lunes, 5 de marzo de 2018

Auge y aplauso de las diferencias

¡Cuánto enriquecen
las diferencias
y qué poco, Dios mío,
se las aprecia,
se las cultiva,
se las respeta…
por el bien de todos
en consecuencia!
Los mandamases
de las potencias
dénse por aludidos,
ténganlas bien en cuenta
y no se ofusquen
ni se entretengan
en suprimirlas,
en suspenderlas
en enfrentarlas
o amortecerlas.
Dejen que cada uno
muestre su esencia
y convivan adjuntos
hombres y hembras
lo mismo en las ciudades
que en las aldeas.
Para todos un sitio,
un hogar, una escuela,
un trabajo, unas normas,
un cauce, una bandera.

Pero no separarlos
por lo que piensan,
por donde nacen,
por donde rezan,
por donde comen,
por donde siembran,
por donde se ilusionan,
pintan y crean.        
Todos a una,
que una es la tierra
con golfos, cabos,
montes, laderas,
mares y ríos,
árboles, hierbas,
flores y frutos…
Y sin fronteras.

91 8470225

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