viernes, 13 de diciembre de 2019

Batiburrillo de inglés


Hoy los eruditos
le echan boca al inglés:
morning, please, tuit,
yesterday, yes,
brexit, or say,
family y omelette
y otras mil opciones
y otros suponer
de expresarse al son
que quieran querer.
Gustos y colores,
todos, todos, ¡éh!
Nadie les entiende.
¿Y qué? Al parecer
así se distinguen
de la plebe, pues
distinguirse intentan
yendo del revés
de la pobre gente
que multitud es.
Actuality, actuality,
sueltan por doquier
y siguen tan panchos
sumando memez.
En Corte y aldea,
lo que hay que oír y ver,
porque en vez de rojo
hablan y escriben “red”.
¡Ay, los eruditos!
Cadalso –ya lo sé-
se rió de ellos,
pero ahora ¿quién?
Solo este poeta
que con bola no da pie
ni do de pecho
ni tibia ni peroné.
A rebujo de la moda
digital y de papel,
acuchillan el idioma
español con el inglés.
Darling en vez de encanto;
lady, no señora, al bies,
children por niños,
precios por fetén.
¡Qué batiburrillo,
que ya no sé qué,
que me ayuden las Musas
Clío y Calí-ope.
No me despepito
más. ¿Para qué?
A Milton y a Donne
y a Shakespeare
en su lengua propia
los voy a leer.
Por mis barbas canas
que aprenderé inglés.
Este poemilla
prueba indicial es.
Cuando sepa más,
ya veréis, veréis
cómo me explayo
como Inditex.
Si algo reprochable
en mí encontréis,
decídmelo pronto,
no os lo calléis,
la boca de un asno
no es para un pastel.
Alípede soy,
por tal me tendréis;
debajo de mí,
la sempiterna grey.
Venga, listos tontos,
hablad en inglés,
que la pérfida Albión
dominante es
aunque se separe
de Europa en un mes,
según Boris Johnson,
ganador exprés
de las elecciones
que acabáis de ver
en televisión
una y otra vez.
Amén, así sea,
así sea, amén.
Que les vaya bonito,
que les vaya bien.
Aquí solo falta
darle fin, end, end,
al poemillita
que he rimado en E.

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