lunes, 16 de septiembre de 2019

Humor gráfico



Algunos lectores se lo toman a broma, que es lo que hay que hacer, pero el humor gráfico es de lo más serio y formal que yo he observado en la prensa diaria, semanal y mensual, a lo largo de mis cincuenta años periodísticos críticos. Concentra todo lo que uno aspira leer. Corto en palabras y amplio en dibujos o comics, resalta por su brevedad lingüística y su extensión gráfica.

Las opiniones sobre el humor, gráfico solo o verbal auditivo también, son muy dispares y radicales, desde las que le consideran una editorial comprimida que nos indica por dónde conducir la vida pública, hasta los que le detestan por su simplicidad resumidora y su afán expansivo de orientar el pensamiento de los que se detienen en ellos, como se detenían ante los monigotes de A. Mingote, el gran mentor de sus epígonos.

Soy un atento seguidor complaciente de estos artistas del humor, entre los que destaco en su exposición actual a A. Madrigal (tan nuestro) y a Caín, Puebla, El Roto, Peridis, JM Nieto y otros demás que me callo.

Siempre me sugieren algo más de lo que plasman con sus tintas y lápices de colores continuamente alucinantes, directos y reveladores.

Creo que el humor es el salvador de las tristezas de esta vida, tan periculosa frecuentemente y a cada momento, por más distinto que sea.

Es ciertamente, el humor una tabla de salvación espiritual, como la que le librara a Moisés de hundirse en el Nilo de los faraones de Egipto y acabara libertando y conduciendo a su pueblo sometido a la “Tierra de promisión” prometida por Yaveh, caminando a través del desierto, con un poco de providencial maná blanco matutino, hasta el momento de que avistara las murallas de Jerusalem su sucesor Josué, derribándolas a sones de trompeta antes de que se ocultara el sol, y tras ellas vendimiara las dulces uvas ubérrimas.

Reirse de uno mismo, tanto o más que de los demás, es lo que en verdad nos salva de caer en la tentación de la mediocridad y la maldad, pecado capital.

Vuelvo al principio, el humor gráfico, y finalizo con él: ¿Qué sería de nosotros si no existiera, si no se nos diera en papel un día sí otro también? Respóndame usted, lector de bien.

918470225


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