-¿Qué te encuentras donde vayas?
-Playas
-Y allí ¿qué engulles? Capisco.
-Marisco.
-¿Envuelto en qué excusa fría?
-Sangría.
Tal es el ansia a porfía
de descansar y gozar,
que sólo la han de colmar
playas, marisco y sangría.
Señores, ¡quién lo diría!
El cielo se baja al suelo
y, cabe la marería
que entibia la solería,
ya no cabe más anhelo
que el de degustar a pelo:
playas, marisco y sangría.
(¿No es esto una tontería?)
a.sotopa@hotmail.com
918470225
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