jueves, 13 de junio de 2019

Versos revueltos para mis nietos

En la finca del abuelo
que ahora cuidan sus retoños
con Hugo como cabeza
de todo su desarrollo,
corren, brincan, se pasean,
se columpian, pisotean,
se persiguen y chotean
cinco nietos a su antojo,
de manera que la yerba
despunta muy poco a poco,
torcida por el ventalle
que a lo largo de un gran valle
baja desde Robregordo
con la Cebollera en torno.

Héctor se sube a los árboles,
Héctor pedalea loco,
Héctor dispara valines
de una pistola en muy corto,
Héctor, griego cual Patroclo,
casca nueces, coge piñas,
dobla alambres, parte troncos,
sube montes, baja arroyos,
corta juncos, pilla insectos,
pesca peces, doma potros,
caza ranas, suma cromos,
lee libros tomo y lomo.

Alba baila como Helena
la de Troya, bella, bella,
Alba barre, Alba se empeña
en la carretilla ciega.
Alba se pone una cinta
en su cintura de avispa,
Alba juega con la arena,
Alba se baña y se peina
y se pone una sombrilla
cuando camina a la orilla
de una senda polvorienta
que de barro gris la llena.

Mateo es un toro bravo,
corredor y campechano
que acomete con un palo
a sus listos primohermanos.
Mateo es metralla pura
que va con desenvoltura
por la vida, a la que apura
hasta la empuñadura.

Manuel, Manuelito Soto
es guapo como una moto
mas no se limpia los mocos
que le cuelgan a lo loco
sin parar mientras trabaja
con herramientas variadas:
sierras, escoplos, tenazas,
rastrillos, palas y azadas.

Y ahora me centro en Pablito
que es un bicho, bicho, bicho
que no se está quietecito
el dichoso nietecito,
hijo de Apu y de Raquel.
Mucho cuidado con él,
que es rubio como la miel
y rubio como el clavel.

¡Oh feliz ocho de junio,
que siempre os contemple juntos
como el perfecto trasunto
del más importante asuntos:
vivir, vivir y vivir,
dicho mejor, convivir
y aquí sí que pongo fin
al poemazo infantil.
No me dejéis nunca solo,
yo soy igual que Bartolo
en este y el otro polo
porque me sale del bolo,
y tilín, tilín, tilín.


918470225

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