lunes, 24 de julio de 2017

Iros y luego me lo contáis

Iros ya de vacaciones.
Iros todos a la porra.
Iros a freir espárragos.
Iros, si podéis, de gorra.

Iros a tomar café.
Iros a tomar marisco.
Iros a la Cochabamba
o iros a San Francisco.

Iros al Caribe al sol.
Iros a la Patagonia.
Iros adonde queráis
con agua fresca y colonia.

Iros, iros, iros, iros…
del verbo ir académico.
Es el nuevo imperativo
correctísimo y pandémico.

Ya curtido en mil batallas
Pérez-Reverte lo ha impuesto.
Iros muy lejos del jefe.
Es un derecho supuesto.

Iros los que estáis demás.
Iros los que vais de menos.
Iros con lo que ganáis.
Iros y no seáis memos.

Iros, pero iros con tiento.
Iros para regresar.
Iros, pues es el momento
de lucirse y no pensar.

Iros con la cuenta a punto.
Iros del trabajo al cabo.
Unos diitas de asueto
nunca son moco de pavo.

Iros, iros. Yo me quedo
en el Madrid Baden-Baden
con la Cristina Cifuentes
por aquellos que se evaden.

Yo me quedo laborando.
Ya no estoy para esos trotes.
Yo disfruto con lo mío.
No me pego yo esos lotes.

Hay que descansar a tope.
Hay que sentirse en pelotas.
Hay que tumbarse en la playa
y no ser un tuercebotas.

Los hombres poneos firmes.
Las damas poneos guapas.
Los niños poneos gordos.
las niñas poneos flacas.

Mucho baño, mucho vino,
mucha caña, mucho bollo,
mucho cante, mucho baile,
mucha fiesta, mucho rollo.

Y luego de iros de farra,
venís y me lo contáis
para que escriba en papel
todo lo que me digáis.

Adiós, muy buenas, pandilla
de comecocos vacantes.
Adiós, y que a la revuelta
estéis donde estabais antes.

91 8470225

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