viernes, 16 de marzo de 2012

Iberoamérica nos está llamando


Iberoamérica nos está llamando. ¿Quién la oye? Iberoamérica se vuelca en y con España. ¿Quién la atiende? Su literatura, su cine, su música, su arte, su artesanía, sus frutos guayaberos y su comercio…traspasan las aguas y los cielos atlánticos para llegar a la patria y matria que la generó  y mestizó –Segovia en gran manera-, aunque ahora más que nada es hermana, hermana de leche, de la leche que le hemos dado, blanquinegra, claro, que nos prohijamos, pero aún no nos hemos quitado de encima la leyenda de Fray Bartolomé de las Casas y de la pérfida Albión, la que hundió en 1804 la nave tesorera “Mercedes”, por fin recuperadas sus monedas, alguna caerá en la CECA, si Arahuetes y Claudia de Santos porfían, con el Murray obsesivo e hispanista de pro. ¡Venga, adelante!


Ya están aquí sus hombres y mujeres sencillos y laboriosos. Vemos, oímos, bailamos, leemos y admiramos  su cultura en nuestra propia tierra, tan igual a ella. El 4 de marzo es su día celebratorio, el Día de Iberoamérica. Pues que por lo menos un día al año la tengamos en cuenta, por la cuenta que nos trae: cuenta de banco y cuenta de conciencia colonial. A saldar derechos y deberes, aunque sea con réditos adicionales por ambas partes. Que la vida es así: un toma y daca.


Yo me voy diez días allá, del nueve al diecinueve de marzo, a Uruguay y Brasil, por VISIÓN  y FEPET, precisamente para restablecer relaciones con sus organismos políticos, diplomáticos, sociales y turísticos. Estoy seguro de que no será en vano. Nos une todo, y la dualidad nos hace más grandes e influyentes, en el competitivo mundo en crisis. 


España es generosamente receptiva y acogedora como ninguna otra nación del orbe terráqueo. Lo vamos a seguir demostrando, sin hacer el indio criollo indignado ni el indiano huidizo supermillonario, que luego se asentaba en Galicia, Asturias, Cantabria, Andalucía, Extremadura o La Mancha. Los territorios sean de cada cual, que cada boca se coma su arroz, su pan, su maíz o mandioca, tal como le toca. O le tocó, porque la historia así fue y así es. Está plantada en el corazón de sus gentes, y no hay más que hablar.


Iberoamérica. ¡Qué palabra tan grande, sustanciosa y alargada, del Cono Norte al Cono Sur! Vivo por ti, señora. Y brindo por reencontrarnos.


apuleyosotopajares@hotmail.com

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