miércoles, 25 de febrero de 2015

Tienen más cuento que Calleja

Con los cuentos de Calleja
me formé
en la potsguerrera infancia
sin parné,
y ahora están vivos, tan vivos
como la cola de un pez.
Diez céntimos de peseta
nos costaban, solo diez,
a los niños y los padres
que intentábamos leer
en medio de una expansiva
y general estultez.
Su autor y su traductor,
el ilustre burgalés
que se impuso en las escuelas
en tomitos de papel,
continúa con nosotros,
pues se fue para volver,
y a la postre de cien años
de su muerte es un deber
repasar sus enseñanzas
de justicia y candidez.
¿Cómo que no hay moralejas?
Aprendámoslas , pardiez,
pues la historia se repite
una y otra y otra vez,
desde Siria al islamismo,
desde Hamas a Israel,
y hay que estar a la que  salte
para inyectar sensatez.
¿Siempre habrán el bien y el mal?
¿Por qué Caín contra Abel?
¡Ay, Alá, cuántos desmanes!
¡Ay, Señor,  cuántos porqués
y cuántas hebdomadarias
injurias por no sé qué!
¿Qué nos va ni a ti ni a mí,
ni a este, ni al otro ni aquel?
Don Saturnino Calleja
así nos lo hizo ver.
Paciencia, y a barajar
con la miel sobre la hiel.

a.sotopa@hotmail.com


91 847 02 25


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