lunes, 22 de febrero de 2016

Tango de Rita Maestre en la capilla universitaria

En el campus complutense
del Madrid correveidor,
yo me enseño con dos flores
de libertad y pasión
y muestro 21 abriles
ante el sagrario de Dios
que guarda su cuerpo santo
para el fiel comulgador.
Aquí, para fieles, ellos.
Aquí, para chula, yo.
Aquí, para enaltecer
la femenina cuestión. 

Misa de once mañanera,
ya esplende el altar mayor,
ya unas cuantas compañeras
nos damos una excursión
por la sagrada capilla
con solo sujetador
y con la espalda pintada
hasta el pompis. ¡Mírennos!
Somos jóvenas brillantes.
Adios, por fin, al pudor.
Caminamos todas juntas
en brutal exhibición. 

¡Qué excitante que es la escena!
¡Qué bonito es el amor!
El amor es la estampida
del sangrante corazón.
Ellas se abrazan y besan,
pues son féminas de pro,
y yo soy la Sherezade
de este cuento de terror
ante un cura proamigo
que con gran indignación
se niega a abrirnos la puerta
de la Casa del Señor. 

De este auto sacramental
ahora me arrepiento yo.
El obispo de Madrid
me otorgó su absolución,
pero las juezas no sé
lo que dirán. ¡Qué pavor
posar ante Sus Mercedes,
puesto que cordera soy!
¡Viva la Iglesia moderna!
¡Viva la revolución!
¡Frente a los carcas antiguos,
las politólogas de hoy! 

Magdalena me confieso.
No lo hice bien, no, por Dios.
Una cosa es el pecado
y otra el delito. Perdón
por el uno y por el otro
si a alguien ofendí en su honor.
No más lo volveré a hacer.
Vivamos en comunión
como tortolitos cándidos
de un irrepetible error,
a pesar de Pablo Iglesias
y su ayudante Errejón.

Córranme, córranme, córranme.
Frágil dis-putada soy.

(Ponedle a este texto música de Edgardo Donato en “A media luz”. O de Carlos Gardel, Armando Balioti, Desiderio Barbieri, Santos Discépolo y cualquier otro latino en-cantador)

a.sotopa@hotmail.com
918470225

No hay comentarios:

Publicar un comentario