Quizás me quieres,
Quizás te adoro,
Quizás es plata,
Quizás es oro.
Quizás llovizna,
Quizás graniza,
Quizás te empinas,
Quizá agonizas.
Quizás aciertes,
Quizás desbarres,
Quizás me desconciertes
Y no me amarres.
Quizás no sepamos
Amarnos cada día,
Quizás nos perdamos
En las noches umbrías.
Quizás los dos, amor,
Estemos descentrados de por vida
Y sea lo mejor
No restañar heridas.
Quizás es que estoy solo,
Quizás es que estás sola,
Quizás es que ya Eolo
No nos bate la ola.
Quizás es que tú sueñas
Demasiado, amiga,
Y he olvidado la seña
Que tanto me intriga.
Quizás, quizás, quizás
Es que, triste y pobre, dudas
Si permaneces o mudas
Sin encontrarnos jamás.
Quizás, quizás, quizás
Sea que no nos conviene
Estar a lo que va y viene
Porque sí y, ay, sin compás.
Tú a lo tuyo y nada más,
Yo a lo mío y nada menos.
Los dos nos encontraremos
Quizás, quizás, oh, quizás.
Esta pendolera estima
Nos apoca y nos sublima.
¡Qué contradicción, señor,
Nos muestra siempre el amor.
Hielo y fuego, cuerpo y alma,
Vida y muerte en todo unidas
¿Cuándo será la partida
En la que reine la calma?
Dése por ida y soñada.
Sólo sé que soy mortal,
Sólo sé que no soy nada
O quizás, quizás, quizás…
Punto final.
a.sotopa@hotmail.com
918470225
jueves, 28 de febrero de 2019
miércoles, 27 de febrero de 2019
Tal vez
Tal vez te encuentres sola,
tal vez te vuelva a ver,
tal vez seamos juntos
los que fuimos una vez.
Tal vez el mundo
gire en torno a los dos,
tal vez se complementen
la luna y el sol.
Tal vez se acaben pronto
Trump y Maduro,
tal vez el Brexit
sea declarado nulo.
Tal vez el Torra
y el Puigdemont
se viertan en España
de todo corazón.
Tal vez, tal vez, tal vez…
se encarame el SÍ sobre el NO.
a.sotopa@hotmail.com
918470225
tal vez te vuelva a ver,
tal vez seamos juntos
los que fuimos una vez.
Tal vez el mundo
gire en torno a los dos,
tal vez se complementen
la luna y el sol.
Tal vez se acaben pronto
Trump y Maduro,
tal vez el Brexit
sea declarado nulo.
Tal vez el Torra
y el Puigdemont
se viertan en España
de todo corazón.
Tal vez, tal vez, tal vez…
se encarame el SÍ sobre el NO.
a.sotopa@hotmail.com
918470225
lunes, 25 de febrero de 2019
Silvia Clemente, ser o no ser
La gran duda
es
ser o no ser
Silvia
Clemente,
la que
siempre fue
fiel
seguidora
del pe
pé, pe pé.
Ella como un
Hámlet
femenino es
muy
duditativa,
qué lo vamos
a hacer.
¿Se inclina
por Ces?
Lo duda, lo
dudo,
y yo qué sé
qué.
¿Hay alguien
que ayude
a resolver
este
enmarañado paripé de ser o no ser?
918470225
jueves, 21 de febrero de 2019
No me quieras tanto
No me quieras tanto
después del desencanto
que por ti he sufrido.
Dime cómo y cuándo
me he de ir volando
a mi propio nido.
No hubiera salido
a buscarte a ti
sin estar perdido
y fuera de mí.
Pues ya que lo hice
y sin avisar
vuélveme a llamar
como siempre quise.
¿De quién hablo, dices?
De dos infelices
que tiros de amor
abortaron el fruto en la flor.
Siguen las raíces
ahondando en el alma.
Calma, calma, calma
si tú me bendices.
Perdón es la palabra
que dejo aquí.
Tu corazón se abra
y me recoja, ay, sí.
Fuera de tu lado
no encuentro contento.
Sea este lamento
con tu amor pagado.
a.sotopa@hotmail.com
918470225
después del desencanto
que por ti he sufrido.
Dime cómo y cuándo
me he de ir volando
a mi propio nido.
No hubiera salido
a buscarte a ti
sin estar perdido
y fuera de mí.
Pues ya que lo hice
y sin avisar
vuélveme a llamar
como siempre quise.
¿De quién hablo, dices?
De dos infelices
que tiros de amor
abortaron el fruto en la flor.
Siguen las raíces
ahondando en el alma.
Calma, calma, calma
si tú me bendices.
Perdón es la palabra
que dejo aquí.
Tu corazón se abra
y me recoja, ay, sí.
Fuera de tu lado
no encuentro contento.
Sea este lamento
con tu amor pagado.
a.sotopa@hotmail.com
918470225
miércoles, 20 de febrero de 2019
El poeta
Escribe mucho,
todo el día está escribiendo
en libretas de hule o polipiel
que guarda en los bolsillos camiseros
junto al ardido corazón
como aquel borrachuzo de Bukowski,
aunque sin su ingenio ni su mala leche.
No importa,
da fe de vida,
cuenta lo que le pasa,
canta lo que le gusta,
se enoja ante los malos tragos,
se ríe de sí mismo
y pone a caldo a los políticos, los banqueros y los giliprogres.
No tiene pelos en la lengua,
ni flores en el pelo
ni abuela que le alabe;
por no tener no tiene
ni perro que le ladre o le haga pis en los zapatos.
Anda solo a menudo
pero se fija en todo:
en la acera bacheada y descompuesta,
en la alambrada del jardín vecino,
en la escuela de música,
en la cigüeña de la iglesia
y en los cigoñinos del paseo de los chopos y los fresnos.
Cuando va por el río
tira piedras al agua
y se moja en sus ondas
y se pincha los dedos
auscultando los ramos
de las zarzamoras.
Si pisa un hormiguero le sugiere una fábula,
si relincha un caballo se entretiene observándolo,
si ve un huerto se pone verde,
si encuentra un banco, siéntase a imaginar.
La pluma no le falta,
el sombrero tampoco,
la pipa humea
con elegancia y discreción.
Bebe cuanto le place:
whisky, anís, cocacola,
cointreau, chartreuse, pipermint,
vodka, tequila,
cognac, brandy, cerveza,
cava, champán,
limoneno, vermut,
orujo finas hierbas de Galicia,
aguardiente tomellosino,
café irlandés, martini…
y licores a mansalva.
Le gustan las montañas y los valles,
las subidas y las bajadas,
los puertos marítimos y las olas tempestuosas,
el sol y la luna,
la noche y el día,
la línea recta y la línea curva…,
ama los girasoles y las violetas:
es contradictorio, claro,
y tuvo amores, cómo no,
muchos de ellos de papel fracturable
o platónicos, simplemente.
Usa la cabeza, los pies y el corazón
y no se para en barras ni cerrojos
cuando de hablar de libertad se trata.
Le obsesionan los peces
por su resbaladiza ubicuidad,
y asimismo los cangrejos atrasados,
las elásticas ranas saltarinas,
los topos de tunelado terciopelo,
las mariposas de vuelo efímero,
los gatos, los leones y los linces.
Detesta sin embargo a las serpientes
ondulantes y sinuosas
y a los mosquitos traidorzuelos
y a los sapos babosos.
Mira por los agujeros de las puertas
y mira por los espejos enmarcados,
mira por todas partes, con los ojos
cargados de lagrimones desde niño;
mira detrás de sí, pero también delante y de lado a lado.
Le sientan superiores los abrigos, los pantalones y los sombreros,
cada vez más grandes,
ya que su cuerpo mengua
y apenas le obedecen
los músculos rosados…,
mas se mantiene erguido,
bien alzada la frente,
alisados los pómulos
y la barba esparcida en la mamola.
Conoció a grandes hombres,
charló con ellos
y aprendió a escuchar.
Umbral, Gerardo y Dámaso
fueron algunos de sus maestros más conspicuos,
y luego él
fue también un gran maestro
pero solo de letras, las primeras letras:
las que enseñan a enderezar la adolescencia.
Buero Vallejo
le regaló un prólogo a sus farsas
y se lo leyó en su casa humilde de Hermanos Miralles
antes de imprimirlo en Espiral Fundamentos.
“Nada vale la pena”, piensa a veces,
y no obstante, sigue escribiendo y escribiendo.
En los bares de pueblo
ha consumido muchas horas
oyendo las leyendas de amor de los viejos
antes de que se eclipsaran
en la boca de lobo del alzheimer
con los dientes corroídos del color del azufre.
Sabe que no es Shakespeare ni Dante,
ni Calderón ni Lope,
ni Lorca ni Machado,
ni San Juan ni Teresa
y ni siquiera Campoamor;
tampoco Lawrence Durrell,
Baudelaire o Flaubert,
William Saroyan o Hemingway,
Pero qué lo vamos a hacer.
“Hojas de hierba” son sus hojas en todo caso
y se adapta a la vida más corriente:
baja la basura,
saluda a los amigos,
canta de cuando en cuando,
llora a mares…
es puntual y ordenado,
se atiene a lo que le echen por la espalda sin rechistar.
Un pájaro rojo
le revolotea en la cabeza,
un urogallo se le empina,
un unicornio sueña en él persiguiendo a Utopía
en las noches felices.
Dejó colgado un candil en el sobrao
que aún le alumbra
con el aceite de Baena
de su amada Ana.
Orilló en el trastero
sus máquinas de escribir
(unas veinte de distintas marcas),
sus álbumes de fotos
(otros veinte o aún más)
y toda la ferralla de la ferretería del corral de sus padres,
en el que el ocio entretenía en los veranos juguetones:
martillos, puntas,
tornillos, alicates,
sierras y palas y azadones,
azadas y azagayas…
con los que componía un carricoche
con ruedas de madera traverseras
que siempre tropezaban en el barro
y en cualesquiera piedras,
llevando solo heno.
También llevó al trastero de los útiles viejos
los lápices de Alpino,
las gomas de borrar Milán no sé qué numero
y los comics de fieras
que entre naranjas y castañas y peroperas de don guindo
le traía de Cuéllar
en el carro del burro Ocicomono,
totalmente obediente
y más manso que el Buche.
Aquí para el poeta,
aquí detiene sus recuerdos.
Aquí se planta.
La vida le llevó siempre adelante
por caminos inciertos y dudosos,
pero supo arriesgarse y triunfar.
Ahora goza —escribiendo todavía—
de una píngüe pensión,
con Dios mediante y el gobierno de turno.
Nadie le niegue un óbolo
para embarcar a la inmortalidad.
¿Digo su nombre?
Lo adivinásteis ya.
¡Qué poeta que fue,
qué poeta será!
a.sotopa@hotmail.com
918470225
todo el día está escribiendo
en libretas de hule o polipiel
que guarda en los bolsillos camiseros
junto al ardido corazón
como aquel borrachuzo de Bukowski,
aunque sin su ingenio ni su mala leche.
No importa,
da fe de vida,
cuenta lo que le pasa,
canta lo que le gusta,
se enoja ante los malos tragos,
se ríe de sí mismo
y pone a caldo a los políticos, los banqueros y los giliprogres.
No tiene pelos en la lengua,
ni flores en el pelo
ni abuela que le alabe;
por no tener no tiene
ni perro que le ladre o le haga pis en los zapatos.
Anda solo a menudo
pero se fija en todo:
en la acera bacheada y descompuesta,
en la alambrada del jardín vecino,
en la escuela de música,
en la cigüeña de la iglesia
y en los cigoñinos del paseo de los chopos y los fresnos.
Cuando va por el río
tira piedras al agua
y se moja en sus ondas
y se pincha los dedos
auscultando los ramos
de las zarzamoras.
Si pisa un hormiguero le sugiere una fábula,
si relincha un caballo se entretiene observándolo,
si ve un huerto se pone verde,
si encuentra un banco, siéntase a imaginar.
La pluma no le falta,
el sombrero tampoco,
la pipa humea
con elegancia y discreción.
Bebe cuanto le place:
whisky, anís, cocacola,
cointreau, chartreuse, pipermint,
vodka, tequila,
cognac, brandy, cerveza,
cava, champán,
limoneno, vermut,
orujo finas hierbas de Galicia,
aguardiente tomellosino,
café irlandés, martini…
y licores a mansalva.
Le gustan las montañas y los valles,
las subidas y las bajadas,
los puertos marítimos y las olas tempestuosas,
el sol y la luna,
la noche y el día,
la línea recta y la línea curva…,
ama los girasoles y las violetas:
es contradictorio, claro,
y tuvo amores, cómo no,
muchos de ellos de papel fracturable
o platónicos, simplemente.
Usa la cabeza, los pies y el corazón
y no se para en barras ni cerrojos
cuando de hablar de libertad se trata.
Le obsesionan los peces
por su resbaladiza ubicuidad,
y asimismo los cangrejos atrasados,
las elásticas ranas saltarinas,
los topos de tunelado terciopelo,
las mariposas de vuelo efímero,
los gatos, los leones y los linces.
Detesta sin embargo a las serpientes
ondulantes y sinuosas
y a los mosquitos traidorzuelos
y a los sapos babosos.
Mira por los agujeros de las puertas
y mira por los espejos enmarcados,
mira por todas partes, con los ojos
cargados de lagrimones desde niño;
mira detrás de sí, pero también delante y de lado a lado.
Le sientan superiores los abrigos, los pantalones y los sombreros,
cada vez más grandes,
ya que su cuerpo mengua
y apenas le obedecen
los músculos rosados…,
mas se mantiene erguido,
bien alzada la frente,
alisados los pómulos
y la barba esparcida en la mamola.
Conoció a grandes hombres,
charló con ellos
y aprendió a escuchar.
Umbral, Gerardo y Dámaso
fueron algunos de sus maestros más conspicuos,
y luego él
fue también un gran maestro
pero solo de letras, las primeras letras:
las que enseñan a enderezar la adolescencia.
Buero Vallejo
le regaló un prólogo a sus farsas
y se lo leyó en su casa humilde de Hermanos Miralles
antes de imprimirlo en Espiral Fundamentos.
“Nada vale la pena”, piensa a veces,
y no obstante, sigue escribiendo y escribiendo.
En los bares de pueblo
ha consumido muchas horas
oyendo las leyendas de amor de los viejos
antes de que se eclipsaran
en la boca de lobo del alzheimer
con los dientes corroídos del color del azufre.
Sabe que no es Shakespeare ni Dante,
ni Calderón ni Lope,
ni Lorca ni Machado,
ni San Juan ni Teresa
y ni siquiera Campoamor;
tampoco Lawrence Durrell,
Baudelaire o Flaubert,
William Saroyan o Hemingway,
Pero qué lo vamos a hacer.
“Hojas de hierba” son sus hojas en todo caso
y se adapta a la vida más corriente:
baja la basura,
saluda a los amigos,
canta de cuando en cuando,
llora a mares…
es puntual y ordenado,
se atiene a lo que le echen por la espalda sin rechistar.
Un pájaro rojo
le revolotea en la cabeza,
un urogallo se le empina,
un unicornio sueña en él persiguiendo a Utopía
en las noches felices.
Dejó colgado un candil en el sobrao
que aún le alumbra
con el aceite de Baena
de su amada Ana.
Orilló en el trastero
sus máquinas de escribir
(unas veinte de distintas marcas),
sus álbumes de fotos
(otros veinte o aún más)
y toda la ferralla de la ferretería del corral de sus padres,
en el que el ocio entretenía en los veranos juguetones:
martillos, puntas,
tornillos, alicates,
sierras y palas y azadones,
azadas y azagayas…
con los que componía un carricoche
con ruedas de madera traverseras
que siempre tropezaban en el barro
y en cualesquiera piedras,
llevando solo heno.
También llevó al trastero de los útiles viejos
los lápices de Alpino,
las gomas de borrar Milán no sé qué numero
y los comics de fieras
que entre naranjas y castañas y peroperas de don guindo
le traía de Cuéllar
en el carro del burro Ocicomono,
totalmente obediente
y más manso que el Buche.
Aquí para el poeta,
aquí detiene sus recuerdos.
Aquí se planta.
La vida le llevó siempre adelante
por caminos inciertos y dudosos,
pero supo arriesgarse y triunfar.
Ahora goza —escribiendo todavía—
de una píngüe pensión,
con Dios mediante y el gobierno de turno.
Nadie le niegue un óbolo
para embarcar a la inmortalidad.
¿Digo su nombre?
Lo adivinásteis ya.
¡Qué poeta que fue,
qué poeta será!
a.sotopa@hotmail.com
918470225
lunes, 18 de febrero de 2019
Casa de Campo
¡Oh río
paseante!
¡Oh mañana
mansa!
Los árboles
alzando
al cielo
alto las ramas
y mis ojos
mirando
su belleza
callada.
En este
valle umbroso
levanté mi
casa,
la doté de balcones
y de
terrazas.
El aire se
detiene
en torno de
la valla
y mi alma
inconsútil
se sube a
las montañas
trepando
como un gamo
de cresta
coronada.
¡Oh
torrentes vibrantes!
¡Oh cumbres
solitarias!
¿En qué
estarán las piedras
pensando
ensimismadas?
Jamás me iré
de aquí
por donde
corre el agua,
orea el
jaramago,
vuela la
alondra y canta.
Jamás saldré
al tumulto
de la ciudad
blindada.
Jamás aspiraré
ni al oro ni
a la fama.
Estoy lleno
de libros
y estoy
lleno de gracia.
Ya lo he
ganado todo
y no he
perdido nada.
El viajero
que fui
lee, evoca,
descansa…
con las
puertas abiertas.
¡Mi casa,
ah, mi casa!
918470225
viernes, 15 de febrero de 2019
El constante movimiento
Movimiento
de tierras,
movimiento
de ríos,
movimiento
de mares…
Todos a sus
albedríos.
No se para
nada,
no se para
nadie,
no se para
el sol,
no se para
el aire.
Pero… ¿a
quién se lleva
tanto
movimiento?
A toda la gleba
y a cada
elemento.
Rueda el
rico, rueda el pobre,
vuela el
ave, nada el pez,
brinca el
gamo y anda el hombre,
se balancea
el bauprés.
Galileo bien
sabía
el constante
movimiento
de los
astros por su vía…
y el sentir
y el pensamiento.
Quietos,
quietos, mandó Dios
en su
inmensa potestad
a los padres
que creó
creando a la
humanidad.
Luego ellos
se esparcieron
más allá del
Paraíso
y estas
tretas nos hicieron
con sus
hijos divididos.
Movimiento,
párate.
Ya veremos
lo que haremos
tras el
traste primigién.
918470225
jueves, 14 de febrero de 2019
Madriz me mata
Por la
circulación
Medio
parada,
Madriz
está atorada,
Madriz me
mata.
Por sus
teatros verdes
Y sus
corralas
En las
que se habla y habla…
Madriz me
mata.
Por sus
museos
Y sus
cloacas
De negras
aguas…
Madriz me
mata.
Por su Puerta
de Alcalá
Y su
Puerta segoviana
De cara
al Guadarrana…
Madriz me
mata.
Por el
Parque de El Retiro
De los
Austrias
Con sus
flores y sus barcas…
Madriz me
mata.
Por sus
cronistas oficiales:
Larra,
Aguinaga,
Mesonero
et alias…
Madriz
me mata.
Por sus
altos palacios
Y sus
murallas
Ya
arruinadas…
Madriz me
mata.
¿Qué
habré de hacer
Entre
tanta nostalgia?
Decídmelo
hermanos y hermanas…
Pues que
Madriz me mata.
918470225
miércoles, 13 de febrero de 2019
Nombres en capilla por sus zancadillas
Oriol Junqueras,
Jordi Turull
y Joseph Rull
con otros troteras
como Santi Vila,
Carlos Mundó,
Raúl Romeva
y Joaquín Forn,
o Jordi Cuixart,
Carme Forcadell,
Maritxel Borrás,
Jordi Sánchez,
Dolors Bassa
y aun demás, demás…
son nombres en capilla
ante el Tribunal
Supremo español
que juzgándoles está
por malversación
y por rebelión
o por sedición…
que de las tres hay.
Sea el juicio justo
pide este plural
escritor en prosa
y en verso caudal.
a.sotopa@hotmail.com
918470225
Jordi Turull
y Joseph Rull
con otros troteras
como Santi Vila,
Carlos Mundó,
Raúl Romeva
y Joaquín Forn,
o Jordi Cuixart,
Carme Forcadell,
Maritxel Borrás,
Jordi Sánchez,
Dolors Bassa
y aun demás, demás…
son nombres en capilla
ante el Tribunal
Supremo español
que juzgándoles está
por malversación
y por rebelión
o por sedición…
que de las tres hay.
Sea el juicio justo
pide este plural
escritor en prosa
y en verso caudal.
a.sotopa@hotmail.com
918470225
martes, 12 de febrero de 2019
Pipa y sombrero
Dijo la pipa
al sombrero:
Apártate,
que presumo
Que vas a
taparme el humo
Si no te
apartas primero.
Dijo el
sombrero a la pipa:
Me aparto
porque te quiero.
Con sombrero
y sin sombrero
Nuestro
señorito flipa.
Y así fue que
el caballero
Muéstrase en
sombrero y pipa.
Ni se asuela
ni se gripa,
Sea Julio,
sea Enero.
918470225
lunes, 11 de febrero de 2019
El cocinero Tezanos
Ni Ferrán
Adriá fusión
ni
Master-chef TVE
es Félix
Tezanos, Che
de Sánchez
el del falcón.
Cocinero
monclovita
es lo que es
Félix Tezanos,
quien
revuelve con sus manos
el puchero y
la marmita.
¿Qué
marmita, qué puchero?
El de los
sondeos, tío.
Sintamos
escalofrío
con la
encuesta de este enero.
Marca que el
primero es
en el arco
de su lista
el partido
socialista
al que
otorga el palmarés.
Pone el
cuarto al popular,
lo cual es
una risión.
Que proyecte
esa visión
es miopía
ocular.
Las
elecciones de mayo
nos dirán
que se equivoca,
Pero… ¿quién
tapa la boca
918470225
viernes, 8 de febrero de 2019
Gibraltar, colonia inglesa
Veremos a
ver qué pasa
si Gibraltar
se traspasa
a España,
que siempre fue
hasta el
Tratado de Utrecht
la reinona
de esa plaza.
¿Colonia
inglesa? Pues claro,
dicta la
Unión Europea
a la que el
Brexit torea
y ni se entra
por el aro
ni se suma a
su tarea.
Nuestro
intacto es el Peñón
aunque la
pérfida Albión
nos lo fuera
a arrebatar
en guerra abierta
en el mar
contra el
imperio Borbón.
Que ahueque
el ala la arpía
y devuelva
lo robado
sin honor ni
gallardía…
al VI Felipe
honrado
de la
hodierna Monarquía.
Y aquí paz y
después gloria
porque está
en nuestra memoria,
memoria del
corazón.
Así se
escribe la historia
cuando se
tiene razón.
918470225
Suscribirse a:
Entradas (Atom)