viernes, 4 de marzo de 2016

El beso (Mestizaje poético mal versado)

Estamos de buena suerte
los poetas-periodistas del país
porque se han besao, ¡qué fuerte!,
dos politiquillos (sic)
en el centro del Congreso,
que no se halla para eso
mareando la perdiz.

Mostraron su apparatchik
labio a labio y labia a labia,
cual si estuvieran en Babia,
cual no se viera en Madrid…,
desde los tiempos que el beso
sabía a pan, vino y queso
y en público hacía reir,
fuera en la calle Alcalá
con la falda “arremangá”,
o en el Muro de Berlín,
con Honecket y Bresnez,
los dos ambos a la vez,
toma ya,
besándose al fin del fin
del comunismo sectario,
matón, faltón y gregario
de Stalin y de Lenín.

El beso, el beso…
yo no lo doy a cualquiera,
antes le llevo a la era
y allí, gustado, lo apreso,
no diré de qué manera.

La española cuando besa
es que besa de verdad,
pero estos españolistos,
de sensatez desprovistos,
se han quedado a la mitad,
dado que su exposición,
más que mente y corazón
fue teatro y nada más.

Anda y que les den, les den
por delante y  por detrás,
condición sine qua nom
hará verde  su ansiedad.
El Iglesias y el Doménech
son dos párvulos muy “memes”
con sus “picos” porque sí.
¡Ay, Dios, y cuánta nariz
mentirosa han alargado
con morreo prolongado
al modo de Claus el Vil!

Por el Gulag despiadado,
no pido esto para mí,
ni lo pido para ti,
desmemoriado.
A lo pasado, pasado.
Y que haya un final feliz.

a.sotopa@hotmail.com
918470225

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