Ese niño nuestro muerto en la playa
Todos lloran por un niño
muerto insepulto en la playa.
¿Todos, todos? Todos no.
Algunos no tienen alma.
Viste de rojo y azul
como el mar que se lo traga
tinto en sangre de exiliados
sin pan, sin rumbo, sin casa.
Parece dormido el niño
-¡oh, qué sueño el de la infancia!-
pero está en la eternidad
de la Europa de la infamia.
¿Y dónde, dónde andará
su angelito de la guarda?
Voló como vuela el viento
con el horror en las alas.
Dormir, morir y soñar.
Algo más que tres palabras.
¿Y os acordáis de aquel otro
con un pijama de rayas?
Son nuestros, tuyos y míos.
Por favor, una plegaria.
918470225
a.sotopa@hotmail.com
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