viernes, 26 de julio de 2019

Oda a la patata supervalorada

No soy Neruda, pero
quiero alzar a la patata
a su rango comercial
y si no meto la pata,
no me saldrá nada mal
el poema que a su estampa
le dedico con afán
de que le resulte en gracia
como ella lo es a la par.
Escasea y se hace cara,
va de lugar en lugar
y se detiene en España
costando cada vez más.
¡Oh patata redondeada,
nutricia, blanca y oval,
vuélvete a sernos barata,
te comeremos igual,
con gusto y a toneladas
en tortillas de oro y sal
o viudas y atomatadas
como se dan en el bar
al que van las muchachadas
del barrio Universidad
de Madrid, la toreada
y bailadora ciudad
que en el chotis se desbarra
para que en él quepan más:
todos los que a la patata
tengan por santa y señal
de su capeada capa
y de su españolidad.
Si un Neruda falso es trampa,
perdóneme el capitán
estos versos que a sus anchas
he intentado yo acoplar.
¡Ay, patatita, patata,
quién te lograra ilustrar
en un ramo de baratas
rimas de un torpe ajuntar!


918470225

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