viernes, 28 de septiembre de 2012

OLOR A TIERRA MOJADA

Árido y duro es este país que habitamos cincuenta millones de habitantes, pero también es dulce y suave en sus ríos rumorosos, en sus mesetas paniegas y girasoladas, en sus recogidos valles umbríos, en sus majestuosas montañas.

Ahora, con el otoño lluvioso y ventolero, huele a tierra mojada, y eso es una bendición de lo alto que no acabaremos nunca de agradecer.

Que siga el descargo a conciencia de las nubes, que nos va a venir muy bien para templar los ánimos y rellenar los embalses.

Pemán describió en un tierno poema el olor de esa tierra palpitante como una intimidad del hombre con la naturaleza. Lo recuerdo con frecuencia y vuelvo a las raíces. En ellas apuntan todos los seres vegetales y animales que, ahondándose, crecen luego hacia arriba buscando la luz del sol, capitán redondo con mando en campos y ciudades.

La humedad es nutricia. La tierra es mujer. La matriz (de madre) es otro embalse, que recoge el semen o semilla de la vida: la gracia más hermosa. "Gracias a la vida, que me ha dado tanto", cantamos con Violeta Parra.
a.sotopa@hotmail.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario