lunes, 4 de diciembre de 2017

En un camello cojito

En un camello cojito
iba montada la Gloria
de Madrid y de los niños
hacia el Portal de Belén
lleno de Rosas y Lirios
con un Clavel en el centro
que se haría Crucifijo
por el amor a los hombres
por los siglos de los siglos.

Gloria bajó del camello
y sin más le dio sus libros
a Dios, que había bajado
del celeste paraíso
para recibirla en carne
mortal y blanca allí mismo.
-Lee, lee, Rey de Reyes.
Lee, lee, Diosecito.
Y Dios leyó y aprendió
a ser humano entre mimos
de una Virgen, la dulcísima
madre que le dio cobijo
en su vientre de cristal
sin manchar el puro vidrio.

Gloria a Gloria, la poeta
que escribiera Villancicos,
la mujer vestida de hombre
con un guisqui en Garbancito
que me decía “Apuleyo,
si quisieras ser mi hijo…”
y la voz se le doblaba
y rompía como un hilo.
Esa Gloria Fuertes sabia
siempre la llevo conmigo
como el día en que la vi
niña-niña entre los niños
versificando la vida,
cruce de tantos caminos,
divagaciones, ensueños,
desengaños y peligros.
¡Miradla, subió a los cielos
y le está dictando a Cristo!

91 8470225

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