miércoles, 11 de septiembre de 2019

Detalles


Mi gato,
triste y pardo,
baja los párpados
cuando le abrazo,
le rasco la panza
y le relajo.
Mi gato Argos
enarca el lomo,
lo alza como
una montaña de aplomo
y yo me acomodo a su modo
de hacerse importante
con ese talante
de superioridad
que junta lealtad y libertad.

Gato raboatrás
¿te encuentras bien
en esta sociedad
que no sabe adónde va?
Pues yo también
porque conmigo estás.
Déjame leer,
escribir y pensar.
No te pido más.

La mañana se adelgaza
ante el ordenador,
clic, clic, clac, clac,
y ordénanse las letras
a gran velocidad:
Amor, calor,
silencio, suavidad…
Por hoy basta ya.
Argos se ha dormido.
Ambos en paz.


No hay comentarios:

Publicar un comentario