lunes, 9 de julio de 2012

La tierra y la literatura, para quien se las trabaja

Con sus árboles y sus pájaros
semejaba la Somosierra
una Reina de Corazones
para escribirle una novela.
 
Planté mi casa en el aquel bosque,
cavé un pozo, me hice una mesa,
labré un huerto de frutos frescos,
tracé surcos y alcé una cerca.
 
Nadie había por los contornos
que mis afanes distrajera
y desde el alba hasta la noche
curvé la espalda sobre ella.
 
Brotaron lirios como lanzas,
enrojecieron las frambuesas,
diome rosas terciopeladas,
diome pomas verdedoncellas.
 
Y en tanto iba, lado a lado,
de la escritura a la herramienta,
aquí una frase y allí un grano,
los dos ungidos por la tierra
 
con las mismas esperanzadas
y naturales evidencias:
así nació la vida en vilo,
así surgió la gran novela.
 
Hoy que la veo remozada
en su función multimaterna,
mezclo el cálamo con la azada:
sigo usando mano y cabeza.

a.sotopa@hotmail.com

1 comentario:

  1. Bonita entrada.
    Hermosa naturaleza que seguro va a juego con esa novela.

    Un saludo

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