Locos de atar

Ellos se las dan de cuerdos
pero son locos de atar,
y vayan unos ejemplos
no muy dignos de imitar:
Ada Colau, la alcaldesa
barcelonesa fatal;
Iglesias, Romeva, Kichi,
Rita, Otegui…, un centenar.
Cuidadito con las bromas.
No son bromistas. Son tal
y como se les presenta
desde Venezuela a Irán,
adheridos a una causa
mortal de necesidad.
Perdonables son si intentan
su curso rectificar,
pero hasta el día de hoy
son duros cual pedernal,
difíciles de entender
y en posición radical.
No los hemos visto aún
su impostura condenar.
El que advierte se divierte
y también lo pasa mal,
puesto que lo que le gusta
es que el mundo se halle en paz:
Todos concordes, por Dios.
Y en su sitio cada cual.

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