miércoles, 23 de mayo de 2018

Ventrílocuos

Son tantos, que están en todo
y en todos los estamentos,
de la prensa a la política,
de la justicia al comercio,
del teatro a la novela,
del campo al urbanamiento,
de las playas a los montes
y de la razón al cuento.
Me refiero a los ventrílocuos,
artistas titiriteros
que hablan por boca de ganso
sin mostrar su desacierto,
que hablan cerrando los labios
pero escupiendo y mordiendo
a este, al otro y a aquel
que no piensa como ellos.
La confusión es tan grande
y tan a tono  el remedo,
que se da por recibido
aun no siendo más que un eco
de aquel que les manipula
y nos manipula a cientos.
La confusión es la misma
en quien maneja los hechos
por boca de Puigdemont
o de su Quim Torra obrero,
de manera que asolados
y entristecidos nos vemos.
¿Dónde encontrar la verdad
de lo que está sucediendo
si los ventrílocuos son
mentirosos sin remedio?
Hay ventrílocuos del PSOE,
los hay de PP y Podemos,
y los hay de Ciudadanos,
todos iguales y al tiempo.
Triste remedo del jefe
son los ventrílocuos prestos
a repetir sus errores,
sus gracias o sus enredos.
Pero así estamos, señores,
al servicio de los memos
que en sus mímesis disfrazan
la realidad con el sueño
haciéndonos repetir,
hasta extremos extremeños,
las tonterías usadas
para gustos de entretiempos
en que privan las encuestas
y el voto se echa de menos.
Arrivederchi, ventrílocuos.
Para nada ya os queremos.
Vendéis viento que se pasa,
vendéis capricho y veneno,
vendéis polvo, patria y paja…
No tenemos que atenderos.
Se acabó nuestra paciencia.
Acallaros por lo menos.


91 8470225

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