miércoles, 20 de agosto de 2014

Ojo por ojo sin verse ni quererse

En Guadalix, donde moro
entre moros y cristianos,
a la piscina con cloro
me tiro por los veranos,
y en céspedes verdellanos
leo  y leo, poro a poro,
libros de viajes lejanos
en los que la unión es oro:
todos se sienten hermanos.
Por eso la paz imploro
por gazatís mahometanos
e israelís del foro
que se han llegado a las manos
tras un cacao del loro:
los dos igual de marranos,
sus diferencias deploro.
Que cañones matasanos
silencien su son sonoro.
Basta de guerras, humanos,
a formar juntos un coro.
Aún no está lleno el aforo
de la convivencia, y vanos
son los suspiros del moro
lanzados con ojos janos.



91 847 02 25
a.sotopa@hotmail.com

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