lunes, 5 de noviembre de 2018

Crónica Cronistas Carmona

En este altivo Alcázar de la Reina y Rincón de las Descalzas
que coronan la Villa de Carmona,
me es grato, compañeros de fatigas,
deleitaros con versos boca a boca.
Va por todos vosotros, los cronistas
que día a día y hora a hora
os sumergís entre papeles
para escribir la verdadera Historia
de esta España doliente y preterida
que con rencor maltratan y deshonran
aquellos hijos malnacidos
que resaltan sus sombras.
Y es que Carmona es el ejemplo
de esto que digo, y se equivocan.
Los Cronistas de Indias,
como Alonso de Góngora,
que nació en esta tierra
de raíces tan hondas
como Roma, Fenicia
y la Cartago Nova…
redactó la Conquista de los Chiles
que aún nos asombra.
Vayan por él
Y por Paco de Gómara,
Fernández el de Oviedo,
el Fray José de Acosta,
el Cabeza de Vaca
de primorosa prosa,
el Inca Garcilaso
aún en boga,
el Herrera y Guevara,
plumas cautivadoras,
el Durán y el Sahagún
de sus mil y una cosas
sobre costumbres 
de la indígena pobla…
Vayan por todos ellos,
que buscaron y cantaron la concordia,
los puntos de mi pluma,
los labios de mi boca.
Que Fray Bartolomé
de las Casas otrora
les corrigiese o completase…,
su memoria no empolva,
ni la de… Bernal Díaz del Castillo
y sus inmortales mexicanas crónicas…

Volvamos ya al Congreso
de la RAECO aquí en Carmona.
A las siete de la tarde
de este octubre que nos dora…,
ciento y pico de Cronistas
toman nota,
se afanan en describir
la España rota
y saben más que nadie
de sus derrotas y sus glorias.
Primero es don Manuel
quien dice que “Carmona
es crisol de Culturas”
y en ella se ahonda;
después un homenaje
se tributa —son normas
de la Casa— a los socios
más veteranos de la Obra.
Culmina el viernes imponiendo
medallas a los nuevos de esta hora
y cenando en conjunto
y hablando a la redonda
con langostinos y tortillas,
vinos y cocacolas
repartidos por mesas
de cerveza espumosa…
A dormir, que mañana
hay trabajo de sobra
con comunicaciones
dispuestas a la crítica enjundiosa.

27 de octubre (sábado)
Hotel Alcázar de la Reina.
Tras dos convocatorias,
Asamblea General,
que es lo que más importa:
cómo nos van las cuentas, cómo
los cargos se  nombran,
cómo hombres y mujeres
se descolocan.
Unos a seguir ponencias,
 a verse la ciudad otras.
Allá van las damas gráciles
como dóciles cotorras
y aquí quedan los varones
hasta rellenar la andorga.
Almuerzo en Hotel Alcázar.
Todos juntos los señores y señoras.
Visita al Museo urbano
por la tarde ruiseñora;
más ponencias, más paseos,
más descansos, más modorras…
Cena, concierto, veladas,
luz de estrellas fulgidoras.
A dormir, que está la cama
rica, lisa y esponjosa.

(28 de octubre. Domingo)

Y el Domingo a Sevilla,
la del arte, el toreo y la copla,
la que pintó Murillo,
la que cantara Machado desde Soria,
la Gitanilla de Cervantes,
la de la Torre del Oro poderosa
que atraía la plata de las Indias
a sus iglesias tan barrocas…
Clausura, almuerzo libre
y a casa y a otras cosas.

Yo me acuerdo
de Fernando Villalón y de sus coplas:
“Diligencia de Carmona
la que por la vega pasa
—pasa ahora—
caminito de Sevilla
con siete mulas castañas” y aceitunas en la alforja…
Echad champán, congresistas,
que se acabó mi rapsodia.


91 8470225

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