jueves, 26 de julio de 2018

¡Ay, Grecia, madrecita mía (y de todos nosotros)!

Al noroeste de Atenas
—la ciudad del Partenón—
se ha desatado un incendio
que no lo para ni Dios,
aquel que en el Sinaí
al corruptor destruyó
por la sangre de Caín
que llevaba en su interior.
¿Y no  eran/son caínes
los de este enorme fogón?
Ya más de sesenta muertos
desprenden pufoso olor
y hasta a doscientos heridos
la calor les atizó
antes de tirarse al mar
como última salvación.
España va a por vosotros,
a rescataros, ¡qué honor!,
y yo remojo mi pluma
en amor y compasión.
¡Ay Grecia, la malherida,
la madrecita en pavor,
la más madre de las madres
de la total expresión
con Sócrates, Aristóteles
y el cabezón de Platón!
¿Cómo poder ayudarte,
tras recibir lo que vos
nos diste a todos nosotros
sin pedir compensación?
Ojalá se apiaden Júpiter,
Venus, Marte, Urano y Thor.
Haremos lo que podamos
bajo esos dioses al sol.
La tierra nos será leve
antes de decir adiós.
Tranquila, Grecia querida,
seremos tu salvación.


91 8470225

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