miércoles, 21 de noviembre de 2018

A la sombra y alimento de las madres

Hoy han podado los arbolazos
que daban sombra por los veranos
a la casita de los ancianos
de Guadalix, mi Hogar amado.

Hoy sin las ramas que al sol dorado
le retenían los rectos rayos…
es el Hogar templo templario
de locutores viejos y sabios.

¡Cuántas mañanas de parvulario
adjunto en trinos de niño y pájaro
viví a su sombra! Adiós pasado,
y que hablen otros, que ya me callo.

¡Oh, juventud!, pasé de largo
mientras tú eras mi gozo claro
y ahora me veo como el muchacho
al que apuntaba vello en el labio,

vello en las piernas de los bombachos,
vello en las ingles, vello en los brazos,
vello en la espalda y en los muslazos
igual que juncos en los ribazos.

La vida es trauma, la vida es cambio
desque nacemos tibios, rosados…
y a leche blanca nos afanamos
siempre sedientos, siempre colgados.

¡Oh madres ubres, dadnos la mano
en el camino por el que vamos
a hacernos hombres amamantados
bajo ese pecho lácteo, sagrado…

que nos mantiene fuertes, juntados
de rama en rama del arbolado
del que surgimos y hoy es podado
solos dejándonos!


91 8470225


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