martes, 27 de marzo de 2012

La camarera morena

Esta era la Paloma
que buscaba y encontré.
Me queda escaso parné.
Llega, ríe, me acojona,
un vaso de cristal toma,
whisky de oro vierte en él,
y a media luz en la noche
choca sobre el hielo el broche
lindo de su doncellez.
-¿Está satisfecho usted?
-Gracias, muchacha uruguaya.
¿Y luego de que me vaya
se acordará de quién fue
el caballero español
correspondiente a su amor
con quien brindó en el café?
Ni lo sabe ni lo sé.
La terraza junto al mar
en ondas se va a llevar
estas cosas del querer.


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