Por ti me voy, compañero,
de Cuéllar hasta Mojados
en un viaje enamorero
que me trae al retortero
y te encuentro enarenado.
¿Dónde fue, dónde se hundió
tu orgullo del Gran Nevero
que en primavera lució
sus aguas de azul acero,
ahora solo y desolado?
¡Ay, qué tristeza mirarte
desde el pinar por sombrero
sin sentirte ni escucharte
bramar, toro temporero
del encajonado arte!
Calienta agosto a la orilla
como un fraguador ferrero
y tu éstas a la parrilla
tostándote seco y huero
bajo su luz amarilla.
Álamos y girasoles
orlan el costal ribero
y ¡ay, ay! –ni puedo ni quiero-
no respondes a sus oles,
compañero, compañero.
Dejo que pase el verano,
pues tú no pasas ya fiero
al alcance de mi mano
de poeta segoviano.
Para el otoño te espero.
918470225
a.sotopa@hotmail.com
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