lunes, 22 de enero de 2018

Homenaje a Rubén Darío en la embajada de Nicaragua




Me ha invitado el embajador de Nicaragua
a que recite “Azul”, del colosal Rubén,
y lo he hecho como sé,
impostando la voz
y sintiéndome embrujado por el trópico Caribe.
Lucía mi sombrero
como el del indio universal
que, paseando por Madrid,
escribía a las muchachas
versos de oro de amor,
y las nicas me escuchaban
con el corazón abierto
a la ensoñación estremecida
de su volcánico país.
Fue una noche ardentísima
aunque la nieve estaba afuera
mariposeando
sobre los tejados de la Villa y Corte.
Sonaron los aplausos,
se estremecieron las paredes
y un par de bailarinas
revolotearon en el escenario.
Un bosque de palabras armoniosas derramé.
Eran de él las palabras rimadas,
pero les añadí una glosa o letanía
de cosecha propia
y la lengua española diamantina
circunvaló los continentes.
Luego me quité el sombrero
y dejé que cayeran en su cuenco
las palmas todas
de los asistentes conmovidos.

91 8470225

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