Que no, que no,
que no se acaba el agua,
que salta montes y pantanos,
que riega el lirio y la albahaca.
Que no, que no,
que sin cesar aún mana,
que murmura y arrulla,
que se derrama en lágrimas.
Que no, que no,
que la croan las ranas,
que los peces la beben,
que se viste de plata.
Que no, que no,
que el agua no se acaba,
que retrata la luna,
que se deshace en Groenlandia.
Que no, que no,
que apaga hasta la llama,
que mira, mírala
que anda y anda...
que no se acaba el agua,
que salta montes y pantanos,
que riega el lirio y la albahaca.
Que no, que no,
que sin cesar aún mana,
que murmura y arrulla,
que se derrama en lágrimas.
Que no, que no,
que la croan las ranas,
que los peces la beben,
que se viste de plata.
Que no, que no,
que el agua no se acaba,
que retrata la luna,
que se deshace en Groenlandia.
Que no, que no,
que apaga hasta la llama,
que mira, mírala
que anda y anda...
Precioso, Apuleyo. He ilustrado el poema con una foto de fondo y lo acabo de subir a facebook.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pedro A. Lopez Yera
Esperemos que el agua se mueva siempre al son de esta nana, y sobretodo que no falte.
ResponderEliminarUn abrazo
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