viernes, 30 de octubre de 2015

Halloween a la española

Que le den calabazas a Halloween,
que le den un osario de muertos,
que le den desdentadas cabezas
sin pelo ni cerebro
y que no nos enseñen
lo que ver no queremos.
Aquí y a la española
manera,  el cementerio
es cosa muy sagrada
que merece un respeto
y rezamos a gusto
por los que se nos fueron
pues hasta hoy, que  sepamos, no han vuelto.
¿Calaveras? No más.
Seamos serios,
como los que descansan
a campo abierto.
(Ni de Cervantes
deseamos ver los huesos)
¿Entendido, señores?
Punto final. Y al cielo.

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jueves, 29 de octubre de 2015

Zancadilleo del ratón y el gato


Gato bien garduño es
el astuto Arturo Mas,
pero le sigue los pies
el ratón Rajoy: un as.
Un as de paciencia noble
buscando ocasión propicia,
un as que ante la avaricia
no hay quien le dome o le doble.
Adelante y hacia atrás
van del uno al otro en pos.
Ya han armado la de dios:
Zasca, zasca, zasca…¡Zas!
Panza abajo quedará
el gatazo jacobino
si el paciente galleguino
no yerra el golpe. Y ¡jajá!
España se encumbrará
como única nación
en la que al fin se impondrá
su justa Constitución.



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miércoles, 28 de octubre de 2015

Como el río en el que se van los peces

Riendo van por el río
Los peces acompasados
A su ritmo escamofrío.

Hermoso verlos mojados
Desafiando a la suerte
Entre cristales tallados.

No hallarán más contrafuerte
Que el mar en su nadería
Porque , ay, el mar es la muerte.

Ya Manrique lo decía,
El soldado fronterizo
Que de vida gala hacía.

Pero él mismo ¿qué se hizo?
Está en la literatura:
Pura sombra, puro hechizo.

¡Oh qué salada amargura
Morir pronto y desterrado,
La espada en la empuñadura!

Sumergido o enterrado
Seré pez de valentía
Y aquí quede lo contado.

¡Cuánto luchar a porfía
Frente al bien y contra el mal
Y encontrarse en la sombría
Fosa del alga en coral!
Descánsame, madre mía,
Sumergidora total.

a.sotopa@hotmail.com
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martes, 27 de octubre de 2015

Cuatro caballos (y un quinto) desbocados en la carrera de las elecciones

I
Dijo uno: “Os salvaré”.
Y se llamaba Rajoy.
Razón tuvo por entonces.
Razón tiene a día de hoy.
Mas mañana ¿qué será?
Ay, depende del convoy
que le siga manteniendo
porque ya no es un playboy.

II
Dijo otro, Pedro Sánchez,
una cosa cada día
y poco a poco caía
sin lograr un parvo ensanche
en su propia guardería.
“¿Habrá alguno, repetía,
que se sume y que me enganche?”
Y llegó Irene, la tía.

III
Dijo otro, el catalán
de nombre Alberto Rivera:
“Ciudadanos” es mi plan.
Todos conmigo a la vera,
que os traigo la primavera
por playmóvil y galán”.
Muchos dudándolo están.
¿Será su apostura huera?

IV
Y dijo el cuarto en discordia
y en disensión manifiesta:
“Aquí se acabó la fiesta
de unos pocos. Porca acordia.
No tendré misericordia
con quien se lleve la cesta
de los votos. No hay concordia”.

V
Y al final habló Garzón,
el garzón más distraído
aun en su propio partido:
“Hacedme un sitio, muchachos.
Todos aquí somos machos
y tenemos corazón.
No sé si me habéis oído”.
Y se fue sin ser sentido,
perdida toda ocasión.


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viernes, 23 de octubre de 2015

Cantata de San Frutos Pajarero

Los pajarracos
y los pajarricos
canten a San Frutos
do-re-mi-fa-sol,
y que el veinticinco
que de octubre son,
sopas de buen gusto
se tomen al son
en buena armonía
cara a cara al sol,
pasando la Hoja
del santo ermitaño español.
Pin, pan, pun; pom, pom.

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jueves, 22 de octubre de 2015

El libro de mi vida sois vosotros

El libro de mi vida sois vosotros:
En él me plasmé igual que una moneda.
Como ninguno mejor otro
en carne, sangre y alma os queda.

Leedlo con frecuencia ensimismada,
hijos y nietos míos,
todo a lo largo de los ríos
de la existencia fecundada.

Y hacedlo por amor,
esa Ave Fénix mensajera
que resucita en la alegría y el dolor
y vuela, vuela, vuela… por la global esfera.

Manteneos en vilo
por encima de vientos pasajeros
y no perdáis el hilo
del laberinto ante los unicornios traverseros.


“Esto hizo mi padre, esto quería
que hiciéramos nosotros…” repetiros,
y día a día
juntaros, ayudaros, requeriros.

Recordad con unción a aquel buen hombre
que cumplió su destino;
portad su nombre
como una estrella en el camino.

El paso de mis ojos por las hojas
del humor se mantuvo a duras penas,
pero nunca dejé que en horas flojas
nadie me distrajera en mis faenas.

-¿Qué faenas?, diréis preocupados.
-Las de escribir, pensar, soñar
y mejorar en todos mis estados,
y en ellos darme y dar.

Adelante, chavales,
con rectitud y con talante,
pues tanto vives, tanto vales
mientras existes, Dios mediante.


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miércoles, 21 de octubre de 2015

Las Cuatro Desgracias Electorales

Que gane Ciudadanos
o que gane Podemos;
que gane el tal PSánchez
o el Mariano pepero…,
en un mar de sargazos
presto nos sumiremos.
Porque si ganan unos,
otros darán el pego,
y pega que te pega
del fondo no emergemos.

Todos a por la pasta,
todos a por el queso
nacional, autonómico,
municipal y espeso.
Y nosotros, los pobres,
o sea, el pueblo-pueblo,
a vérselo tripar,
dados nuestros impuestos.
-Esto ¿cómo se llama?
-Pues se llama…camelos.

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lunes, 19 de octubre de 2015

Las lozanas socialistas

La lozana socialista
llámase Inés.
¡Qué lista!
¿Pero no era de UPyD?

Y con ella ya en la lista,
Pedro Sánchez suma tres,
tres señoras de revista:
Zaida, Inés y Meritxell.

Situadas en la pista
de elecciones en vaivén,
¡ay, que el partido resista,
ay, por Dios, que lo hagan bien!

Y la Susa andalucista
a quién da su apoyo Albert, 
esa chica  equilibrista
¿con quién va o de quién es?

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jueves, 15 de octubre de 2015

Romance crónico monorrimo del XLI Congreso Nacional de la RAECO

(celebrado en Jaén del 2 al 4 de octubre de 2015)


En Jaén donde resido, aunque solo unos momentos,
permitidme que os recite la Crónica del Congreso,
con la sal y la pimienta que a tal acontecimiento
le imprimen sus ilustrísimas señorías de RAECO,
en esta cena sabática precedida del concierto
con el que nos han tocado los NEGRESCOS ARTESCÉNICOS
la mente y el corazón. ¡Va por vosotros, Maestros!

Por el primer día entramos, por el primer día entremos
de este cónclave elocuente por Vicente Oya propuesto,
Vicente Oya, el gran Moisés sabio, entregado y egregio,
que mil pruebas nos ha dado en anteriores encuentros.

Acto inaugural: “Jaén, sinfonía en cuatro tiempos”.
¡Con qué elegancia describe el Cronista el Santo Reino!
Ni una palabra de más ni una música de menos.
Cada época resuena y nos vibra en el recuerdo:
“Faros, faros, faros, faros…  Antecedentes ibéricos,
Roma, Cartago, los árabes, el Santo Rostro medievo,
contrastes siglo tras siglo, tiempos malos, tiempos buenos…”
La Sala Mudéjar muestra un largo y estrecho pleno
que tapa los blancos muros desbordando los asientos.
El alcalde, el diputado y otros prebostes excelsos…
con un nudo en la garganta rompen el largo silencio
cuando Vicente termina su encumbrado parlamento.
Hasta el muy señor Obispo se ha quitado el solideo.

Don Antonio Luis Galiano responde al Oya poético
con un discurso afinado de ciudades y de pueblos
que han engrosado la lista de los cronistas realengos
y han puesto el mapa de España reescrito de pliego en pliego.
Después se acerca con placas  memorandas de desvelos
a los que de plata y nieve ostentan canos cabellos
y a los ya descapotados por encima del cerebro,
como al Ángel Escribano, ¡ay, ausente por enfermo!,
a Juan Infante “El Dornillo”, eximio valdepeñero.
a Martínez Aguilar, el cordobés carloteño,
a Manuel Rubio Capilla, en Belalcázar sirviendo,
y a Enrique Gómez Martínez, ¡ándale al andujareño!,
con más de 25 años de antigüedad en RAECO.

De los nuevos ¿qué diré? ¡Pues que son nuestro reflejo!
Y como estampa aquí evoco la del Aguinaga abuelo
abrazando al benjamín de Calpe y su madre al cuello.
¡Oh anécdota destacada! ¡Oh memorable memento!
Que Paco Sala y Resalt a la Web los suban prestos.
Y luego, medallas, fotos y más diplomas y premios
de enorme emotividad en los ojos y en el pecho.

Comienza la gran reata de los saludos y obsequios
a la digna autoridad que nos recibe a pie quedo.
Todos llevan en sus manos libros hermosos abiertos
y los ponen al alcance de los lectores jaeneros
para que aprendan su historia con hechos y dichos nuevos.

Se levanta la sesión y el público, jaranero,
se expande cuchicheando curiosidades sin cuento:
el Ángel que se cayó, con algún rompido miembro,
la pipa humeante y grácil del badajocense Alberto,
la silla de Paula Flórez a por Jesús tentetieso,
Gonzalo con su Ascensión la mesa nos bendiciendo,
María Esperanza Morón esta vez ya sin sombrero,
 Francisca Zafra a la mano de su amor Sánchez Molledo,
Ramón Estarlich Candel de familia presumiendo
con dos Marinas al lado: “Mirad qué gracias que tengo”…

Pasamos al patio adjunto. El cóctel se halla dispuesto.
Por encima de nosotros no más que el techo del cielo,
y a la diestra de la mesa, tomate en aceite, queso,
vino, cerveza, jamón  y tarta en el nonagésimo
cumpleaños del decano nacional y madrileño…
La noche cae y se viste como una dama de negro.
¡A dormir, que es la hora exacta en la que nos vence el sueño
pero dándole un respiro por las calles al ingenio:
este dice que se cansa, ese que está medio muerto,
aquel… ¡cuán dulce es la cama si hay himeneo y meneo!

El tres de octubre aparece con un sol farandulero.
Desayuno en la Entreplanta, y en la entrepierna ¿qué veo?:
café, cereales, jugos, frutas, churros, pastas…¡huevos!
Todo eso es lo que meten los colegas en el cuerpo.

A las nueve en punto y hora, sentados los reverendos,
Asamblea general con la Junta de Gobierno.
Se debaten y se aprueban  temas por demás internos:
qué, con, cómo, dónde y cuándo gratamente resolverlos
y el por qué y el para qué de los dichosos acuerdos.
Toma nota el Secretario, ¡qué Secretario tenemos!
Luis Lisón es pulcro, justo y pone en la voz un trémolo
que suspende al auditorio desde el uno al otro extremo
de la sala en que juzgamos  lo hecho con los dineros.
¡Cómo lee el condenado, claro, de prisa y corriendo!
El informe terminado, todos lo damos por bueno.

Presentación de Ponencias. Ya desfilan los primeros,
ni por más o menos listos, ni por orden alfabético,
sino tal cual les tocara en un alterno sorteo.
Los moderadores saben pararles con tiento a tiempo.

A las once las mujeres, por su propia cuenta y riesgo,
al Museo Provincial se escabullen sin remedio,
y en los Baños de los Árabes (revestidos de azulejos)
gozan de Alá y de sus obras con el ánima en suspenso.
¡Oh, mujeres cronisteras, lindeza, apaño y gracejo
de sus hombres estudiosos continuadamente inmersos
en las historias pasadas de amplio reconocimiento!
Ellas son, sin duda alguna, la estampa que más queremos,
un estímulo constante… y hasta nuestro propio espejo.
Ved sus nombres: Rosa y Ángeles, Eva, Gracia… ¿Sigo? Bueno.
Antonia, Aurora, Isabel, Celia, Juliana, Consuelo,
Marina, Teresa, Paula, Pepa, Dolores, Remedios,
Luisa, Vicenta, Milagros, Carmen y Ana Galisteo,
Pepa, Ascensión, Lidia, Amparo, Laudina, Nieves, Romero,
 Emilia, Paca, María… ¡Basta, basta, que os mareo!

A las dos y media exactas comenzamos el almuerzo
en el Hotel Condestable: amplio, alargado, soberbio…
Iranzo no merecía menor establecimiento.
¿El menú? Entremeses varios: sopa de chuparse el dedo,
botellas de agua y de vino, filetes de puro cerdo
y crema de chocolate suave, crujiente y ligero.

De allí a la Sala Mudéjar vuelven, vuelven los Maestros
a exponer sus enseñanzas al ritmo del minutero:
Domingo Murcia Rosales, Soledad Lago Romero,
Guerra Sancho, López Gómez y Galindo Albadalejo,
Alberto de Badajoz, Enrique Alcalá de Priego,
Rafael villacastino, Luis de Tomás, manisero,
el Galán de Peñalsordo con calle en su propio pueblo,
Antonio Linage Conde con ademán hondo y serio,
Miguel Forcada Serrano, Gabriel Pieras, incaislero,
Antonio Ortega Serrano, cordobista de Hornachuelos,
Clemente Plaza, Leal, Adela de Carboneros,
René Payo, Landelino, Carlos Alda, Santi Izquierdo,
Vidal, Melgares, Troyano,  Monteserín y Guillermo,
Paco Rivero Domínguez, Goyo Nevado Calero,
Francisco Paula Momblanch y José Antonio Mateos…
Y más nombres y más nombres, a los que nombrar no accedo.
Colegas de tomo y lomo, dénse, por favor, expuestos.

Y en estas estando todos colmados y satisfechos
en charlas supergraciosas por las terrazas al fresco,
etc, etc, etc… ¡llega la Cena-Concierto!:
“Tres morillas en Jaén” suenan  con aliento tierno,
Axa, Fátima y Marién ponen el adiós perfecto.

Mañana será un membrillo el domingo renaciendo,
así que a la catedral a ver a Dios entre incienso,
y después de la clausura del XLI Congreso,
hacia Úbeda y Baeza como culto esparcimiento.

¡Larga vida, trotaespañas! ¡Buena suerte, compañeros!
En el dos mil dieciséis a Burgos en tren directos.
Mío Cid salió de Burgos  y a Burgos Nos nos iremos
pluma en ristre por la gloria del Rey don Felipe VI.
“Que nadie falte a la cita”, grita Galiano riendo.
Y un aplauso fervoroso resuena en el Santo Reino.


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miércoles, 14 de octubre de 2015

Silva de varia lección

Para amigos, los enemigos que te cuentan lo que no quieres oír. Es un decir.
La boca gansa nunca descansa. Y suelta tonterías, como si fueran clerecías.
Para ella lo son, aunque sin ton ni son. ¿Y para tí? Pregúntamelo a mí. Te expondré mi razón con corazón.
Setas en octubre y la leche en la ubre… de las vacas, las conejas y los machos que las cubren.
-¿Dónde estás, amor mío?
-Aguardando el frío
del invierno sombrío.
-Yo te calentaré, si nuestra unión sigue siendo como fue.
-¿Qué más me pides?
-Que de lo escrito no te olvides.
-¿Lograré progresar?
-Todo es vivir y andar, andar, andar…sin preguntar.
Guardaré su lección.
-Gracias por tu atención.


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martes, 13 de octubre de 2015

Duda metódica

¡Ay, por Dios y por Rajoy
y por Sánchez y dos más!,
¿en el 20 de diciembre,
qué es lo que nos pasará?
A elecciones nos reclaman.
A votar, votar, votar.
¿Seguiremos como estamos
o habrá un cambio radical
con Podemos a la gresca
frente al guapo “Ciutadan”?
¿Pues quién sabe? Las encuestas
quieren nos equivocar
el volante voto útil
que del uno al otro va.
¿Y es que es alguno mejor
que el contrincante incapaz?
Todos son malos, sabemos,
y lo han demostrado ya.
Pueblo mío, sé sensato,
y aquí economía y paz.
A otro sueño no aspiramos
los de buena voluntad.
Punto en pluma, que no escribo
ninguna cosa demás.


a.sotopa@hotmail.com
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viernes, 9 de octubre de 2015

Canción desesperada

A la comba de Jalisco
-ahí viene, ahí va-
Cataluña se nos quiere,
¡oh, la, la, desconectar!

Por la CUP a troche y moche
de aquí huye  -ella allá-
a quedarse triste y sola
con el tuno de Artur Mas.

¿Qué tiene España, qué tiene
que otros no la pueden dar?
Cuatro puntos cardinales
de A Coruña a Gibraltar:

Norte, Sur, Este y Oeste
colmados de amor  y paz,
¡y la luna de Valencia
si la intentan reclamar!

a.sotopa@hotmail.com

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jueves, 8 de octubre de 2015

Un par de amor


Del galán Galiano Pérez
Con Dolores Garrigós
Yo no sabría decir
Quién es mejor de los dos.


Mano a mano en el Congreso
De Cronistas de Jaén
Por Úbeda y por Baeza
Demuestran un ten con ten.


Uno es la sabiduría
Y la otra es el amor.
¡Qué juntura más hermosa!
Que los bendiga el Señor.


miércoles, 7 de octubre de 2015

Joaquín Sabina, el hacedor de versos

(Ponencia presentada en el XLI Congreso de la Real Asociación de Cronistas Oficiales (RAECO), celebrado en Jaén del 2 al 4 de octubre de 2015)

“Poeta es un traje que me viene demasiado ancho”, declaró un día en plena gloria sobre los escenarios españoles e iberoamericanos el “hacedor de versos” Joaquín Sabina, cantautor ubetense universal. ¿Suponía esta confesión de parte modestia o presunción inmoderada? Quizás ambas a la vez, virtud y vicio. Vamos a diseccionarlos.
Aunque la Poesía resida habitualmente en el nido prefabricado de la versificación rítmica y sonante, lo cierto y verdadero es que también vuela de cuando en cuando en la prosa, que es otra cosa, al parecer de Machado el  Bueno.  Así que nos quedamos con el poeta fingidor y vamos a encuadrarlo como tal, aquí y ahora.
JUSTIFICACIÓN
¿Por qué escojo el análisis y estudio de la obra poética de un jienense ilustre y coetáneo como tema de mi ponencia en este XLI Congreso Nacional de la RAECO?
Primero, porque Joaquín Sabina lo vale como hacedor de versos  maravillosos que han traspasado los ojos, los oídos, la mente y el corazón de millones de personas del mundo mundial, dándole lustre y esplendor a la tierra de los olivares en que pasó su infancia y juventud. (Úbeda, Jaén, 1949).
Segundo y fundamental también, porque soy poeta y periodista como él, es decir, Cronista de la actualidad en prosa y en verso, tal y como lo fueron asimismo mis colegas antepasados en sus más doradas épocas. Con una salvedad importante: no estoy ni al pago ni al servicio de ningún Rey, Príncipe o Jerifalte de la Corte, donde la adulación contaminó –y sigue contaminando- la verdad. Tampoco me siento deudor agradecido de ningún estamento de gobierno del pueblo –Comunidad Autónoma, Diputación, Ayuntamiento…-, sino ciudadano común, ejecutante democrático de la libertad de expresión. Y lo que escribo, lo cuento precisamente para que los futuros Cronistas de la historia puedan retroalimentarse de lo que a continuación se expone.
¿Os he sorprendido ya, ilustrísimas señorías, con una propuesta inusual ante sus dignas reverencias? Pues déjenme seguir adelante, perfilando la figura musical y poética de esta gloria viva del antiguo Reino de Jaén que se llama Joaquín Sabina. Lo haré con sus luces y sus sombras, pintando un cuadro claroscuro.
SEMBLANZA DE UN LETRISTA CANTANTE
Su vida íntima, económica y social no me interesa nada; más bien me desagrada profundamente, por lo que no me detendré en ella: diversos y polémicos matrimonios, ¿dos mil? mujeres folladas, escarceos políticos excesivos -¿filoetarra?, ¿comunista?, ¿socialista?, ¿podemita?, ¿republicano?-, repetitivas caídas en la drogadicción, ateísmo militante… y otras múltiples desconsideraciones amañadas o simplemente propagandísticas. En fin y a la postre, una vida turbulenta, controvertida, disipada, mentirosa, de mala salud de hierro, siempre al filo de la desvergüenza, la insensatez, la paranoia, la irritabilidad, la desmesura, la locura.
Flirtea y se aparea el autor que ensayamos más con la izquierda ideológica que con la derecha firme y sustantiva, a la que apalea inmisericordemente en cualquier ocasión pública que se le presenta, lo que resulta cuanto menos chocante, dados sus antecedentes familiares: su papá fue comisario de policía con Franco y acabó llevando al hijo pródigo al juzgado por un acto terrorista.
Menos mal que el chico puso pies en polvorosa a tiempo, exiliándose  a Inglaterra con un DNI prestado por un amigo, un tal Mariano Zugasti, que le regaló esplendorosamente el suyo, y con tal nombre falso, y acompañado de la amante Lesley, recaló en Londres, donde vivió siete años como squatter, o sea, okupa. Allí contó con la amistad del embajador Morán, que le salvó de la quema y la indigencia. Empezó a componer, tocar y cantar por calles, metros y cafés, se lió con los emigrantes de las dictaduras latinoamericanas, se autopublicó un libro de memorias que vendió (o regaló) mano a mano, y salió a flote. Ya apuntaba maneras. Maneras de pícaro.
Enterrado el franquismo y nombrado ministro su amigo Morán, el gobierno le concedió el indulto y regresó a España, ya sin Lesley y sin la otra chica con la que se había emparejado a trancas y barrancas, al deshacerse de las dos.
Diseccionar las innumerables composturas del sujeto de marras, nos cuesta un huevo y la mitad del otro; nunca sabremos si atinamos o no a diseñar su enmarañado perfil, porque en su biografía, escrita por otros mandados y pagados  –negros apócrifos- se mezclan la realidad y la leyenda, una leyenda fantasiosa y distorsionada.
Cierto es que en su décimo cuarto cumpleaños su papá le regaló una guitarra en vez de un reloj y, sin embargo, son incontables las horas en que no paró de mamar de sus amigos, porque siempre se creyó el rey del mambo y por el rey del mambo le tomaban los que se le acercaban.
El tío Sabina ahora, hace poco, invita a cenar a Príncipes  (Felipe y Leticia) en su casa, y al tiempo, y con insistencia madrugadora, despotrica de la Monarquía. ¡Qué listo! ¿Cómo se come eso? Él lo sabrá, pero no lo explicará, bon vivant que es y ha sido, siempre al lado del mejor postor, según la conveniencia, pero lo que nunca podrá borrar u ocultar es su enseñanza y educación con las monjas carmelitas primero y con los frailes salesianos después, en el bachillerato jienense. Esas marcas dejan huellas imborrables, a favor o en contra. La contra es aquí más que palmaria. Con los Salesianos leyó a Fray Luis de León, Jorge Manrique, Quevedo, Lope, Neruda, Lorca, César Vallejo, José Hierro y Gil de Biedma. Y ahí se le paró el reloj, por lo que tan asiduamente los repite, imita y controversa.
UN HOMBRE MULTIUSOS
Sabina es clásico, pero rompedor; moderno pero antiguo, y es que en su arte literario confluyen a la vez Bob Dylan, The Rolling Stones, el Rock desgarrado del Sur de California  y los lamentos melífluos de los tangos, boleros y baladas de los compositores latinoamericanos, ensartados entre las rancheras y los ecos de Atahualpa Yupanqui, Violeta Parra, Chavela Vargas, María Dolores Pradera y la intemerata. Una mística, suflé o fusión verdaderamente prodigiosa por su fluidez, tanto en la ronca voz aguardentosa como en la facilidad para la composición estrófica.
Reconozco que es un hombre duro, cruel, pero también sensible o sensiblero, sin frenos ni censuras, ni propias ni ajenas. Él va a su bola y nos emboba con él.
Recuerdo que me asombró cuando todavía era un Don Nadie, acompañando a Javier Khrae o a Chicho Sánchez Ferlosio en las covachuelas bohemias del Café Libertad, 8, de Madrid. De ahí mis dependencias emocionales en medio de un público atónito y “colocado”, aunque yo no fuera de ellos ni de él.
¿Se acordará de la noche de aquel entonces mi amada profesora Consuelo,  cuando me lo hizo conocer una madrugada de huelga permanente de los Sindicatos contra Felipe González, el líder adorado por la izquierda de los movidos ochenta? Yo sí.
Hablaba poco antes del interés crematístico del músico por la realeza y los bien situados económicamente y ello me lleva ahora a sus flirs continuos con la oposición marxista, como cuando se aposentó, en unas sillas de mimbre, durante cinco horas de charla, con el tirano supremo de Cuba, su adorado y reverendo Fidel Castro.
Joaquín Sabina, encantador de serpientes, ha sido y sigue siendo opíparamente recibido por los políticos y mandatarios de los cuatro puntos cardinales del globo. 17 discos grabados en el estudio y cinco en directo, la venta de más de diez millones de ejemplares, discos de oro y platino, la publicación de nueve libros con letras y músicas, sus intervenciones con nombres de tronío –Ana Belén, Víctor Manuel, Serrat, Fito, Calamaro, Miguel Ríos…- le han hecho acreedor de ello y merecedor sumo. Además, su sección poético-satírica en INTERVIÚ le mantiene en órbita cenital. Yo creo que se le lee tanto como se visualiza el papel cuché de los desnudos femeninos de la revista… Pero a lo que vamos, a su aspecto músico y literario, que ha causado un determinante impacto en la sociedad contemporánea, sobre todo en el tratamiento del amor, el desamor, el odio, el erotismo, la sensualidad, la emotividad… y otras concomitancias afines.
BARROQUISMO LITERARIO
Joaquín Sabina es un barroco de la pluma. Todo en él es un incendio de la imagen, el acanto florido y flamígero, el capitel corintio y la cúpula renacentista. Imposible resumirle o concretarlo. Sarcasmo, ironía, mordacidad, acidez, tesis, antítesis y síntesis los encarcela en la misma estrofa, junta el léxico vulgar con el culto y está a la vez a pie de calle y sobre las nubes, volando, haciéndose y contradiciéndose entre equívocos, retruécanos, antonomasias y demasías. Sabiniano puro, o mejor, viciosamente mezclado e impuro. Gasta de Quevedo y de Lope, tira de Neruda y de César Vallejo, de Espronceda y de Bécquer, de Campoamor y Rosalía, de vates íntimos y de vates sociales,
Lo prominente son sus letras, doradas de raigambre. Las músicas que les pone no hacen más que subrayarlas aplicadamente; en esto es muy francés a lo Brel y Brassens o muy inglés a lo Dylan. Es más poeta que músico, insisto. Sólo recita, con aura carrasposa, ahumada en los pulmones. Las notas se las ha ido solicitando a sus colaboradores habituales de las dos décadas últimas. Se ha deshecho de ese cargo de conciencia, por mor de la literatura. Se ha leído todos los clásicos de oro y románticos, españoles y mundiales, y nos los devuelve deglutidos, regurgitados, en rimas y ritmos consonantes.
No nos importa que su vida no se acomode a sus divagaciones mentales. No le pedimos eso, aunque lo deseáramos. Él lleva la vida ética y moral por otra parte, es decir, por ninguna ejemplar, pues no se acompasa su comportamiento con sus letras. Pero así es él, libre de toda atadura e incisivo, repetitivo e insistente al no va más, ciego por la belleza y sonoridad de las palabras. Traigamos a colación un ejemplo con concordancias en el centro de los versos:
“A ti que te lo haces
de baile de disfraces cada día.
A ti que te lo montas
de niña tonta en medio de una orgía.
A ti que vas de prisa
por miedo a que la risa se marchite.
A ti que te diviertes
jugando con la muerte al escondite.
A ti que te has colado
en el coto privado de mi vida.
A ti que unida llevas
una jugosa breva dulcemente escondida.
A ti que aún no sabes
los besos que te caben en la boca.
A ti que has comprendido
que a veces el olvido se equivoca…”
UN TRAJE ANCHO
 “Poeta es un traje que me queda demasiado ancho”, declaró en alguna ocasión, y razón no le faltaba a su modestia. Pero entendámonos: Es un versificador, sí, pero ¡qué versificador! De la cruz a la raya, perfecto. Colocado como el torero ante el miura del idioma, lo templa, lo sujeta, se perfila y lo cita a embestir con elegancia de macho ordenador. Entonces ese tipo es un tipo genial, porque junta ideas y sentimientos, o sea, mente y corazón. Así que sí que es un poeta en traje de luces, con vocablos estallantes, cachondos, canallas y provocativos, trátese de tacos vulgares que recoge del pueblo en las conversaciones de los bares, trátese de adjetivos desusados muy bien engarzados en los sustantivos, trátese de que antepone o pospone a los verbos unos complementos inusuales y escandalizadores, que sumen en perplejidad a sus oyentes. Verlo aquí:
“Ojalá no te crezcan los enanos,
ojalá no te embistan las pateras,
ojalá no se coman los gusanos
el polen de esta nueva primavera.
Ojalá suevos, vándalos y alanos
no diseñen tricornios y fronteras,
guárdate de los guardias pretorianos,
el lameculos y el robacarteras.
¿Queda claro? ¿No les otorga profundos y diferentes sentidos a los verbos, los nombres y los adjetivos? ¿No restallan en la mente y despiertan en ella preocupación y emoción?
Si Dios es creador, el Supremo Hacedor, Sabina también lo es. Un Hacedor de versos, no de la nada, sino apropiándose de la obra de todos los engendradores geniales que en el mundo son y han sido, tanto en lo sublime como en lo vulgar.  Dice en “Esta boca es mía”:
“Contra el diluvio que viene,
cual avestruz,
me protejo hablando en plata
de hoja de lata
y con mi cuerpo de jota
salgo en pelota viva
en Interviú”.
Se ríe de sí mismo, es grosero, grotesco, llama la atención. Y es que se la suda todo lo que no resalte su ego patronímico como a un señorito malcriado: la iglesia, sus símbolos y sus liturgias; la realeza, con sus pompas y vanidades; la nobleza, con sus abusos tradicionales. Para él no existe más que un pueblo masivo humillado, sometido y supersticioso, al que debe alertar, encandilar y conducir hacia la sublevación de los prejuicios; se inviste de Moisés redentor y acepta la peregrinación al éxito y al triunfo: aquí me las den todas, pero yo sigo.
Canta “ex abundantia cordis” y manteniendo alta la cabeza. La gente es igual en cada lugar y yo el primero de ella: eso se cree él, orgulloso, invicto. Por eso le hace el juego a las masas, porque sabe lo que las masas le piden, como malabarista y alquímico que hace con ella lo que quiere, según el dictamen de su prologuista Ángel Antonio Herrera.
Con un estilo inconfundible, tan campechano como exquisito, Sabina ha diseñado su propio retrato de actor y creador revulsivo y se ha convertido en el Cronista de su tiempo, un cronista satírico y ácido, agrio de mala leche, cabroncete entero, juglar, trovador y goliardo en la misma pieza, en el mismo ”pieza” que es y como tal se toma. ¿Por qué? Porque domina los resortes del idioma, con todas sus figuras retóricas al uso –anáforas, hipérboles, metáforas, anfibologías,  epanadiplosis, oximorones, calambures. Es orfebre del endecasílabo sonetista y cantor de gestas cotidianas en la medida octosilábica del romancero. No, no es un diletante más, no es un payaso de circo, es un domador de elefantes y leones humanos, con el látigo de la lengua.
EL ARTE DE LA MENTIRA
“Sabina en carne viva” -publicada por Ediciones B, 2006- se intitula la biografía dictada al periodista Javier Menéndez Flores, escogido entre otros muchos que hubieran deseado recibir ese regalo. Ahí el protagonista se abre en canal, mientras trasiega wiskies escoceses a lo largo de varias noches que acaban de madrugada, volcado sobre la grabadora en un placiente sofá. ¿Cuánto de verdad y cuánto de mentira hay en las declaraciones cara a cara? El poeta no se aclara, no le apetece aclararse, y se tensa hasta el límite una conversación dialéctica, demagógica, entre toro y torero, entrevistado y entrevistador. Un auténtico juego literario  dramático a vida y muerte, que deleita al lector, pero subleva al crítico.
“La poesía es el arte de la mentira, la otra cara de la verdad”, expone ufano uno, y el otro le contrasta: “La verdad es la mayor mentira, sin mezcla de bien alguno”. ¿En dónde nos quedamos? En el sitio de nadie. Aturullados. Perplejos.
En baños de multitud hallamos el hábitat preferido del poeta cantor, pero tras esa inmersión en masas que le aclaman, se sumerge en un silencio profundo, durante horas y horas, días y días, encerrado a cal y canto en su piso de Tirso de Molina, de Madrid, o en una isla “desértica y volcánica” como El Hierro. Ahí obtiene la necesaria soledad para seguir creando poemacanciones, a mano armada de lirismo incontinente, ya que ha renunciado –dice como si fuera un monje laico- al disfrute de los teléfonos y demás artefactos modernísimos de comunicación. (Tampoco me lo creo, mentira sobre mentiras. Es un hombre superinformado: cuatro periódicos compra, está al tanto y al tiento del papel y los mandos digitales. Afirma que es un vago redomado; para mí que es “un vago muy trabajador”. De otra manera no se entiende su permanencia en el estrellato ni su red de contactos, siempre en caliente. Además, se halla arropado por una inmensa compañía de aduladores que dan rienda suelta a su voz, sus gestos, sus ocurrencias, sus vestimentas, sus apariciones y desapariciones, sus sarcasmos, sus ironías, sus mordacidades. Y él es un continuo espectáculo, cuando calla y cuando canta y cuando consume o no consume:
…”Y por esas ventas
del fino Laína,
pagando las cuentas
de gente sin alma
que pierde la calma
con la cocaína”
(19 días y 500 noches).
NI HAGIOGRAFÍA NI LIBELO
Lo que trato de conseguir no es ninguna hagiografía, como la perpetrada por JMF con enmielada pluma, por cierto, ni ningún panegírico o ditirambo; tampoco un libelo. Reconozco que el cantoescritor es un creador de fuste, al que se le desbocan las melodías y las letras de una sola vez, enteras, como un soplo de aire, en un suspiro, trátese de “medio boleros o medio corridos”, que son sus inspiraciones más frecuentes, cuando se halla en estado de gracia.
¿Cuánto trabajo anterior de acopio de datos y disponibilidad de la mente supone eso? Indecible, inconmensurable. El propio autor cuenta que siempre se acompaña de papel, pues es amanuense, y a salto de mata anota dichos, hechos, pensamientos, sugerencias, emociones…, que son como “gotas de tinta en el vientre de un blog”, tras las que aflora su inspiración de repente.
Yo creo que es mejor letrista que melodista, al contrario que su contrincante y amigo Luis Eduardo Aute, con el que en más de una ocasión compite, en casa de uno u otro, con la guitarra en brazos.
¿Y qué nace primero, el texto o la música? Depende. Una le lleva a la otra. Aunque en realidad le brotan juntas. Con una diferencia esencial, que explica así: “Hay letras sólo letras y hay letrascanciones. Cualquier letra no es cantable. ¿Qué componentes necesita una buena canción?: una buena letra, una buena música, un buen arreglo, una buena interpretación…y otra cosa que nadie sabe qué es y que es lo único que importa”.
Supuesta y aceptada su propia distinción, convengamos en que la obra literaria del ubetense apátrida –tal se considera a sí mismo- no es ni ha sido (analizada aparte) suficientemente valorizada por la plebe que le aclama ni por la crítica que le asesina y distorsiona. Porque, repito, es un hacedor de versos cojonudo, mal que sea persona non grata en su tierra y en otras demás. “Ternura y cinismo” los ensambla a medias, pero ello no obsta para reconocerle los dones de los que le proveyó la naturaleza y una atentísima lectura imitativa de los clásicos en varias lenguas, como ya apuntamos. ¡Chapeau, Sabina! Es, sin duda alguna, una “rara avis”, un género distinto e integral, gallo enhiesto entre los gallos suyos: Aute, Serrat, Víctor Manuel, Pancho Varona, Atahualpa Yupanqui, Pablo Milanés, Silvio Rodríguez, y las cluecas gallinas Ana Belén, Chavela Vargas, María Dolores Pradera y tantas tías-tatas más.
¿Qué es o fue golfo y crápula? Pase. ¿Que fue drogata (y ahora parece que no)? Allá él. ¿Qué se revolcó (o sólo charló y rió) con dos mil hetairas? Dios le conserve el gusto y no le deteriore más su cuerpo serrano montaraz.
AUTORRETRATO
 Su autorretrato del perfecto canalla le ha servido para montarse un automárketing, para saber venderse millonariamente, para vivir como un rajá-pachá, para rodearse de gente de cualquier clase y condición, para erigirse en un utópico irremediable y para quedar como un bufón tirado al fin en la carrera-carretera -¡oh, Keruac!- ante la mirada de los más conspicuos.
Estábamos en que Sabina nos ha contado en versos la vida “puta de cojones” de sus contemporáneos como un puntual radiografista de la sociedad capitalista, de  la que ha gozado y abusado, al tiempo que embobaba a la izquierda del comandante zapatista Marcos y al comandante cubano  Fidel.  
¿Contradictorio e incoherente, felón e inconsecuente, el gran poeta Sabina? Pues sí.  Sólo le salvan sus versos. Por eso cuando los recita, susurra y teatraliza,  sus fieles laicos le lanzan sombreros, pañuelos y bragas sucias, rosas o rojas.
Todo es mentira, pues, en el personaje que se ha prefabricado  con sus historias, que por otra parte son clásicas: planteamiento, nudo y desenlace. Literatura. Y ahí me quedo, aunque siendo como soy sincero, redondeo: Le sobran ripios, como a Gabriel y Galán, Ramón de Campoamor o Emilio Carrere, que son algunos de sus maestros. ¿Una cita constatadora? Vaya:
…”Porque sabía
que la verdad desnuda
guarda oculta detrás de la corteza
el hueso de cereza
de una duda”.
¿Qué tiene que ver la corteza con el hueso de cereza? Nada. Solo les aproxima la rima en eza, que halaga el oído “e rien de plus”. Ahí no le veo yo a Sabina subido en la cumbre del Parnaso.
¿Qué pasa, que le traiciona el subconsciente y se convierte en un periodista en verso?  Sí. Y eso no vale, eso es una avilantez literaria y periodística. ¿Cometida por qué? Porque Interviú le paga bien, ya que su solo nombre atrae compradores.
Cierto es que desde su juventud Sabina quiso ser escritor-periodista. Durante la mili tardía (28-30 años) en Palma de Mallorca colaboró en el diario “Última hora” para darse autobombo y progresar en la venta de canciones, pero existen unos límites éticos, y los sobrepasó y sobrepasa.
Joaquín Sabina pontifica: “Cojo el lenguaje de la calle para devolverlo literariamente dignificado”. ¡Qué bueno! Es lo que ha hecho y se ha adornado con fuentes clásicas. Pero, “fronterizo en todo”, no es carne ni pescado, subsume su creatividad en una atrabiliaria ambigüedad. Pues se lo toleran sus adictos, no me cabe más que respetarlos.
SABINA Y ÚBEDA
Me falta un colofón que debiera haber sido un prólogo, y es la relación de Sabina con el pueblo que le vio nacer y educar en sus primeros años con las carmelitas y los salesianos de Úbeda, ciudad artística y machadiana, a la que ha visitado poco y siempre de refilón, para que no le vieran sus congéneres. “No hubo mal rollo con Úbeda”, declara a su biógrafo míster Flowers. “No le tengo ni la más mínima animadversión”, insiste, pero los hechos desmienten sus afirmaciones.
Tiene gracia el tío del carajo. A su abuelo, carpintero, al que adoró, apenas si le vio. A su padre, seminarista exclaustrado por la guerra civil y luego comisario de policía franquista, no le respondió a las cartas desde su exilio en Londres y se mantuvo tieso frente a él después. A su madre, encampanada onubense de profesión sus labores, la coloca en la sombra más gris A su hermano, unas veces le aprecia y otras le difama. A sus amigos de la infancia los ignora. ¿Entonces? Sabina, siempre, ha incumplido todo lo que ha prometido en pactos con caballeros o…con señoritas. Son sus palabras, no son las mías. Ese es el hombre: toda una vida para sus letras y canciones. Punto. Con un calderón alargado y suspensivo, si así os place. Gracias.
ANEXO PRESCINDIBLE
Para que el lector asienta o disienta de mis consideraciones, añado una pequeña selección de poemas escritos y cantados por Joaquín Sabina:

Adiós, adiós
No soy un tipo complicado
De delicado paladar.
Cualquier mujer es mi mujer,
Cualquier cuarto de hotel mi hogar.
Puedo dormir en cualquier lado,
A veces solo, a veces no,
A veces pongo “reservado
El derecho de admisión”.
Y digo adiós, adiós, adiós.
Cuando unos labios amenazan
Con devorarme el corazón,
Enciendo la señal de alarma
Y escapo en otra dirección.
Pasé dos noches en Sodoma,
Viví en Gomorra de pensión.
Cuando escapé del paraíso
Satanás me recogió.
Si nos cruzamos por la vida
No me preguntes dónde voy.
Mira mis ojos y adivina
Lo que busco y lo que soy.
No importa que cierres la puerta
Me gusta entrar por el balcón.
Al día siguiente dejo el hueco
De mi huida en tu colchón.
Cierro la maleta y pido
Un taxi para la estación.
Y digo adiós, adiós, adiós.
La primera
De sobra sabes que eres la primera,
Que no miento si digo que daría
Por ti la vida entera,
Y, sin embargo, un rato, cada día,
Ya ves, te engañaría
Con cualquiera,
Te cambiaría por cualquiera.
Camas vacías
Ni tú bordas pañuelos ni yo rompo contratos,
Ni yo mato por celos ni tú mueres por mí,
Antes de que me quieras como se quiere a un gato
Me largo con cualquiera que se parezca a ti.
De par en par te abro las puertas que me cierras,
Me cuentan que el olvido no te sienta tan mal,
La paz que has elegido es peor que mi guerra,
Aquella cama nido parece un hospital.
¿Quién hará mi trabajo debajo de tu falda?,
La boca que era mía ¿de qué boca será?
El roto de tu ombligo ya no me da la espalda
Cuando pierdo contigo lo que gano al billar.
Aunque nunca me callo, guardo un par de secretos,
Lo digo de hombre a hombre, de mujer a mujer,
Ni me caso con nadie, ni guardo pa mis nietos,
Por no tener no tengo ni edad de merecer.
Como pago al contado nunca me faltan besos,
Siempre que me confieso me doy la absolución,
Ya no cierro los bares ni hago tantos excesos,
Cada vez son más tristes las canciones de amor.

918470225