martes, 26 de junio de 2012

Arte y tradiciones populares en conserva

El Museo de Artes y Tradiciones Populares, creado  e instalado desde 1972 en la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) por la infatigable etnógrafa Guadalupe Honzález-Hontoria y Allendesalazar, de raigambre segoviana, ha sido trasladado recientemente a la Corrala de Arniches, en Madrid, que lo ha recibido regalado por su autora, y pretende conservarlo y exhibirlo, para la admiración pública y no sólo de los especialistas.

 Lo curioso de la donación -miles y miles de piezas únicas catalogadas- es que en el acto oficial de entrega ninguno de los políticos madrileños y ninguno de los ilustres catedráticos de Cantoblanco, mencionó su nombre para nada. Eso se llama ingratitud, pero así premia (o castiga) este país a sus grandes hombres y mujeres. A mi vieja amiga Guadalupe esta descortesía le ha dolido sin duda, pero no ha rechistado; rechisto yo, que estuve a su vera durante 10 años (1972-1982), viéndola recorrer con sus alumnos/as toda la hirsuta Piel de Toro. De sus trabajos de campo queda constancia en la revista Narria, que ella misma se autofinanciaba, simplemente por el gusto de atesorar aquello en que creía, para que no desapareciera de la memoria de las nuevas generaciones, como estaba desapareciendo de las tierras, las iglesias y las costumbres: trajes, alfarerías, instrumentos músicos y agrícolas, cantorales, objetos culinarios..., un inmenso ajuar.
 
El único y verdadero apoyo que tuvo Guadalupe en sus años mozos, paso a paso y coche a coche a través de Castilla, Navarra, Extremadura, Cantabria...fue el de su ¿marido? y Rector don Gratiniano Nieto Gallo, extraordinario humanista e historiador que sucedió a nuestro llorado Marqués de Lozoya en la Dirección General de las Bellas Artes en el antiguo Régimen.
 
¿Pensábais que ya no había mecenas particulares? Pues sí. Pero van quedando pocos, muy pocos. ¿Y os descubro un secreto? La propia Reina Sofía, en sus visitas semanales al Departamento de Humanidades de la UAM, tuvo algún detalle con ella a través de su consejera áulica, la poetisa María Eugenia Rincón, maridada con el latinista egregio don Miguel Dolc. ¡Oh tiempos, ¿y por qué no vuelven?! Pero debo de haberme hecho yo también mayor.


a.sotopa@hotmail.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario