jueves, 11 de enero de 2018

El féretro del Acueducto

¡Como para no creerlo!
Detrás del contenedor
de basuras y excrementos,
cartonajes y cristales…
allí se encontraba abierto
—pegadito al Acueducto
romano del Azoguejo—
un féretro destinado
a ser causa de recreo
entre la nieve caída
del infantil mes de enero,
pero con tan mala leche
que el espectáculo tétrico
no divirtió al personal
sino que lo puso fiero.
La Segovia zuloaguesca
se pronunciaba sin freno:
“¿qué pinta este trasto aquí?
¿se fue de parranda el muerto?
¿qué pretenden los bromistas?
¿dónde se encuentran los dueños…?”
y así otras mil expresiones
que referir no deseo.
Juego siniestro sin duda,
juego, simplemente juego,
ya que la vida y la muerte
se turnan cada momento
y no sabemos en dónde
ni cuándo feneceremos.
Tuvo que ser la “secreta”
la que descubrió el misterio
y pidió a los empleados
del bar Hook —bar nada estético—
que recogieran el trasto,
para ellos… puro atrezzo.
Y aquí se acaba la historia,
la vuelta al mundo de un féretro.

91 8470225

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