jueves, 22 de marzo de 2012

A la vuelta de la América hispana


Vuelvo encantado y maravillado de un tour de diez días por tierras, ríos y mares de Uruguay y Brasil, donde me he encontrado con periodistas y escritores de Chile, Perú, Ecuador, Argentina, Paraguay y Costa Rica, empeñados en dar a conocer al mundo mundial sus paraísos turísticos. Lo merecen, sin duda, en conexión con Acapulco y otras playas del Caribe, tan visitados desde hace tiempo por su atractivo singular. Kilómetros y kilómetros de costas vírgenes les avalan ahora, igualan y superan en Cabo Polonio, Punta del Este, la ciudad de Torres, Piriápolis, La Paloma, etc, etc, nuevos a estrenar. Se vuelcan en ellos viajeros de Brasil, Canadá, Japón y Estados Unidos. Hay que ir a por ellos. Ir allá y verlos y gozarlos, en su inmensa extensión de arenas blancas, como conchas de ensueño, probando en el descanso sus carnes a la brasa en las diversas churrascarías, por muy módico precio.


Os juro que los latinoamericanos nos quieren, nos respetan, nos admiran y nos imitan en estos países hermanos criados a nuestros pechos coloniales y mestizos. Hablo en general, por supuesto, pero grandes potencias turísticas son hoy en día, y de las que mucho tenemos que aprender, porque nos dan vuelta y media en iniciativas y proyectos coyunturales, con una economía que crece por encima de la media europea y, por supuesto, de la española, a la que lamentan que no esté a la altura de sus deseos, por lo que a ellos mismos toca e interesa. Probad sus carnes de la Pampa, embarcaros en el río Mampituba hacia la isla de los lobos marinos y expansionaros por sus parques nacionales, los de Cabo Polonio, Aparados, Caracol, Gramado y Canela, entre otros, donde las araucarias exhiben su penacho masculino y femenino con una esbeltez inigualable y donde la comunidad alemana levanta sus casitas de encanto, que parecen de chocolate, y sus comercios y tiendas de pieles y recuerdos.


Yo ya os los he puesto a vuestro alcance a través de Iberia en vuelo a Montevideo, Porto Alegre o Sao Paulo, y luego en autobús de uno o dos pisos por la cornisa atlántica. Tomar nota. Allí nos vemos, si os parece. Que será para bien.


apuleyosotopajares@hotmail.com

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