jueves, 26 de julio de 2012

DE AQUELLOS TIEMPOS DE LA TRASHUMANCIA A ESTOS DEL PARO GALOPANTE

Mi buen amigo Alejandro,
moreno ejemplar de andro,
dice que le haga un poema
para quitarse la pena
de vivir sin trabajar.

Y entonces va y me recuerda
con la memoria muy cuerda
sus viajes de trashumancia
sin un día de vagancia
por la Sierra pastoral.

Querido guadalixeño,
aquí te dejo el diseño
de la vida que llevaste
sin parar, como contraste
de la que llevando estás.

Anímate y no me llores,
que gozas tiempos mejores
junto al quiosco del Pepe,
tú juega al mus y al julepe,
deja de mirar atrás.

Y Alejandro ve que hay vida
después de la consabida
nostalgia del mundo ido,
y da por bien lo perdido
por lo que logró encontrar.


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