jueves, 17 de septiembre de 2015

El Maestro

Me llamaban Maestro.
-“Oh, Maestro, Maestro, dígame”.
Y yo, alumno párvulo,
no supe responder.
-“¿Tiene  usted la verdad?”
-La verdad, ¿eso qué es?
-“Enséñeme el camino”
-Tome el que guste usted.
No depende de mí
hacérselo emprender,
y es tan dificultoso,
se sufre tanta sed...;
se bifurca unas veces,
otras pasa a través
de enmarañados campos
sembrados por Luzbel,
y hay que tener muy claro
posar o no los pies…
-“Deme al menos indicios
de adónde llegaré”.
-Llegará hasta sí mismo,
el verdadero Edén
de la vida terrestre
y celestial al bies,
si le acompañan fuerza,
bondad y lucidez.
-“¿Pero es o no Maestro,
como antes le llamé?
-Ya quisiera, amigo.
De la duda, tal vez.
Sálvese el que pueda.
Yo también.

a.sotopa@hotmail.com
918470225

No hay comentarios:

Publicar un comentario