jueves, 11 de septiembre de 2014

Volvió "Isabel"

Volvió “Isabel” a la pantalla televisiva de la Primera cadena, y nos  proporcionó tanto placer histórico y artístico como en las dos emisiones anteriores. Superbién por la Reyna y por el Rey, y por el cuadro de secundarios en la punta de lanza del lanzamiento, en la que no faltó Colón, el genovés “españolizado”.

Cuando las narraciones telefílmicas se plasman con tal verdad, belleza y sentimiento mayoritarios, el público se sienta cómodamente a verlas, seguirlas e implicarse en ellas. Aunque sean un sueño ideal. La vida es sueño. Porque de sueños nos alimentamos y vivimos. El alma no es otra cosa que lo que imagina el cuerpo, tan sutil y transparente cuando se usa el cerebro. Inteligencia, dame el nombre de lo que ignoro. Soy (somos) unos Adanes desnudos y unas Eva curiosas. Todos, todas.


La moviola nos retrotrajo a los inicios del imperio español como un río que retornara a sus comienzos, un río grandioso y solemne que quiso comerse el mundo desconocido. Y se lo comió, frente a los presagios en contra del “Mar Tenebroso” que tantas esperanzas ilusas se tragó. Lo nuestro fue aventurero y continuará siéndolo.


Este capítulo inicial nos llevó a sus Católicas Majestades muy lejos del Alcázar segoviano, nada menos que hasta Barcelona, “ejemplo de cortesía” y otras medias supercherías, ay, pero su oportunidad ante la Diada separatista no pudo ser más ejemplar, o sea, como una novela de Cervantes, el español quijotesco por antonomasia. Aunque digan que también era suyo, los catalanes. Pues claro, como nuestros son ellos. En ese contexto intrahistórico/literario  lo quise “leer” yo. Y lo seguiré leyendo, por encima de las urnas antidemocráticas. A ver qué pasa, que no va a pasar nada (malo), porque ya nos sabemos el cuento.


91 847 02 25

a.sotopa@hotmail.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario