jueves, 14 de mayo de 2015

Cuestionario vital IV

-Ya me contó al por menor
cuestiones de picaflor.
-Y continuaré contando
si me sigue preguntando.
-Dígame, Apuleyo mío,
¿es que su vida es un río?
-Como la suya, señor.
Cada día es corredor.
-¿Hacia qué, como final?
¿Hay otro mundo, inmortal?
-Para mí, creo que sí.
De ahí que tanto escribí.
-¿Es que perdura el autor
tras un presunto editor?
-Ya lo ve usted con Cervantes
y con otros, después y antes.
-Me place su afirmación.
¿Pasamos a otra cuestión?
-Pasemos. Mi vida es larga
y asume toda su carga.
-¿Fue maestro en Guarazoca,
pueblo herreño sobre roca?
-Pedí la excedencia al día
de llegar a la Alcaldía.
-¿Y se la dieron o no?
¿Se marchó o se quedó?
-Volví a un colegio privado,
para mí de más agrado.
-¿Se arrepintió con los años?
¿Corrigió los propios daños?
-¡Qué remedio! El Ministerio
es más seguro y más serio.
-Y el destino fue Braojos.
¿Se cumplieron sus antojos?
-Nadie quería ir allí,
por pueblo pitiminí.
-Y entonces, usted optó,
y tres cursos se quedó.
-Felicísimos los tres,
con el campo de través.
-¿Y Buitrago y Guadalix
se pasaron en un tris?
-Y al final me jubilé
como un Príncipe. ¡Jé, jé!
-Le noto, señor, contento.
¿Aún no ha perdido ese aliento?
-Mi destino es cabalgar
como el del Cid…hasta el mar.
-Entretanto ¿qué más hizo?
Es que oyéndole me hechizo.
-Fui portavoz de la UAM,
pero por ganarme el pan.
-Y librero y periodista
con currículo a la vista.
-Dice usted bien, mas no añade
nada a lo que el mundo sabe.
-Ahora no es más que escritor.
¿Merece ese digno honor?
-Por merecerlo me fajo
día a día en el trabajo.
-Y viaja por cualquier parte.
¿Qué más ama, el vino o el arte?
-A los dos me entrego  a solas,
y al sol y al viento y las olas.
-Que le vaya muy bonito.
Aquí concluyo lo escrito.

a.sotopa@hotmail.com
91 847 02 25

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