martes, 20 de noviembre de 2018

Mi coche diésel

Mi coche, que tan yo es
que se parece a mí mismo
como el calzado a los pies
y como el clavo al martillo
¿habrá de dejar de ser
el compañero intimísimo
que me ha permitido  ver
tantos paisajes bravíos,
tantas tiendas de piel/piel,
tantos borrados caminos,
tantos sitios de comer,
tantos oasis sin ruido,
tantos palacios de miel,
tantos naranjos y olivos,
tantos teatros en pie,
tantos litorales híspidos,
tantas iglesias de fe?

¿Va a dejarme en el olvido
con lo que supuso y fue
para mi cuerpo extendido
con majestad y placer
y con los cinco sentidos
al mando de su correr
acelerado a lo vivo
hasta ya no más poder?

¿Va marcharse al precipicio
con tanto lo que he de ver,
con tanto lo que me quiso
y pudo satisfacer…
que éramos uno y el mismo
en la cumbre al renacer
y al yacer en el abismo?
Nunca lo podré entender.
Adiós, adiós, cochecito,
y que a mí me vaya bien.

91 8470225


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