martes, 29 de abril de 2014

A la mujer desde el fallido paraíso terrenal

Curiosa, vergonzosa, temerosa y envidiosa es la mujer

como más o no más se pueda ser.

Ya allá en el Paraíso

hizo de Adán lo que mal quiso:

la manzana morder

a instancias de Luzbel,

el ángel sublevado y encarnado

y a fuego condenado,

en serpiente de bífida lengua larga y cambiadiza piel.

Fue entonces Dios quien dijo,

el Dios amenazante de Israel

resplandeciente y fijo,

“parirás don dolor, Eva eternel”.

Hasta hoy que la ciencia

médica con paciencia,

tacto y prudencia

le abrevió de la culpa que le impuso Él,

nuestro siempre adorado, crucificado Enmanuel.

Culpa tendrá también el pobre Dios en el fracaso del Edén).

(Nota al pie:

ahora van y me cascan las feministas de FEMEN)

a.sotopa@hotmail.com
91 847 02 25

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