miércoles, 4 de febrero de 2015

La infancia transparentada en la caída de la nieve


El cielo se ha caído
sobre la tierra.
Blanco espectáculo
de nieve fresca
cubriendo las montañas
que verdes eran.
Los niños sin colegio
torontontean
deslizándose en plásticos
de Carrefour e Ikea,
rápidos artilugios
de la moda pasiega.
Que les vaya bonito
corriendo a su manera.
¿Hasta dónde, hasta cuándo?
Yo no tengo ni idea.
¡Quién tuviera sus cuerpos,
quién al cielo subiera
para tocar las alas
de los ángeles hembra!
¿O es que son masculinos?
Bizantina elocuencia.
Dejadme a mí, por Dios,
gozar de la destreza
con la que se sumergen
bajo la nieve. Ea.
Vuelvo a ser como ellos,
como en la edad que fuera
su imagen transparente,
oh, ay, la transparencia,
esa cosa inconsútil
que apenas se demuestra.
Mostraros como sois,
que es que me dais vergüenza.
El cielo se ha caído
¿y dónde está, Señor, que no se encuentra?
Niños a mí,
es decir, inocencia.
Inocencia, señores,
que os pasáis de la cuenta
haciendo malabares
de pura inconsecuencia.
Bien lo señalo aquí,
bien apuntado queda;
que por los siglos de los siglos
sea y más sea, sea.

a.sotopa@hotmail.com

91 847 02 25

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