viernes, 6 de julio de 2018

De animales irracionales pero sabios por instinto

Cuando el gallo kikiriquea
es que algo ocurre en la aldea.
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Cuando el zorro huele la caza,
antes que nadie se desplaza.
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Cuando el topo cava su túnel o foso,
no le atrapan ni el hombre ni el oso.
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Cuando la mariposa vuela
no hay mano que le alcance a la locuela.
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Cuando la abeja dora el panal,
es que antes la Primavera le dispuso las flores del bien y del mal.
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Cuando el sapo se ensalma para abajo
es que ya la humedad es su más plácido refajo.
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Cuando el  grillo rasguea un rirrirrí
es que el tibio verano ya está aquí.
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Cuando la hormiga llena la barriga
es que se lo merece tras tan dura fatiga.
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Cuando la ardilla desgrana los piñones
debemos de admirar sus pulmones e impulsos superdentones.
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Cuando la gallina pone un huevo
es que ya ha preparado otro nuevo.
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Cuando el buitre vuela bajo
se supone que ha avistado carne abajo.
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Cuando la avispa pica
es que la has irritado y de aguijones te salpica.
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Cuando entona el colibrí su dulcísima canción,
es como si se convirtiera en una rosa pitiminí en acción.
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Cuando el pez traga el anzuelo
muere mientras yo le velo.
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Cuando el ruiseñor se encela,
canta y canta más que vuela.
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Cuando la ballena nada,
nada se opone a su oleada.
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Cuando nada el cocodrilo,
es el rey del río Nilo.
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Cuando se baña el castor
es que deja la ribera alrededor.
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Y cuando se sumerge el somorgujo,
ojo, ojo, que verlo es un lujo.
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Cuando, cuando, cuando…
Podéis, y debéis, seguir rimando.

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