martes, 3 de febrero de 2015

En claro castellano

Ante un montón de superperiodistas y supernovelistas gráficamente metafóricos, o sea, arborescentes góticos floridos en términos de lengua, que se van por las ramas, las nubes o los cerros de Úbeda en la prensa diaria cuando  comentan  un hecho o decisión política –y no hablemos solo de pablemos, monederos o errejones…-  no tengo más remedio que refutarlos y exponer a la pata la llana y popular, como Cervantes, todo lo poco que me gustan y lo mucho que me disgustan.

Y es que parece que se expresan en bable, gallego, euskera, catalán, panocho o castúo, y he de hacerles de traductor para el pueblo llano que hojea los periódicos en los bares de la calle. ¿Se enterarán de una vez de lo que pasa, de lo que se habla en ella? ¿La pisan, acaso? ¿La hacen caso? A la calle me refiero porque no creo que esté tan alborotada como presumen y quieren hacernos pensar. Y eso, aunque una multitud diversa y despendolada se plante en sábado en la Puerta del Sol de Madrid, capital eufórica de las Españas encontradas pero divididas. ¡Ay, ¿cuándo saldrá el sol de la verdad unívoca? Ya no hay verdad, hay verdades. O suposiciones. Todos, o casi todos, a la deriva de lo que nos cuenten, les asista razón o no.


Cada uno va a su avío, y estos también, los periodistas digo, pero enmarañan tanto el estilo que resulta confusa e ineficaz su tarea. Hoy afirman lo que mañana desconfirman, se estrellan contra sí mismos uno y otro día, y no piden ni siquiera perdón al lector bienintencionado: “disculpen, me equivoqué ayer, lo siento…” Es tan fácil decirlo… Pues no. Siguen erre que erre, repitiendo errores o consideraciones equivocadas de bulto.


¿Alguien entenderá, en su resplandeciente cerebro gris, tanta filosofía y filología baratas e in-trascendentes como usan en sus columnas estilitas y en sus editoriales doctorales? Que es que pontifican ex cátedra, sin haber aprendido nada del argentino Bergoglio, al que lo más complejo y complicado de la iglesia mundial se le entiende cuando y como lo explica. (Como a mí, espero).


Ojo al dato: Se han callado estos redichos periodistas en dos semanas como muertos por los muertos del semanario  Charli, que ya no se sabe si sale o no sale. Ahora se ocupan y preocupan de la satirizada y syrizada Grecia por si paga o no paga la deuda que contrajo en contrato a cumplir con lo debido a todos sus otros europeos miembros: España y veintitantos más. Bueno, bien, pero que lo clarifiquen.


Resumo, comprendo, compendio, pues soy de la escuela de la Gomendio y del inefable Wert, aún no destituido por su falta de educación: Que menos estrategias, menos estratagemas disuasorias, menos sememas, semantemas y pamemas y polisemas confusos y difusos…y más al grano capital, en un lenguaje en el que todos nos entendamos y podamos concertar soluciones generales. Yo en ello estoy. ¿Y vosotros?

a.sotopa@hotmail.com

91 847 02 25

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