martes, 26 de junio de 2018

Coplejas machadianas

Leyendo a Antonio Machado
se ve a España en carne viva.
Ya me lo he deletreado
y la noto aún herida.
Es un ave y una rosa,
es un vuelo y es un puño,
una grácil mariposa,
una pena y un orgullo.

       &&&&&&&

Los doctos heterónimos
De Don Antonio
me los apropio.
Lucen en mí:
Juan de Mairena
y Abel Martín.

         &&&&&&

Ojalá fuera viajero
con don Antonio Machado
por las orillas del Duero…
¡Pero es que estoy tan cansado!
Ojalá subiera a Urbión
por su mano conducido,
auscultando el corazón
del paisaje sin un ruido.
Y ojalá que lo que escribo
sea en el tiempo…, esencial;
al menos este en que vivo,
prosaico y superficial.

          &&&&&&

¡Qué fugaz suena
el agua heraclitana
que en la copla machadiana
canta su canción serena!
Irme con ella quisiera,
pero quedo en la ribera
por si vuelve y mana y mana,
que no es un agua cualquiera.

           &&&&&&

Por el Eresma,
junto al Paular,
se le veía andar
con un libro en las manos
llenándole de paz.
Sus tardes de versos
¿regresarán?

            &&&&&&

Era aquel que decía:
Tengo tanta soledad
que solo me faltas tú,
Guiomar, mi otra mitad.

           &&&&&&

Sí, se le vio caminar,
pero también en la arena
dorada y morena,
mirando al mar:
Al mar del morir,
al que se van los ríos
frescos en sus desvaríos
sin porvenir.

          &&&&&&

Escribió Él: “Todo necio
confunde valor y precio”.
Y anoto yo: “Todo listo
se enfrenta ante lo imprevisto”.
Saber o no saber
es cuestión de ser,
no de tener.

          &&&&&&

¡Sentir que te estás muriendo
y no poder hacer nada
por los que dejas sufriendo!
¡Oh dolorido sentir,
quién te pudiera arrancar
poquito antes de morir!

              &&&&&&

Después de soñar, vivir;
después de vivir, morir,
y después de todo, nada
que más nos pueda ocurrir.   
      

91 8470225

No hay comentarios:

Publicar un comentario