No tiene prisa nunca.
Por eso llega siempre
a tiempo de enmendar
el paso incontinente.
No tiene prisa nunca,
y es lo mejor que tiene
porque no se equivoca
yendo adonde y solo le conviene.
No tiene prisa nunca,
la prisa es la corriente,
lo que queda es sustancia
para volver a ser lo que se fue de siempre.
No te pases, Ana,
le digo; para mientes,
y ella a ello se agarra,
sabe atenerse.
Moraleja final:
para seguir habrá que mantenerse entente.
Tfno: 91 847 02 25
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