miércoles, 26 de junio de 2019

Pequeños poemas a la manera lorquiana


I
Sauce:
Lloro como tú,
Jeremías lacrimoso
del país de Jesús.

II
Sobre el vaso del agua,
ramo de rosas rojas
cogidas al alba.

III
En mi despacho,
la navaja oxidada
de vuelta del campo.

IV
Los libros abiertos
son ojos mirando.
Son ojos de pena
los libros cerrados.

V
Pasmarote de Álamo
frente a la ventana
¿qué me estás diciendo?
-Nada, nada, nada.
-Anda, sube y calla.

VI
Pájaro elevado,
toma estas migas mías,
baja volando.

VII
Aires, vientos, brisas,
menos prisas.

VIII
Valle, huerta, llano,
río, arroyo, sierpe
siempre coleando.

IX
Sol, luna, cometa,
que nadie se entrometa
en vuestros vuelos veletas.

X
-Montes y collados
altos, altos, altos
¿hasta dónde, amigos?
-Hasta tus zapatos.

XI
Dedos y tijeras
¿os habéis casado?
La costurerita
os cede sus manos.

XII
El pájaro y la pájara
se van de paseo.
Que se van, que se van
y ya no los veo.

XIII
Todo el cielo para ellos
pero que vuelvan,
que mi alma está ansiosa
de su plumón de seda.

XIV
Dos patitas de alambre,
dos alitas de acero
y un pico de oro.
Así les quiero.

XV
Placidez:
estado de emoción
y lucidez.

XVI
Palomas, palomitas,
hincharos el buche.
No temáis, chicas.

XVII
Memoria de ruiseñor
de cuando era niño yo.
¿Adónde fue su canción?
Que vuelva, por favor,
que ya soy un señor.

XVIII
Veloces ciclistas,
paisajeristas
con pistas
delante y detrás…
¡a pe-da-le-ar!

XIX
Brazos largos de las grúas,
las casas están debajo
calladas como las tumbas,
pero se dejan hacer
hasta las tejas de lluvia.

XX
Una guitarra suena
delante de tu reja
más negra que morena.
Es la mía.
¡Ay, qué pena,
que sufro condena
porque te quería!


918470225

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