ha donado una finca de diez mil hectáreas al municipio de La Bañeza, donde nació en 1921, y el ayuntamiento le ha correspondido erigiéndole una estatua en bronce, con esta leyenda en la base de acero cortén: "Si vives sin hacer el bien, la vida no vale nada".

Así es este hombre, culto, laborioso, infatigable, íntegro, con el que he tenido el placer de asistir a numerosos congresos de cronistas, de cuya Real Asociación (RAECO) ambos formamos parte. Como investigador ha recogido en diez tomos, titulados "Capiteles para la Historia Bañezana", los hechos, los personajes, las costumbres y los monumentos de la célebre comarca leonesa, algo verdaderamente testimonial desde tiempos muy antiguos. "El cronista es un notario", suele afirmar, y su propio y fantástico archivo, que enseña con orgullo, es otra prueba. Y últimamente ha confeccionado un libro con las recetas de su abuelo, porque el amor familiar es lo que más le distingue, junto al desprendimiento por la sociedad en que se ha desarrollado y a la que ha dedicado cientos y cientos de artículos periodísticos, como ya hiciera también su padre en "El Jaleo" y "El Adelanto Bañezano".

Por su generosidad sin límites guardo en mi despacho-bliblioteca todos esos papeles y libros que me ha ido regalando, a los que se suman ahora los que me envía su mano derecha y ángel femenino, la profesora y poeta María del Camino Ochoa Fuertes. ¡Larga vida, pues, al protagonista de este cuento, un cuento real, aunque parezca mentira que aún haya personas con semejante grandeza de alma!

a.sotopa@hotmail.com

jueves, 14 de junio de 2012

Hasta los cuervos picotean las cerezas

Ya desde el título, el profesor, poeta y escritor JM Prado-Antúnez, gallego-vasco recriado en Aranda de Duero (Burgos), nos introduce en un laberinto de situaciones y pasiones en el que nos perdemos sin remisión mientras vamos sorteando, sorpresa a sorpresa, su inquietante, torturada y envolvente fraseología en esta novela del género negro. ¿Encontraremos el cuerpo del delito? Es lo de menos. Todo son atisbos, fragmentos, fulguraciones estallantes. ¿Nos encontraremos a nosotros  mismos retratados en sus sanguinolentos párrafos con nuestras más deleznables inclinaciones, mentiras y atrocidades a cuestas? Puede que sí. Pero ¿hay  algo más que palabras y palabras entre estos “cuervos” agonistas que graznan sin parar, picoteándose unos a otros, culpándose y disculpándose? No acierto a entenderlo. ¿O no es surrealismo puro, lleno de adrenalina, lo que nos devuelve por la boca de ganso de esos seres degenerados el autor? No importa. Aunque no acertemos a desentrañar la trama policíaca del romancesco novelón en curso, divagación, retracción y transgresión constantes, no lograremos desasirnos de ella, por la imantación que nos produce su enmarañado lenguaje, por el que pululan casi todas las figuras literarias  de la vieja Preceptiva, espolvoreadas a voleo en la puta página. Nuestra mente se mantiene en vilo  por  la brillantez de las imágenes, que le surgen como géiseres del subconsciente al escribiente insobornable que es Prado, y al que le salen a borbotones las puntadas de la pluma, o mejor, de la pantalla plana del ordenador,  por la que se desliza sin contención alguna, borrachamente desbocado. Lo  suyo es “demasié”, se le ve y se le va la mano zurcidora en el pergeño del cuadro de costumbres, pero no tenemos más remedio que asirnos a ella para salvarnos de sus propios tropiezos. En sus grandes defectos se asientan sus mejores hallazgos.

Nos hallamos ante un comunicador torrencial que escribe como si sudara sin cesar, de modo natural aunque alambicado, y que no vive si no escribe, pero que, a la vez, da la sensación de que ha vivido todo lo que depone línea a línea como un corredor de fondo en forma. Es incapaz de contenerse, no nos da tiempo a respirar ni a que le aspiremos. Prado-Antúnez es un ser nervioso, caudal, inquisitivo, inquietante, devorador, tan rastrero como sublime, descontentadizo y a un tiempo complaciente con el interlocutor, para el que echa toda la carnaza de la maldad humana en la olla podrida que es cualquier novela. Y de cuando en cuando, nos pega un zurriagazo.

Aquí se nos presenta como el observador implacable de acciones y sentimientos y como el narrador omnisciente que se ha alimentado tanto en los libros como en la calle. ¿Lo ha digerido bien? Lo dudo. Pero, repito, él es así: turbio y turbulento, volcánico, oceánico, relampagueante, excesivo; su lectura nos produce una repulsión continua sólo superada por una continua atracción, esos dos movimientos que dicen que se aposentan en el corazón de los amantes apasionados. Y de amantes habla. O al menos de personajes muy sexuados, activamente desinhibidos, sí, aunque la culpabilidad también les repta por dentro, como a todo hijo de vecino nacido y educado en la tradición católica.

El poeta, el sociólogo y el periodista, tres en uno, se imbrican, se trenzan y destrenzan o se superponen, a saltos, a bandazos, a mandobles, a vómitos, y van del realismo sucio a la lírica más delicada y encendida, de la exaltación a la depresión abismal, siempre con una curiosidad acuciadora y debeladora de tejes y manejes, “de prisa, de prisa”, que no dejan de salirle al paso. Al paso del relato, digo, que es como un río, como el Duero arandino, que podría tomarse como metáfora del conjunto, y de hecho como tal aparece o el autor lo finge. (Por cierto ¿qué es la literatura sino la gran esfinge fingidora de la verdad?)

Escribo esta crónica, que no crítica, un poco a su manera, un poco solo, digo, porque es inimitable, es muy suyo;  es pedregoso y sutil, recto y oblícuo; tierno y cruel; embarullado y transparente; sensato, insensato y neurasténico: contradicción perpetua. Tensa la cuerda del suspense hasta límites inverosímiles y se recrea sublevándonos con cilicios de largas oraciones subordinadas y  haciéndonos esperar un desenlace que no acaba de llegar y cuando llega al fin ya da igual porque lo importante es el camino, no la meta. En los recodos, recovecos y meandros reside la sustancia, una sustancia que hay que apurar despacio, trago a trago, para no atosigarse con droga tan dura.

Hasta los cuervos picotean las cerezas hay que leerla y absorberla a trancas y barrancas, no es de fácil factura ni lectura; su acidez sarcástica y satírica puede herirte la sensibilidad y estragarte el gusto. Es una novela para cogerla y dejarla reposar, porque su exceso de ingredientes perturba el ánimo y le solivianta.

No hay en ella una sola frase corriente; aumenta la dosis de los sustantivos, retuerce el cuello de cisne a los adjetivos, revuelve y cambia los tiempos de los verbos (¡atención, atención, esto es imperdonable, querido amigo!), encabalga los complementos, especialmente los adverbios de modo; emplea  los juegos arborescentes del idioma como si se tratara de artísticos arcos trilobulados y crea sinestesias muy atrevidas con los colores y los olores…

Para no irme por las ramas, simplifico: Todas  las excrecencias, desmesuras, digresiones, extorsiones, complejidades, verborreas, aserciones, disensiones y procacidades que acumula el magma hirviente de esta novela “ebollucionada” de Prado-Antúnez,  que son muchísimas, se convierten en sus propias cualidades y potenciales virtudes, de modo que una aseada poda le restaría vitalidad y poderío a su prosa barroca.

Es verdad que le da puñaladas a la madre lengua, pero resultan reviviscentes. Es verdad que disloca la sintaxis y hace trizas la prosodia más veces de las debidas, pero por eso nos enseña otra manera de pensar y explicarse: la que es de uso común en el pueblo. Es verdad que exhibe un placer luzbeliano en sus descripciones orgiásticas, pero así  nos alegra las pajarillas.

Hombres como Prado-Antúnez marcan estilo, porque –ya lo dijo Bouffon- son y se representan a sí mismos siempre, y eso es de agradecer. Atrévanse con él, hínquenle el diente, que dentro del hueso resguarda la médula.
 

a.sotopa@hotmail.com

miércoles, 13 de junio de 2012

Algunas preguntas de las que espero contestación

¿Por qué es tan voluble y tan voluminosa la ominosa prima de riesgo de los mercados enmascarados? ¿Y por qué estos no dan la cara con la frente despejada o despejando el frente combativo que se nos viene encima?

¿Podrá España, en las actuales circunstancias favorecedoras, con la inyección de cien mil millones de euros crediticios en su cuenta, ponerle a la descarada prima a dieta? No hay otra solución, caramba.

¿Por qué Arenas, abandonando el coso andaluz de sus andanzas y maestranzas, regresa a la arena, crema o pomada nacional, cuando ya está la santa María de Cospedal, del abanico y la mantilla manifiestados en Toledo, presidiendo el paseíllo del Partido Popular ante los carros y carretas que le opone Rubalcaba, el calvo al que no le da más que la suya gana, tranco aquí, tranco allá, contra esto y contra lo otro y contra la propia Chacón también?

¿Es verdad que Carlos Dívar, Presidente General del Poder Judicial, pasaba sus cuentas de cenas con velas por dos? ¿Y quién era él, el otro, que aún sigue velado? ¿Es que no hay quien lo desvele, el juez Bermúdez, por ejemplo, ya que mudo no demuestra ser? Habla, pueblo, habla.

¿Ha habido o no ha habido , por parte del toro corneador de Europa, enjuague o “rescate” de la tierra de conejos, con esa palabra que entra y sale del diccionario y va de boca en boca de los comentaristas políticos, como la pelota de Rafael Nadal en el campo de tenis ganador del Roland Garros? Venga, pelotas a mí. Que me lo expliquen. Esa bola no me la trago.

¿Qué pasa o pasó con el número 9 de La Roja del Bosque que a los críticos futbolísticos se la metió doblada Italia con un empate?

¿Hasta cuándo alargar la (o él) Correa o correo del/de la Gürtel? ¿No hay quien desentrame esa trama correosa que ya va para cuatro años? Y encima se ha salido de la madre…de la cárcel el tío callado pero no caballero.

En vez de tanto nini y tanto nono ¿surgirá algún sisí en este malpaís decimonono?

¿Serál algún buen día TVE la televisión de todos los españoles, en sus modas, modales y modos,  lenguas, costumbres, bailes y flamenquines, de acuerdo con el mosaico múltiple de aldeas, provincias y autonomías que trenzan la piel hirsuta de toro, sin convertirse en un guirigay gallinero de partidos, pidiendo cada cual apetitosamente su parte alícuota de participación informativa, o peor, propagandística? ¿Y propagandística de qué? ¿Dónde la unidad, que no la unicidad?

¿Sabrá, podrá Luis Linde, el nuevo Gobernador del Banco de España, gobernar a sus anchas libres y ponerle linde ajustada a los descuidos y desenfrenos de Bankia y esas otras cajas desencajadas y esos otros bancos desbancados, deseurorizados y desautorizados por la apisonadora Ángela Merkel?

Aquí hoy me como la lengua y la pluma, no las ganas, porque otro día formularé más preguntas. Por preguntar que no quede, que para mí y para ustedes resulta fácil hacerlo. Lo que ocurre, en terrenos tan pantanosos y persistentes y resbaladizos como los de la pasta gansa y la igualdad para todos, es que las difíciles de verdad -si es que existe la verdad- son las respuestas. ¿Quién las tiene? Que me las vaya enumerando, que los números cantan pero no me cuadran.

a.sotopa@hotmail.com

martes, 12 de junio de 2012

Minicuentos de una sola línea para la raya del verano

Como el verano ya está en puertas y nos calienta la cabeza para que pensemos poco y gocemos mucho, os traigo al blog los minicuentos que me contaba una niña de cuatro años en los tiempos de María Castaño.

Si la pequeña Iria no los hubiera ido garrapateando cada mañana después de imaginárselos al dormirla cada noche, yo no creyera que fueran suyos. Claro que, al encontrármelos ahora en un cuaderno de hojitas amarillas, yo también he puesto algo de mi parte.
Son largos de una sola línea, pero se estiran como un chicle. Se le ocurrieron durante  las mil y una noches que pasamos en el campo, en una casita que parecía de chocolate, y lo sigue pareciendo. Iria ahora es una mujer hecha y derecha y se los recuerda al fruto bendito de su vientre, que se llama...Mateo. Es como si la estuviera viendo como entonces. Y se me deshace entre los dedos su cuerpo de fresa:

-Papá, mis zapatitos se quedan siempre con la boca abierta.

-Madruga tanto el sol que casi pilla a la luna peinándose los cabellos.

-Las señoritas nubes se dejan llevar de la mano del viento, y a veces se enfadan.

-El cielo es más alto que los pájaros todavía.

-La víbora parece una pulsera, pero te pica y te tienen que llevar al hospital.

-¿No ves cómo el fuego se muerde la lengua?

-Un ruiseñor volaba, volaba, volaba...Y cantó.

-¿Es verdad que los peces también duermen? ¿Y las sirenas?

-Los ojos ven las cosas de colores ¿a quue sí?

-En mi baúl de los juguetes todo es de cuento, y ya no cabe ni uno más.

-¿A que un pelo sí que puede entrar por el ojo de una aguja? Pero el mío no, porque es largo como el agua.

-Las zapatillas quieren echar a correr, pero las paran los pies.

-Un árbol quiso volar...y se quedó sin hojas. ¡Qué tonto!

-Con un lápiz mágico yo escribiría lo que me diera la gana y haría que fuera de verdad.


Basta por hoy. A lo mejor cuentos así hacen soñar a los padres. Pues ojalá.

a.sotopa@hotmail.com

lunes, 11 de junio de 2012

Los cronistas del Reino de España se citan en octubre en Orihuela

Vayan versos y cronistas
a la Orihuela huertana
con la gracia y el donaire
de la “jechura” hernandiana.

Perito en lunas y rosas
de amor y de desamor,
dejó caerse el poeta
¿y nosotros, por qué no?

Que Antonio Luis y Galiano,
sabio en historia reciente,
nos disponga lo que sea
mejor y más conveniente,

porque allá, en octubre opimo,
donde se doran los frutos,
dictaremos las ponencias
en unos pocos minutos.

Y luego pasearemos
calles, museos e iglesias
entre almuerzos, recepciones
y conciertos y asambleas.

Cronistas, a dejar nota
puntual en nuestros escritos,
lo pasado fue pasado,
lo reciente no se ha dicho.

La generación futura
sabrá cómo era Orihuela
si sabemos retratarla
con justicia y letra a letra.

Pues convocados estamos,
que nadie falte a la cita.
Para mí no hay mayor gloria
que ser de un pueblo cronista.

a.sotopa@hotmail.com

domingo, 10 de junio de 2012

Cuartetas copleras para Paula Fernández Soto en el día más blanco y reluciente de su infancia


En tu blanca Comunión,
Paula de labia locuela,
un pajarillo gorrión
por mi corazón se cuela.

Y es que tiene que decirte
unas cuantas claras cosas:
la primera bendecirte
por ser infanta preciosa,

la segunda celebrar
con alegría y contento
el sano y rico alimento
que nos acabas de dar,

y la tercera, advertirte
que la familia te quiere
y en cualquiera suerte o sirte
te portes tal como eres:
Sensata, cordial, sincera
y jubilosa y chistosa,
que pareces una rosa 
nacida en la primavera.

Tu madre doña Isabel
y tu padre don Alberto
te enseñaron  a ir bien
y por el camino cierto.

Tú a trabajar y estudiar
como niña lista y mona,
yo no he encontrado otra igual
tan dulce y torrelodona.

Abre el pecho, da las manos
y sonríe a troche y moche;
en “La Entrada” nos quedamos
hasta que caiga la noche.


(Poemilla recitado a los postres del banquete el 2 de junio de 2012)

viernes, 8 de junio de 2012

Desasosiegos de la edad madura

A veces parece que escribo para la posteridad, pues tardan en responderme y hacerme caso los escasos lectores de los que disfruto en papel o digital. Y sin embargo, estoy al día de lo que nos concierne a todos -pasaje,paisaje, paisanaje, economía, cultura, sociedad...-, alabándolo o criticándolo, sin más intereses y respuestas que los de la satisfacción propia personal.
 
Desnudarme palabra a palabra es para mí un orgasmo onanístico, me lean o no, que de ambas especies hay y conozco, sea por la diversidad humana y ambiental de hoy en día en el que cualquier llamada de atención se dispersa esterilmente, sea porque muchos se encuentran demasiado distraídos de lo fundamental, que es vivir en su tiempo y a su hora, los que nos van a trascender, cuando umbra mortis nos sepulten.
 
¡Cuán bello es escribir y dejar plasmado el pensamiento en piedra, tablilla o papel, como las momias que subyacen entre paredes subterráneas que alguien más tarde descubrirá al albur con sus tesoros superpuestos o adheridos, Y si no, tampoco le importa nada a uno, al infrascrito, porque lo pasen por alto o por bajo los infatigables etnógrafos investigadores, si no se me encaran de frente. La posteridad es una vaina vana. A mí que no me despierten, que se queden con lo que dije porque me salió del bolo, si quieren y sigue sirviéndoles, y adiós muy buenas, o muy malas, según acorden o desacorden conmigo los descubridores tardíos, tanto me darán como me quitarán de reposo eterno.
 
A muerto yacente, malvas y gusanos trepadores y afanosos en sobrevivir a sus expensas y exequias. Pósito, depósito y expósito, eso es todo, o sea, nada. Polvo, sudor, lágrimas, aires, suspiros, cenizas, nubes...¡Vivan los poetas! Vaporoso es nacer y morir, con tanto como hay que hacer, sin culminar la obra para la que descendimos a la tierra. Volveremos al cielo, nos han dicho. ¿Sí?
 
¿Que me encuentro triste? No, por los dioses del Olimpo con los que ansío yacer y permanecer. La literatura no desaparece sino que se renueva en cada generación. ¿Es esto literatura? ¡Ojalá! Amén. Porque la duda me perpetúa. ¿Y a vosotros, lectores míos, también? Entonces estáis en lo cierto, lo único cierto.


a.sotopa@hotmail.com

jueves, 7 de junio de 2012

Cada cual es cada cual y tiene sus cuadicaladas

Observo a mi alrrededor cinco clases de personas:
1. Las que no saben de qué hablan.
2. Las que saben más de lo que dicen.
3. Las que dicen más de lo que saben.
4. Las que ni saben ni hablan.
5. Las que les importa un pito hacer constantemente el ridículo perorando.

Hay muchas más:
a) Las que saben más de la cuenta (corriente) y, callando sutilmente, se aprovechan de los incautos parladores o fabuladores.
b) Las que sueltan por la boca todo lo que les entra por los oídos y por los ojos.
c) Las que se hacen las tontas para engañar a los listos.
d) Las que se las dan de listas para embaucar a los tontos.
e) Las que hablan por no callar.
f) Las que callan por no saber.
g) Las que no callan ni aunque las maten.

¿Con cuál de ellas quedarse y dialogar? He ahí la gran duda. Esa es la cuestión. ¿Y la respuesta? Quizás, con ninguna. Todo el mundo suelta sapos por y con la lengua y poquísimos aprenden a escuchar y distinguir el grano de la paja, la sustancia del hueso, la velocidad del tocino, el silbo del pájaro del canto de las sirenas...

Aquí no hay dios que se entienda sobre casi nada; se producen más desacuerdos que acuerdos. Cada cual va a su "bola de sebo", o séase, a sí mismo, lanzando trolas por un tubo, el de la laringe, claro, no confundir con la faringe paralela. Unos lo hacen por llevarse el agua a su molino, otros por acometer sin desmayo a todo bicho viviente, los menos por defenderse y justificarse. El caso es batallar y llevarse mal, porque no hay trabajo para todos en la lucha por la vida. Nos conviene un poco de silencio, serenidad y sensatez.

Ya conocíamos por Vargas LLosa que "la novela es la verdad de las mentiras", pero no se trata de novelas ahora; se trata de la existencia real, tan enmarañada y disparatada como una novela del siglo XIX. Y así no puede ser. De todas formas, paciencia y barajar  intenciones con aquellos que se nos acerquen a hablar. Como reza el dicho aragonés que aprendí en mi infancia, "cadi cual es cadi cual y tiene sus cuadicaladas". Pues qué lo vamos a hacer.

a.sotopa@hotmail.com

miércoles, 6 de junio de 2012

Una brújula paulina que orienta en valores morales y literarios a los niños y a los adolescentes

He tenido el honor de presentar en la Casa del Libro de Madrid, Gran Vía, 29, el IV Premio de la colección “La Brújula” que edita San Pablo, para los colegios e institutos de toda España. Un lujo, de verdad. El galardonado ha sido este año el profesor e historiador Manuel Alfonseca y su novela juvenil se titula “La Corona Tartesia”. La tengo en las manos. Subyugante. No se la pierdan.

Pero mi satisfacción mayor ha sido ocupar la tribuna de Espasa-Calpe, emporio de libros centenario por el que pasaron y en el que publicaron hombres excelsos, como Alberti, Hernández, Cossío, Valle Inclán, Galdós, Unamuno, Azorín, Machado, Gómez de la Serna y etc, etc.

Ofrezco a continuación un extracto de mi discurso, en el que hice un apasionado “Elogio de la lectura”:

“Yo sólo sé hablar y escribir a los niños, esos enanos impertinentes y locuaces siempre boquiabiertos, a los que los mayores les apartan de sí, para librarse de responsabilidades.

Las Tablas de la Ley de la Enseñanza, queridos maestros, se resumen en dos, que son leer y contar, pero con la primera basta, porque el lenguaje lo abarca todo.

Me detengo, pues, en leer, simplemente leer, porque leyendo se aprende a contar y a entender de matemáticas, ciencias y humanidades.

Hay un vademécum reciente de mi amigo Alberto Martín Baró, hijo del gran periodista Martín Abril –“Cómo hablamos y escribimos” se titula- que da en la diana: lenguaje, lenguaje, lenguaje. El lenguaje es todopoderoso, mueve las montañas y los corazones.

La colección La Brújula de San Pablo Editorial, puntual indicadora de por dónde debemos ir, marca esta dirección, con un interés literario preeminente.

Esto me lleva a transcribir las frases de oro que pronunció Federico García Lorca, durante la inauguración de la biblioteca municipal de Fuente Vaqueros, Granada: “No sólo de pan vive el hombre; si tuviera hambre no pediría un pan, sino medio pan y un libro, libros, libros, que es decir “amor, amor”. Dadme libros para que mi alma no muera, pedía Dostoyesvsky, cercado en Siberia por infinitas y desoladas llanuras de nieve. Pedía libros, no fuego ni pan ni agua, para subir a la cumbre del espíritu y del corazón”.

Aquí debía terminar, pero dejadme, en vuestra paciencia escuchadora, que ponga el colofón cervantino: “No hay libro malo que no contenga algo bueno”.


a.sotopa@hotmail.com